El relato de la tortura a la niña obligada a parir

"La nena jugaba con muñequitas. Cuando la vi se me aflojaron las piernas", narró la ginecóloga Cecilia Ousset, quien practicó la cesárea a la niña abusada, luego de que el resto de los médicos del hospital se negaran a interrumpir el embarazo. Contó que para poder sacarle la ropa interior tuvieron que sedarla porque se resistía y aseguró: "La chiquita no entendía del todo lo que iba a pasar"..

"Ayer se salvó la vida de la nena de 11 años", resaltó la ginecóloga Cecilia Ousset, una de las doctoras que participó de la dilatada Interrupción Legal del Embarazo que le practicaron anoche a la niña tucumana a la que el gobierno provincial le denegó durante un mes el derecho a abortar. Ousset dio detalles estremecedores del procedimiento al que tuvieron que someter a la nena por la negativa del Ministerio de Salud Provincial de acatar el deseo de interrumpir su embarazo cuando aún no tenía riesgo de vida. "Una nena de esa edad tiene peligro de muerte porque no tiene el cuerpo desarrollado para continuar el embarazo", puntualizó la médica en diálogo con Radio Nacional Tucumán.

Para Ousset fue impactante ver a la niña tan pequeña y aseguró que "no alcanzaba los 50 kilos", en contraste con lo que había dicho el ministro Gustavo Vigliocco para obligarla a continuar con su embarazo producto de una violación. "La nena jugaba con muñequitas. Cuando la vi se me aflojaron las piernas, era como ver a mi hija menor. La chiquita no entendía del todo lo que iba a pasar", explicó la doctora, que fue convocada a realizar la intervención junto con su marido en el Hospital del Este. Para poder sacarle la ropa interior, tuvieron que dormirla, porque se resistía a hacerlo frente a otros, como otros chicos que resultan abusados.

"Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo", había pedido la nena de 11 años, pero el gobierno provincial tenía otros planes: obligarla a gestar. Dentro del quirófano, la situación tampoco fue fácil para la niña que fue violada por la pareja de su abuela. De acuerdo al relato de la médica, todos los presentes menos ella y su marido se declararon objetores de conciencia y se negaron a practicarle la cesárea. Ousset calificó lisa y llanamente el padecimiento al que sometieron a la niña como "una tortura". Al cargar contra el gobernador Juan Manzur consideró que "por una cuestión electoral impidió que se realizara la interrupción legal del embarazo y se obligó a la nena a dar a luz".

Ousset confirmó que la operación fue exitosa y que "la paciente está en buen estado general". "A las 26 semanas el recién nacido tiene un 50 por ciento de probabilidad de vida", destacó por otro lado sobre el feto, al explicar que "la interrupción se hizo a las 23 semanas y pesó 500 gramos". 

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