Revista Siete Días

"Lugo debería predicar con el ejemplo"

La vedette de "Deslumbrante" cuestiona las paternidades atribuidas al presidente de su país. Se confieza hija de madre soltera y dice que su país es muy machista.

Uno, y otro. Y un tercero. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ya reconoció a tres hijos como propios. La última mujer en hacer público su romance con el ex obispo se llama  Damiana Morán, tiene 39 años y un hijo de 1 año y 4 meses con el primer mandatario. El pequeño se llama Juan Pablo, en honor al anterior Papa, y se suma a Lucas Fernando, de 6 años (hijo de Benigna Leguizamón), y a Guillermo Armindo, de 2, hijo de Viviana Carrillo, precursora en reclamos filiales. Según la última denunciante, existirían cinco casos más que aún no salieron a la luz. Un súper papá en las sombras.

“Lugo es el hazmerreír del Paraguay”, dispara su compatriota Dallys Ferreyra. Más allá de las cumbias en honor al presidente, de los chistes y los jingles publicitarios, la vedette de la obra “Deslumbrante” tiene una visión muy crítica de lo acontecido en su país, pero también reconoce que en tierra guaraní es frecuente este tipo de casos. “Muchos hombres en mi país tienen hijos extramatrimoniales o no los reconocen”.  Para certificar esta última afirmación, una confesión que brota desde el alma: “Yo misma soy hija de madre soltera”.

Dallys no votó a Lugo. De hecho, cuando se llevó a cabo la votación que lo consagró presidente ella residía en la Argentina. De todos modos, se sintió traicionada cuando se conocieron los casos respecto de la paternidad de Lugo. “Me dolió mucho lo que pasó. Su vida privada, aunque sea presidente, tiene que ser un ejemplo para todos los paraguayos; sobre todo porque llegó a la presidencia como obispo. Me duele que tenga doble moral”.

Eso sí, independientemente del análisis sociopolítico del Paraguay, Dallys reclama por el destino de esos chicos que ahora tendrán un padre, y a la vez admite que lo mejor que puede hacer el presidente es reconocerlos como hijos propios. “Me enteré que allá hay varios padres que ahora se hacen cargo de sus hijos. Ojalá que se extienda esto en toda la sociedad, porque son criaturitas humildes”.

Perdón. La rubia define a la sociedad paraguaya como machista y conservadora, y a la mujer guaraní como luchadora. “Esa conjunción de factores –opina– favorece a que los hombres se desentiendan de su prole, a la que muchas veces tienen en forma paralela a su familia”. A Lugo le critica la mentira y la falta de orden en su vida: “¿Qué se puede esperar de un presidente que no puede organizar su vida privada?”, pregunta con la respuesta ya conocida.

Pero Ferreyra no se limita a plumas y concheros. No, la rubia puede hacer un ejercicio de memoria histórica y analizar buena parte de la vida política del Paraguay. “La sociedad necesitaba creer en alguien después de tantos años de padecer al partido Colorado. Fue muy difícil quitarle el poder a ellos y qué mejor que un obispo para ganar las elecciones”.

A pesar del dolor que siente y de la consternación de sus compatriotas, y a contramano de lo que reflejan los medios (siempre parciales) Dallys se anima a predecir el futuro. “Creo que los paraguayos lo van a perdonar porque sigue siendo un país muy machista. ¡Si las cargadas apuntan para el lado del ‘supermacho’! Eso es poco serio”.

La desilusión es grande, lo que vendrá es incierto. La reflexión es honda: “Como paí (sacerdote en guaraní), como presidente tiene que predicar con el ejemplo, y lo digo yo como hija de madre soltera”.

Fotos: Nacho Sánchez.
Periodista Revista 7 Días