El GPS es tan peligroso como el celular

En sólo un año "explotó" el mercado de la "guía satelital" para automóviles. Vendieron más de un millón de unidades. Pero advierten que su uso contribuye a aumentar la estadística de accidentes.

 

“Hace años que la ciencia estudia las importantes limitaciones que nuestro cerebro tiene para realizar dos tareas que demanden atención al mismo tiempo”, repasa un comunicado de prensa de Luchemos por la Vida (LxV) en donde reflejan que la utilización de celulares al volante genera un grave peligro, y cerca 58 mil personas lo hacen a diario. Del GPS, ni se habla.

Sin embargo, en comunicación con 24CON, desde la entidad destacan que “es muy dificultoso determinar si los accidentes se producen por estos aparatos, mucho menos por los GPS (Global Position System), ya que son accesorios muy nuevos en la Argentina”. Aunque no menos peligrosos.

El artículo 48 inciso “Y” de la Ley Nacional de Tránsito (24.449) prohíbe la utilización de teléfonos móviles, auriculares y pantallas de DVD en los autos. Pero no plantea la nueva problemática del furor nacional: el GPS personal que vende cerca del “millón de pesos al mes y ha crecido más de un 100% en la industria automotriz”, reconoce el gerente de marketing  de gpsmundo.com, Fernando Muller. La compañía, junto a otras tres diseminadas a lo largo del país, son las líderes del mercado que, según dicen, “explotó hace casi un año pero que existe hace más de 20”.

El aparato funciona con tecnología satelital. Es un servicio gratis por el cual se abona solamente el precio del equipo que tiene un piso de $600 y llega a los U$D4700. La diferencia reside en las prestaciones ya que existen los “desarrollados para hacer trekking; los que están pensados para la aeronáutica, la náutica y la investigación; los que prestan un servicio de medición de campos (que sirven para saber, por ejemplo, qué cantidad de hectáreas está sembradas, etc.) y los utilizados por la industria automotriz: que son los que están en la mira.

En este contexto, el subgerente del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI), Gustavo Brambati opina que son dispositivos peligrosos porque “la mayor información que recibe el conductor entra por la vista y esto le resta atención a quien debe concentrarse en la ruta. La utilización más común que hacen, es pegarlos en el parabrisas delantero y, como son pantallas táctiles, los usan mientras conducen”. No obstante, no todos funcionan igual. “Algunos tienen la función de voz, en donde el aparato te habla y te indica en dónde doblar, pero que sigue siendo peligroso”.

La industria automotriz nacional, admite Brambati, no incluye como original de fábrica al GPS, pero “es el accesorio más buscado del mercado y va en desmedro de los accesorios que podrían adquirirse para agregar seguridad al auto”. En contrapartida, Muller afirma: “Los equipos de posicionamiento, al igual que las pantallas de DVD, no pueden ser utilizados si el vehículo está en movimiento porque tienen un modo seguro. En el caso de los DVD es más complejo de desactivarlo porque va conectado al freno de mano. Si este no está puesto, el reproductor no funciona. Pero como el GPS es un dispositivo móvil, el modo seguro es cuestión de software y resulta muy fácil de desactivar”.


Y como todo nuevo fanatismo, ya se colgó en la Web: “Se creó un foro de usuarios denominado proyectomapear.com.ar (considerado como de interés cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires) donde la gente agrega a los mapas que se le pueden cargar al aparato, los lugares más buscados como los McDonalds o los shopping”, dice el gerente de marketing de GPSmundo. Además, afirma que hay más de 10 mil usuarios de este accesorio en todo el país que “generan charlas, discusiones y opiniones sobre cómo usar el aparato”.

Los datos de Luchemos por la Vida confirman 8205 muertes por accidentes de tránsito en 2008. No se diferencian las causas. El Observatorio de Seguridad Vial, dependiente del Ministerio del Interior, tampoco culpa al GPS, porque, dicen, “es complicado de identificar” si es el responsable, directo o indirecto, de los accidentes.