"Si nadie hace nada, lo hacemos nosotros"
"No nos mandan la policía, nos quitan Gendarmería; algo tenemos que hacer", argumentan desde San Isidro. Aseguran que la "muralla" es "sólo una pared baja con un enrejado". San Fernando protesta.
Un buen día, los vecinos que viven sobre la Avenida Uruguay, límite norte entre San Isidro y San Fernando se levantaron y encontraron que una muralla se estaba instalando en medio de ellos. Sorprendidos, atónitos, entendieron que sus rutinas habían sido alteradas en nombre de la ola de inseguridad que afecta a todos; ricos y pobres.
A pesar de que la obra no es, en realidad, una "muralla" (no está fija, sino que se puede levantar de un momento a otro), generó una polémica política y vecinal que involucra a los dos distritos. La construcción es de carácter provisorio y Posse la justifica así: "Estoy convencido de que con los cortes de las calles con bloques de cemento, similares a lo que se utilizan en las autopistas para separar los carriles cuando se llega al peaje, se afectó a muchos delincuentes y que ahora movilizaron a protestar a los vecinos que no tienen nada que ver con los delitos".
"La decisión es para hacer cierres en aquellos lugares que eran corredores, donde sufrimos hechos luctuosos. Por eso colocamos cámaras de acercamiento y cortamos aquellos lugares donde de manera lineal se puede ir de una villa a otra", explicó Posse en declaraciones televisivas.
"Esto es para ayudar a la gente honesta, no es un murallón, sino cortes de dos o tres cuadras para que la circulación no sea directa y para que en los pasos haya presencia policial, entonces el honesto se va a sentir protegido que cuando va a trabajar, no le van a cobrar peajes", indicó.
Lo mismo dijo, en diálogo con 24CON, el presidente del bloque oficialista de concejales de San Isidro, Carlos Castellano. Éste negó taxativamente que haya un intento de "discriminar" a los vecinos de San Fernando y recordó que varios de sus barrios privados impiden la libre circulación de los vecinos a la altura de la avenida Rolón, también en el límite de ambos municipios.
"No es un muro. Sólo es una pared baja con un enrejado de 250 metros de largo. Lamentablemente no nos envían los polícias que queremos, nos sacan los gendarmes y los vecinos de Barrio Jardín sufren las consecuencias", expresó el concejal. Enojado por considerar que "hay muchos que hablan sin conocer lo que pasa", Castellano dijo que "nada de esto ocurriría si los responsable de cuidar a la ciudadanía cumplirían con sus obligaciones".
Los gritos de protesta, sin embargo, no tardaron en llegar: Osvaldo Amieiro, intendente de San Fernando, se opuso tenazmente a la medida, y presentó un recurso de amparo que por sorteo hoy está bajo las manos del Juzgado de Menores 1 de San Isidro y denunció el hecho en el INADI por discriminación.
Pero Posse argumentó que la decisión de perimetrar con un murallón de casi 3 metros de alto y 1600 de largo una de las avenidas más importantes de su distrito, no obedece a otro motivo que no sea el de proteger a los vecinos.
"Desde que se fue Gendarmería, 33 vecinos quedaron sin patrullaje. En las calles sólo se colocaron obstáculos que no impiden el paso de peatones ni bicicletas y sí afecta, por el contrario, que los delincuentes entren y cometan sus delitos en nuestro distrito. Yo tengo la responsabilidad de defender a los vecinos de San Isidro”, indicaron.
Detalles de una protesta amurallada
Obviamente, la medida generó polémica. No podía ser de otra manera. "El que toma un colectivo de un lado, no lo puede tomar del otro. Los que llevan chicos a la escuela del ‘lado del frente’ tienen que dar rodeos innecesarios. El comercio se perjudica, el libre tránsito se complica...", protestan vecinos de ambas fronteras.
Aunque las distintas posturas se dejan entrever sólo allí, sobre la calle Uruguay y a metros de la muralla. “Es un acto de discriminación”, sentencia firme a 24CON un hombre mientras pita un cigarrillo blanco y mira el inusual desfile de medios de comunicación. “Hay una sala de auxilio de este lado (en San Fernando) y de en frente vienen a atenderse todos, pero nosotros no podemos ir a los hospitales de San Isidro, no nos atienden”, continuó.
Otro sanfernandino, un poco más enojado, simplemente resumió el panorama con una breve frase: “Él (Posse) se tiene que ocupar de su partido que ya tiene muchas villas”. Por el contrario, algunos de los vecinos que se ubican sobre la vereda de San Isidro reconocieron que hay muchos casos de inseguridad y apuntaron contra la otra zona fronteriza.
“Si es para seguridad mejor, ahora si es un tema político no”, dijo Antonio, quien trabaja a media cuadra de la zona. Y además, opinó que no cree que se complique el tránsito de personas "porque si se dan una vueltita más pueden pasar". Por su parte, el kioskero sanisidrense de la esquina opinó algo distinto: “Creo que hace esto se hace para que manden a los gendarmes, al muro este ya lo sacan, es un pretexto”.
El sector afectado de la avenida Uruguay está ubicado uno de los barrios más pobres de San Fernando, a pocas cuadras de una de las zonas de mayor poder adiquisitivo de San Isidro, donde se produjeron puntuales hechos delictivos que fueron paliados con la presencia de Gendarmería.