Villa 9 de julio
Asesinaron a un joven en el super de la merca
Primero los vecinos, hartos y enfurecidos, echaron a los narcos a piedrazos. Ahora la mamá de Edgardo Kleyer, muerto por las "balas de la merca" pide justicia y protección.
"Soy de 9 de Julio, mataron a mi hermano y necesito una cámara". La frase se escuchó a través del portero de la redacción de 24CON. Eran las 21.30 del jueves 25 de junio. Tres jóvenes ingresaron al piso de Mitre y San Lorenzo y pidieron contar su historia:
Edgardo Kleyer tenía 19 años y un porte temerario. Su fama, cojnstruida a fuerza de piñas, "perfeccionadas" por el arte del boxeo, deporte que practicaba. Como la mayoría de los jóvenes de las villas, Edagardo tenía su “parada” en la esquina, en este caso, de Almirante Brown y 9 de julio. Su madre, Soledad Lemos, se crió y crió a sus hijos en la villa conocida como “el supermercado de la merca”, un barrio en el que los narcos tienen vía libre para vender, comprar, consumir e imponer sustancias a su antojo. De hecho, Lemos conoce desde la infancia al "capo narco" que maneja la 9 de Julio, al que culpa sin titubear por el asesinato de Edgardo.
El 18 de junio pasado, una banda de “dealers” sorprendió al grupo de amigos de Kleyer que habían encendido una fogata en el extremo de la calle para ahuyentar el intenso frío de la noche. Sin mediar palabra o aviso, la banda -que los testigos, vecinos y familiares de la víctima califican como "los narcos"-, salió de un pasillo y disparó a quemarropa a los jóvenes.
Como consecuencia de la balacera, Edgardo falleció en el hospital, por los proyectiles que ingresaron por su espalda, mientras que Jonathan González y Matías Pérez aún continúan internados en el hospital Castex. A uno de ellos, la bala le ingresó por la pierna y arrasó con sus intestinos. Al otro, le perforó el cuello y salió por su cráneo. Los familiares de estos dos jóvenes no quieren hablar sobre lo sucedido, tienen miedo. Y no son los únicos.
Como macabro souvenir, las paredes donde fueron agredidos los tres chicos aún poseen las marcas de los balazos, enfrente, en un santuario del Gauchito Gil, una vela roja arde próxima a la fotografía de Edgardo.
Pese a la impunidad con la que se manejan los llamados "narcos del barrio", esta vez, el ataque tuvo un final diferente.
Los vecinos, hartos e impotentes de estos ataques, decidieron cambiar la historia. Al confirmar la muerte de Kleyer, enfurecidos, “reventaron”, ellos mismos, las guaridas de los presuntos asesinos y los corrieron hasta expulsarlos del barrio. Una semana después, los delincuentes resolvieron recuperar su territorio. Se encontraron con una barricada, erigida por los indignados habitantes de la 9 de julio.
A ese lugar fue anoche, con tres amigos -entre ellos el hermano de la víctima Christian Kleyer- esta cronista de 24CON.
Banderas reclamando justicia, neumáticos encendidos, y el resto de su familia nos esperaban.
Pero no estaban solos, los acompañaba un puñado de jóvenes y niños que golpeaban tanques con palos, a modo de tambores. Se habían agrupado para que los que ellos llaman "los narcos" no vuelvan “nunca más”. Y, como si fuera necesario, para dar mayor crédito a sus denuncias, hicieron una recorrida especial para 24CON del reino narco en la 9 de julio. Así fue como no sólo señalaron la casa del hombre que comanda “la movida”, sino también el pasillo en el que se vendían los narcóticos, una de las casas donde vivían los dealers (una, porque son varias) y el depósito donde guardaban la “mercancía” y los “fierros”.
Los vecinos se manifestaron en el pasillo donde venden droga.
No se puede decir, a simple vista, que los "narcos" se escondían como ratas en esa villa. Es más, la impunidad con la que parecían manejarse se demostraba en las imposiciones que exigían al vecindario; estableciendo reglas propias que a veces, rozaba con la muerte. Los vecinos certifican en forma unánime que la compra y venta de drogas se realizaba a la vista de todos, incluso delante de los chicos y de desconocidos.
La muerte de Edgardo dio el puntapié inicial: los vecinos están dispuestos a resistir. ¿Podrán hacerlo?
Por lo pronto, esta noche volverán a marchar en reclamo de Justicia.