No volvimos a la Luna para "evitar la guerra espacial"

Las dudas que se establecieron sobre la veracidad de la llegada del hombre a la Luna, recorrieron todas las bocas del mundo. En un principio se dijo que había sido un set de filmación dispuesto para las cámaras de la incipiente TV. Se habló de cohetes falsos, módulos lunares de “juguete” y hasta se sospechó de una broma.

De hecho la NASA tiene un registro: el 11% de los estadounidenses creen que fue un fraude. Si sí, o si no, se transformó en una cuestión que agolpó especialistas en reñidas contiendas. Por eso, la discusión es cosa de ellos.

Separados en tiempo y espacio, el periodista, especialista en fenómenos paranormales y autor del blog Magia Crítica, Alejandro Agostinelli, y el investigador (ufólogo) Asdrúbal Acosta, plantean sus hipótesis y creencias del "gran paso para la Humanidad". Sin dudas, una enriquecedora experiencia.

La Guerra de las Galaxias

Al estilo Hollywood, el ufólogo dice tener serias dudas con respecto al 20 de julio de 1969 y habla de una posible batalla interespacial. Ojo, no sin fundamentos: “Pienso que fue un hecho real la llegada en sí, pero de lo que dudo mucho es de las imágenes que se mostraron. Estas fueron retocadas porque la NASA no quiso mostrar lo que realmente se vio, que alguna vez Neil Armstrong dijo en una conferencia y que el organismo desmintió: espacio naves extraterrestres con una avanzadísima tecnología”.

El investigador se basa en varios conceptos que dejan lugar para la sospecha. Por ejemplo, la suspensión de los viajes en 1972 tendría una buena justificación: “las misiones Apollo estaban planeadas para desembarcar en puntos específicos denominados Fenómenos Transitorios Lunares, donde se observaban cambios del terreno inexplicables, haces de luces, etc. Cuando llegaron y comprobaron vida extraterrestre, decidieron interrumpir la misión”.

¿Por qué habría de suspenderse un proyecto que desembolsó U$D24 mil millones y más de 400 mil empleados? Según Acosta, la respuesta tiene que ver con una posible “guerra de las galaxias”. “Cuando la NASA (que es un organismo militar y como tal no hace exploraciones científicas) descubrió las bases extraterrestres, comenzó a analizar la posibilidad de un conflicto bélico. No porque fuera a suceder, sino porque cada vez que se encuentran dos especies, lo primero que se analiza es esto. Es una hipótesis de conflicto. Así fue como pusieron cañones láser en órbita”.

La teoría de Acosta se refuerza, según el ufólogo, con el contexto geopolítico y social que fue desarrollándose luego del '69. La caída de la cortina de Hierro, el derrumbe del muro y el final del mundo comunista-capitalista “juntó a todas las naciones para analizar la cuestión de tener que enfrentarse con un enemigo mayor”.

En este contexto, el especialista en el tema UFO dice que un informe denominado Colorcom y dado a conocer en 1993 (con dudosas y nunca confirmadas fuentes) habla de un presunto pacto que habría establecido Estados Unidos con los alienígenas: “Al principio lo tomamos para la chacota pero después nos fuimos dando cuenta. En la milicia hay un dicho que reza ‘toda acción tiene una razón que encierra un por qué y un para qué’, entonces se dice que intercambiaron tecnología por el libre acceso extraterrestre a nuestro planeta con fines de subsistencia con la extracción de material genético de animales”.

El otro lado de la Luna

Agostinelli tiene otro punto de vista. Y como todo periodista, tiene su costado crítico y desconfiado, que en este caso ratifica el asunto tal y como lo presentó la NASA. “A fines de los ‘60 no estaba de moda imaginar selenitas, pero pronto iba a crecer la sombra de la conspiración”, dijo a 24CON.

Se refiere a los detractores que dudan de esos dos tipos que pisaron tierra satelital. “La evidencia del alunizaje es abrumadora. En total, el programa lunar tripulado de la NASA visitó a la Luna seis veces, llevó a doce astronautas norteamericanos. Recorrieron 95 kilómetros a pie o en jeeps, transmitieron al mundo cientos de horas de imágenes televisadas y tomaron más de 30 mil fotos. Efectuaron 60 experiencias científicas y regresaron con 382 kilos de roca extraterrestre, que se tradujeron en miles de páginas en publicaciones científicas. Sin embargo, para millones de personas sigue siendo “el mayor engaño del que ha sido víctima la Humanidad”. Curiosa paradoja: el acontecimiento mejor documentado del siglo XX pasaba a ser el más lujoso y efectivo despliegue de efectos especiales de todos los tiempos. ¿Como no íbamos a creer, décadas después, en conspiraciones aún más extrañas?”, concluye.

Dos opiniones tan opuestas que refritan una vieja disputa jugándose por una sola verdad: es un mundo que nunca dejó de ser bipolar.

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