Toma de rehenes y susto en Recoleta
Un confuso episodio que comenzó con la denuncia sobre la presencia de delincuentes y la posible toma de rehenes generó la alarma en un edificio del barrio porteño de Recoleta, en el que se desplegó un importante operativo policial.
El incidente, en el que intervinieron una decena de patrulleros y efectivos del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la Policía Federal, culminó con cinco hombres, que habitan un departamento del edificio, aclarando la situación en la comisaría 19, que tiene jurisdicción en la zona.
El comisario Hugor Giacardi, jefe de la comisaría 19, señaló que por el momento "no se pudo determinar si existió algún delito" y que cinco hombres, que habitaban uno de los departamentos fueron llevados a la seccional para "aclarar la situación".
El hecho provocó la alarma de los habitantes del edificio y las propiedades linderas, que durante dos horas pensaron que un asalto con toma de rehenes se producía en el lugar.
El jefe policial indicó que cerca de las 17:00 se recibió un llamado al 911 en el que "se alertaba sobre la presencia de personas en situación de robo" en el edificio de 14 pisos situado en Santa Fe 2521.
En sólo tres minutos llegó el primer móvil policial y el edificio comenzó a ser rodeado por los efectivos, al mismo tiempo que se presentaban en el lugar los comandos del GEOF.
"Se dispuso un operativo concerniente a una eventual toma de rehenes y se revisó todo el edificio", explicó Giacardi.
De acuerdo con el jefe policial, al legar al octavo piso, los uniformados irrumpieron en un departamento en el que "se produjo un ruido extraño".
En el lugar los policías encontraron a cinco hombres, uno de los cuales era el dueño del departamento, los cuales no pudieron aclarar la situación en el momento, por lo que fueron llevados a la comisaría 19, de acuerdo con Giacardi, en calidad de probables "damnificados".
A pesar del importante operativo desplegado en el lugar, el comisario afirmó que ninguno de los implicados tenía armas de fuego y la denuncia recibida "era confusa porque era un llamado que refería a otro llamado".
La escasa información brindada por el jefe policial dio entidad a una serie de rumores que se escucharon entre los vecinos, que pasaban a situaciones disímiles como una discusión por un inquilinato a un departamento de servicios sexuales masculinos.
El incidente, en el que intervinieron una decena de patrulleros y efectivos del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) de la Policía Federal, culminó con cinco hombres, que habitan un departamento del edificio, aclarando la situación en la comisaría 19, que tiene jurisdicción en la zona.
El comisario Hugor Giacardi, jefe de la comisaría 19, señaló que por el momento "no se pudo determinar si existió algún delito" y que cinco hombres, que habitaban uno de los departamentos fueron llevados a la seccional para "aclarar la situación".
El hecho provocó la alarma de los habitantes del edificio y las propiedades linderas, que durante dos horas pensaron que un asalto con toma de rehenes se producía en el lugar.
El jefe policial indicó que cerca de las 17:00 se recibió un llamado al 911 en el que "se alertaba sobre la presencia de personas en situación de robo" en el edificio de 14 pisos situado en Santa Fe 2521.
En sólo tres minutos llegó el primer móvil policial y el edificio comenzó a ser rodeado por los efectivos, al mismo tiempo que se presentaban en el lugar los comandos del GEOF.
"Se dispuso un operativo concerniente a una eventual toma de rehenes y se revisó todo el edificio", explicó Giacardi.
De acuerdo con el jefe policial, al legar al octavo piso, los uniformados irrumpieron en un departamento en el que "se produjo un ruido extraño".
En el lugar los policías encontraron a cinco hombres, uno de los cuales era el dueño del departamento, los cuales no pudieron aclarar la situación en el momento, por lo que fueron llevados a la comisaría 19, de acuerdo con Giacardi, en calidad de probables "damnificados".
A pesar del importante operativo desplegado en el lugar, el comisario afirmó que ninguno de los implicados tenía armas de fuego y la denuncia recibida "era confusa porque era un llamado que refería a otro llamado".
La escasa información brindada por el jefe policial dio entidad a una serie de rumores que se escucharon entre los vecinos, que pasaban a situaciones disímiles como una discusión por un inquilinato a un departamento de servicios sexuales masculinos.