Por Carlos Castagnetto

El 17 de octubre, ayer y hoy

Por Carlos Castagnetto
Consejero provincial del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires



 

 

 

 

Aquel 17 de octubre de 1945 fue inesperado, sorpresivo e incomprensible para quienes habían gobernado el país en las últimas décadas. Perón había sido detenido y miles de trabajadores de la carne en Berisso, obreros de La Plata, peones de tambos en Cañuelas, de las hilanderías de Avellaneda, Vicente López o San Martín; torneros,  fundidores, mecánicos, miles de trabajadores anónimos marcharon hacia la Capital Federal para pedir por la liberación de un hombre que había defendido sus intereses ante los patrones.

¡Qué les voy a contar que no lo hayan leído o escuchado! Hace sesenta y cuatro años comenzó una historia de amor entre un líder y su pueblo. Una historia de sentimiento, de dignidad,  que llevó al país a transitar por el camino de la justicia social, de la independencia económica
y de la soberanía política. Durante seis décadas el peronismo ha sido protagonista de las transformaciones más importantes  que se hayan consumado en el país. El peronismo logró un  crecimiento sin igual en el país con pleno empleo, salud digna, educación, viviendas y un
reparto de la riqueza que nunca más  volvió a repetirse.

Después vino la violencia, el sufrimiento y la resistencia  de todo un pueblo. Hubo cárceles, muertos, proscriptos, desaparecidos. Decía Evita que "si el pueblo fuera feliz y la Patria Grande, ser peronista sería un derecho; en nuestros  días, ser peronista es un deber". Estoy convencido de que el proyecto político que comenzó en mayo del 2003 de la mano de Néstor Kirchner y hoy continuado por Cristina Fernández
de Kirchner es la continuación más acabada del proyecto comenzado en 1945. Este gobierno trabaja todos los días incansablemente para mejorar la vida de los argentinos, especialmente de los que menos tienen.

Sabemos que falta mucho. No es fácil pero estamos convencidos de que las batallas por la liberación nacional se tienen que dar todos los días. Los enemigos de ayer todavía están hoy. Son los que piensan sólo en sus propios beneficios. A veces se avanza y otras se retrocede. El haber negociado una quita importante en la deuda externa, el no depender de las recetas del FMI, el tener paritarias, el haber recuperado los fondos de los jubilados y la reciente aprobación de la nueva ley de Comunicación Audiovisual son pequeños grandes pasos para lograr
una sociedad más justa.

Estoy convencido de que todas estas batallas por una sociedad más igualitaria no se podrían lograr si el aporte de la militancia, que no es una disciplina interesada sino justa, amplia y, sobre todo, publica.