General Rodríguez
Línea de colectivos que mató a dos chicos no tenía seguro
La empresa la maneja la familia política del intendente Coronel, tiene denuncias y los vecinos se quejan de su mal estado.
Parece que en General Rodríguez nadie da puntada sin hilo. Siguiendo los pasos de Marcelo Coronel, su ex suegro Pedro Arguissain, padre de la ex senadora, maneja el monopolio del transporte desde hace varios años y la fatalidad era previsible. Incluso, una de las denuncias a la que tuvo acceso 24CON señala que muchos de las unidades de la Línea 500 no poseen la VTV obligatoria por lo que no deberían circular. Para colmo, éste vehículo en particular no tenía seguro.
Y el hecho de no poseer el permiso provincial no es casual: desde hace tiempo los vecinos se quejan del paupérrimo estado de las unidades. Y, como no podía ser de otra manera en General Rodríeguez, la historia de esta línea tiene un trasfondo que incluye el cobro de un doble subsidio (en 2006) de la Secretaria de Transporte a través de una maniobra oscura que se intenta dilucidar en la Justicia de Mercedes bajo la caratula de "Malversación de Fondos".
La línea 500, “El Nuevo Ceibo", recorre los 360 kilómetros que tiene General Rodríguez. Es la única empresa que lo hace, propiedad de la familia de la senadora Adelma Arguissaín. Su familia detenta el monopolio del transporte en el distrito que dirige su ex pareja, el intendente Marcelo Coronel.
El transporte “es un drama. Los colectivos se rompen continuamente y los recorridos los levantan arbitrariamente”, se quejan los vecinos de todos los puntos del distrito. “El Nuevo Ceibo”, es propiedad de Juan Arguissaín, padre de la ex mujer del intendente.
“Cada dos por tres se rompe el micro y nos deja tirados. Se les salen las ruedas e, incluso, en una oportunidad, un chofer se quedó con el volante en la mano. Es un milagro que todavía no haya pasado una tragedia”, dijo un usuario que, como la mayoría de ellos, no quieren dar su nombre, a 24CON.
El suegro de Coronel es, además, el vicepresidente del partido justicialista y maneja el transporte de la zona desde hace un par de décadas y tiene asegurado el monopolio por varios años más debido a que el Concejo Deliberante le renovó la concesión.
Tal como señala Diario Acción, en el año 2004, "Transportes General Rodríguez", propiedad del vice del PJ, se disuelve para convertirse en el "Nuevo Ceibo", con la finalidad de ganar la licitación que le permita perpetuar el negocio a Arguissaín. La empresa se presentó con un capital social de cuatro mil pesos.
Entre los pasajeros que más sufren la deficiencia del transporte, están los pacientes del Hospital Sommer, ubicado a 10 kilómetros de la ciudad: “Es que se caen a pedazos, son de terror, algunos no tienen frenos y tienen agujeros en el piso”, reveló uno de los internados en ese hospital a este medio, refiriéndose al estado de las unidades. “Para nosotros es una odisea porque nos dejan tirados en el medio de la ruta y es el único medio de transporte con el que contamos para cumplir con nuestros tratamientos”.
¿Cómo pudo perdurar en el tiempo un servicio que los usuarios tildan de “desastroso”? El Concejo Deliberante no lo sabe. Lejos de castigar a Nuevo Ceibo por las acusaciones, le renovó la concesión a los directores e, incluso, permitió el aumento del boleto en abril de 2008, a través del decreto 246/08. Y, en agosto de este año, los ediles volvieron a aprobar otro aumento de entre 30 y 50 centavos en cada sección, medida que desató, una vez más, la indignación de la población.
Para aprobar el aumento, “hubo 50 o 60 razones para cada uno, el pueblo debe saber esto", aseguró el concejal de la oposición Sergio Maffía, en declaraciones a medios periodísticos. Y denunció que los vehículos no fueron renovados tal como lo disponía la ordenanza: “Justificaron el aumento argumentando como excusa que los recorridos habían sido ampliados, pero acá hablamos de calidad, de servicio para la gente... esto es una vergüenza. En realidad, este aumento sólo beneficia a la empresa y a los concejales; se trató de un exclusivo interés personal", aseguró Maffía a 24con.
Asimismo, durante la sesión que trató el polémico aumento, el edil Carlos Demaría, enumeró los incumplimientos de la empresa, habló del pésimo estado de las unidades y comparó a los choferes de la Línea 500 con “los kamikaze aviadores de Japón”, por animarse a conducir las unidades de la Línea 500.
Por otro lado, a Arguissaín se lo acusó de cobrar un doble subsidio de 8.600 pesos mensuales que la Secretaría de Transporte otorga como compensación tarifaria del Sistema de Infraestructura de Transporte y otra por retención de los aportes de los trabajadores a Jubilación, Obra Social y Sindicato.
En consecuencia, la Justicia llevó a cabo dos allanamientos, en agosto de 2008, en las oficinas de la empresa de transporte, pero todo quedó igual.
Ayer, Jonathan Adrian Salabarrieta Vázquez de 7 años y Marcela Suárez de 9 perdieron la vida cuando un colectivo del "Nuevo Ceibo", conducido por José Marain, destrozó el refugio donde esperaban el transporte público. Más tarde, trascendió que a Maráin se le habría trabado la caja y el freno no habría respondido. Además, el refugio tampoco estaba en buen estado.
Estas dos muertes ¿serán motivo suficiente para que las autoridades hagan algo con la tristemente célebre Línea 500?
Y el hecho de no poseer el permiso provincial no es casual: desde hace tiempo los vecinos se quejan del paupérrimo estado de las unidades. Y, como no podía ser de otra manera en General Rodríeguez, la historia de esta línea tiene un trasfondo que incluye el cobro de un doble subsidio (en 2006) de la Secretaria de Transporte a través de una maniobra oscura que se intenta dilucidar en la Justicia de Mercedes bajo la caratula de "Malversación de Fondos".
La línea 500, “El Nuevo Ceibo", recorre los 360 kilómetros que tiene General Rodríguez. Es la única empresa que lo hace, propiedad de la familia de la senadora Adelma Arguissaín. Su familia detenta el monopolio del transporte en el distrito que dirige su ex pareja, el intendente Marcelo Coronel.
El transporte “es un drama. Los colectivos se rompen continuamente y los recorridos los levantan arbitrariamente”, se quejan los vecinos de todos los puntos del distrito. “El Nuevo Ceibo”, es propiedad de Juan Arguissaín, padre de la ex mujer del intendente.
“Cada dos por tres se rompe el micro y nos deja tirados. Se les salen las ruedas e, incluso, en una oportunidad, un chofer se quedó con el volante en la mano. Es un milagro que todavía no haya pasado una tragedia”, dijo un usuario que, como la mayoría de ellos, no quieren dar su nombre, a 24CON.
El suegro de Coronel es, además, el vicepresidente del partido justicialista y maneja el transporte de la zona desde hace un par de décadas y tiene asegurado el monopolio por varios años más debido a que el Concejo Deliberante le renovó la concesión.
Tal como señala Diario Acción, en el año 2004, "Transportes General Rodríguez", propiedad del vice del PJ, se disuelve para convertirse en el "Nuevo Ceibo", con la finalidad de ganar la licitación que le permita perpetuar el negocio a Arguissaín. La empresa se presentó con un capital social de cuatro mil pesos.
Entre los pasajeros que más sufren la deficiencia del transporte, están los pacientes del Hospital Sommer, ubicado a 10 kilómetros de la ciudad: “Es que se caen a pedazos, son de terror, algunos no tienen frenos y tienen agujeros en el piso”, reveló uno de los internados en ese hospital a este medio, refiriéndose al estado de las unidades. “Para nosotros es una odisea porque nos dejan tirados en el medio de la ruta y es el único medio de transporte con el que contamos para cumplir con nuestros tratamientos”.
¿Cómo pudo perdurar en el tiempo un servicio que los usuarios tildan de “desastroso”? El Concejo Deliberante no lo sabe. Lejos de castigar a Nuevo Ceibo por las acusaciones, le renovó la concesión a los directores e, incluso, permitió el aumento del boleto en abril de 2008, a través del decreto 246/08. Y, en agosto de este año, los ediles volvieron a aprobar otro aumento de entre 30 y 50 centavos en cada sección, medida que desató, una vez más, la indignación de la población.
Para aprobar el aumento, “hubo 50 o 60 razones para cada uno, el pueblo debe saber esto", aseguró el concejal de la oposición Sergio Maffía, en declaraciones a medios periodísticos. Y denunció que los vehículos no fueron renovados tal como lo disponía la ordenanza: “Justificaron el aumento argumentando como excusa que los recorridos habían sido ampliados, pero acá hablamos de calidad, de servicio para la gente... esto es una vergüenza. En realidad, este aumento sólo beneficia a la empresa y a los concejales; se trató de un exclusivo interés personal", aseguró Maffía a 24con.
Asimismo, durante la sesión que trató el polémico aumento, el edil Carlos Demaría, enumeró los incumplimientos de la empresa, habló del pésimo estado de las unidades y comparó a los choferes de la Línea 500 con “los kamikaze aviadores de Japón”, por animarse a conducir las unidades de la Línea 500.
Por otro lado, a Arguissaín se lo acusó de cobrar un doble subsidio de 8.600 pesos mensuales que la Secretaría de Transporte otorga como compensación tarifaria del Sistema de Infraestructura de Transporte y otra por retención de los aportes de los trabajadores a Jubilación, Obra Social y Sindicato.
En consecuencia, la Justicia llevó a cabo dos allanamientos, en agosto de 2008, en las oficinas de la empresa de transporte, pero todo quedó igual.
Ayer, Jonathan Adrian Salabarrieta Vázquez de 7 años y Marcela Suárez de 9 perdieron la vida cuando un colectivo del "Nuevo Ceibo", conducido por José Marain, destrozó el refugio donde esperaban el transporte público. Más tarde, trascendió que a Maráin se le habría trabado la caja y el freno no habría respondido. Además, el refugio tampoco estaba en buen estado.
Estas dos muertes ¿serán motivo suficiente para que las autoridades hagan algo con la tristemente célebre Línea 500?