Un barrio teme ser tapado por la materia fecal

En un barrio de Lomas desbordaron los desagües y los excrementos "flotan" en la vereda. Peor que el dengue y la gripe A, los habitantes del barrio 17 de noviembre dicen que el avance es "imparable"

Para la gente del predio 17 de Noviembre de Lomas de Zamora, la escatológica expresión “vivir entre la mierda” es literal. Mientras esperan que el relleno de la parte baja del lugar sea “elevado”, cuentan que “la materia fecal flota en los zanjones”.

El lugar se llama, o le dicen, El “Tongui” (en honor al cuidador que lo vigiló durante 70 años) es un gigante de 96 hectáreas “censado a medias” que resultó expropiado recientemente por el gobierno provincial a sus dueños por $14 millones. En el lugar viven aproximadamente “unas 4000 o 5000 personas”, aclaró a 24CON un referente del Club 20 de Noviembre, Antonio Omar Sandoval, y actualmente, aparte de estar a la espera de las escrituras, “luchan para esquivar las heces que se desbordan cuando llueve”.

El torrencial del sábado fue letal. Un aguacero que castigó a gran parte del país y que generó en Lomas “una evacuación masiva”. Las palabras son de Daniel Chamorro, referente de la comisión de vecinos homónima al lugar, quién además denunció que “las máquinas para rellenar la parte que circunda al canal Canadá todavía no llegaron”.  La expropiación del Tongui se dictaminó recientemente. Con el número de ley 13988, salió de la legislatura provincial el 31 de marzo y el 24 de abril se publicó en el Boletín Oficial con firma del jefe de Gabinete Alberto Pérez y el gobernador Daniel Scioli. Desde entonces, las precipitaciones fueron escasas pero “muy jodidas”, sentenciaron los vecinos a este medio.

“Cuando se rebalsa el canal, que debería desembocar sin problemas en el Riachuelo, la gente tiene que autoevacuarse porque no hay sistemas de desagüe”, denunció Chamorro. Y el ejemplo es muy claro: “Una vez colapsado el brazo, no hay forma de parar el agua, y encima que no hay cloacas, la material fecal sale por todos lados”. Otros habitantes prefirieron se más gráficos: “Nadamos en la mierda”, graficaron

Así, las agrupaciones vecinales reclaman, desde que el Municipio tiene jurisprudencia dentro del predio, una elevación del suelo que “posibilite la vida normal de todos los vecinos”. Pero el costo sería demasiado alto. “Se está esperando la partida del municipio porque las máquinas cuestan alrededor de $160 la hora y se necesitan como 50 para arreglar este lío”, confirmó Sandoval.

Dentro de esta realidad, además, conviven la contaminación, los robos y las enfermedades. “Los chicos no pueden andar porque enseguida se pescan cualquier cosa. Hoy tenemos muchos con gripe y le tenemos mucho miedo al dengue por la acumulación de agua”, apuntaron los vecinos más cercanos al arroyo.

Pero la historia tiene final alterno. La riña entre pares. “Hay vecinos que aprovechan la volteada de las inundaciones y venden la propiedad. La misma noche en que la venden, vuelven a esa casa y le afanan al nuevo dueño”, aseguraron.

 

Fotos: Inforegión