El mundo es un pañuelo, ensangrentado

Entonces “Patan” prende otro cigarrillo y cuenta:

Por el año '91 detienen a uno de los capos de la “Súper Banda”, el “Enano” Estévez, al cual yo lo conocía. Pocos días después, me toca cubrir un extraño crimen pasional en el que un policía va con su mujer a la costanera, discuten, el tipo le pega un tiro y se suicida. Yo caigo a los diez minutos. Me pregunté cuál habría sido el motivo de la disputa entre esos dos seres para que termine de una manera tan calamitosa.

Pasaron los años y un día me llama el “Enano” Estévez que ya había salido de la cárcel donde se había recibido de abogado. Necesitaba una nota que yo había publicado que podía beneficiar a un cliente suyo, entonces le digo que pase por casa y botella de whisky por medio, le pregunto: "¿Cómo caíste esa vez?". "Lo que pasa es que me infiltraron una mujer policía y para ganarse mi confianza curtió conmigo” me dice y agrega, “el marido que también era policía se ve que se enteró de esto y no le causó gracia, fueron a la costanera discutieron y, el tipo le pegó un tiro y se mató”. Y es asi, como se va cerrando una historia.