La tremenda confesión del asesino del diácono
El joven sostuvo que conocía a Guillermo Luquín desde los 14 años. Las huellas en la casa del clérigo pertenecen a los sospechosos.
Uno de los jóvenes detenidos acusados por el crimen del diácono Guillermo Luquín en su casa de Temperley se quebró y confesó todo en un video. Según su versión, conocía al clérigo desde que tenía 14 años y en más de una oportunidad este lo había acosado sexualmente. La noche del asesinato la víctima lo invitó a cenar, pero todo terminó en un asesinato.
Cuando la policía llegó a buscarlos esta madrugada a sus domicilios, ambos jóvenes, de 19 y 20 años, reconocieron que tenían una relación previa con Luquín y que chateaban con él. Sus huellas dactilares habían quedado en una copa en la escena del crimen y fueron la clave para dar con ellos.
Apenas unas horas después, uno de los jóvenes hizo un relato escalofriante del crimen y aseguró que tanto él como su novio habían ido a la casa de Luquín porque él los había invitado a través de un mensaje por Telegram. "Dijo que se sentía muy solo", afirmó.
Según el relato del detenido, cuando llegaron el diácono les ofreció gaseosa y después les propuso ir a ver unos cuadros que tenía en la habitación. "Nos esperó desnudo en la cama y se ofendió cuando le dije que era una falta de respeto", remarcó el joven. Ese fue el momento en que todo se salió de control.
"Guillermo tenía un cuchillo en la mano", aseguró, y añadió que empezaron a forcejear porque intentó atacarlo sexualmente. En medio de la lucha, dijo, el clérigo lo mordió y le provocó varios cortes en las manos. Él entonces se defendió de la agresión: "Le tomé la muñeca y se la llevé hacia el lado de la carótida", detalló. La herida en el cuello fue la que lo mató.
El joven sostiene que después de cometer el homicidio se retiró del lugar con su pareja y dejó la llave puesta del lado de adentro. La grabación finaliza con una enumeración de las supuestas heridas que le provocó la víctima mientras peleaban. "Voy a hacerme cargo de todo", resaltó.
La acusación del detenido por acoso y el presunto intento de abuso sexual, va en línea con la versión que circuló sobre otro presunto abuso a un menor y un posterior escrache en las redes sociales que habría sufrido Luquín hace varios años. La información se conoció a través del propio hermano de la víctima, publicó Infobae, aunque esa denuncia nunca llegó a la Justicia.