ALFA ROMEO BRERA 3.2 V6 Q4

Estilo, potencia y belleza

El principal argumento de Alfa Romeo para competir con las marcas premium alemanas es el cuore sportivo. Algo que no se consigue sólo con un motor "picante"; hay que sumarle diseño, originalidad, carácter... en fin, italianidad. Y esta cupé Brera es una síntesis perfecta de esa condición, incluso envidiada por los mismos alemanes, que aunque construyen autos prácticamente perfectos, a veces aburren un poco.

Pero la Brera no cuenta sólo con argumentos emocionales, además tiene una mecánica excepcional: motor V6 de 260 caballos, caja manual de seis marchas y tracción integral. Todo un fierro.

Tiene el comportamiento dinámico clásico de un deportivo, firme, algo durita para la ciudad, pero muy estable a altas velocidades. Y la doble tracción, además, contribuye a la seguridad activa cuando el piso no está en óptimas condiciones de adherencia. A la hora de doblar rápido, la tenida es admirable. No hay rolido (excesiva inclinación lateral de la carrocería), no hay subvirajes, no hay nada. Incluso, si uno quisiera "jugar" al piloto y hacer piruetas, es bastante difícil lograr que saque la cola o cosas por el estilo. Dobla como sobre rieles. Y la respuesta del motor también es sobresaliente, especialmente por encima de las 4.000 revoluciones por minuto, que es cuando se consigue el torque máximo. Es ese régimen, aún en sexta marcha, al apretar el acelerador sentimos toda la polenta de este V6. Da gusto acelerarlo, porque además el ronquido del motor es exquisito.

Respecto de la insonorización del habitáculo, dejando de lado la "música" del V6, notamos algunos ruiditos aerodinámicos, especialmente una filtración de viento por el techo de vidrio. Este es un problema difícil de solucionar. Hace un tiempo, cuando probamos la cupé CLC de Mercedes-Benz, que tiene un techo de vidrio similar al de esta Brera, también habíamos notado ruidos de viento y crujidos en la torsión. Entonces, los techos de vidrio son agradables, generan luz y sensación de amplitud, pero ruidosos. Este techo de cristal es fijo, no se abre, pero el auto cuenta con un parasol corredizo eléctrico que, además de parar el Sol, cuando lo cerramos del todo nos aisla un poco del "chiflete" del techo.

Por dentro, el nivel de equipamiento es muy bueno, tanto en materia de seguridad como de confort, pero el diseño no es tan llamativo con el del exterior. Es quizá demasiado clásico. Pero se consigue una excelente posición de manejo, con butacas cómodas y con muy buena sujeción lateral (algo apreciable en un deportivo), y con el volante regulable en altura y profundidad. Atrás. nada. Es una cupé 2+2, pero el 2 de atrás es minúsculo.

Hablar del precio y de sus competidores no es tarea sencilla. Hay varias cupés lujosas en nuestro mercado, incluso Alfa también ofrecerá la GT (en el recuadro están todos los modelos que se comercializarán a partir de agosto), pero es difícil encontrar una tan personal como la Brera. Se podrá decir que los 68 mil dólares que cuesta la versión 2.2 de 200 CV, o que los 78 mil que cuesta esta V6 que probamos son excesivos (es más cara que la Merceds-Benz CLC 350, cuesta más o menos lo mismo que la Audi TT cupé 3.2, y es más barata que una BMW 335), pero lo que no se podrá decir es que este no es un auto exclusivo, original y con una gran tradición detrás. Y eso hay que pagarlo.

Fuente: Clarín