El negocio que aplastó a The Beatles

El videojuego es el negocio más rentable del mundo. Arrasa con el cine de Hollywood y vende más que los Beatles. El GTA4 superó los U$D 500 millones. ¿Cómo se trabaja en la Argentina y cómo se lucha contra la piratería?

Una bomba le explota al lado, pero zafa. El pibe prefiere agarrar otro camino. Detiene un auto en plena avenida, apunta a las sienes del conductor con una 45 y, arrebatado, le “afana” el coche. Sale a los piques, huye de la ley. Más tarde muere de un escopetazo en el estómago. Tragedia, sangre, tiros y violaciones. Nada mal para un joven iniciado de 12 años. De repente, vuelve de la muerte, <menos mal que agarré una vida atrás de ese edificio> piensa Juan, apostado frente al LCD de 32 pulgadas, casi más grande que él. Pausa el GTA4 y me mira. “¿Ves, así se juega a esto?”, dice emocionado.

Un millonario y virtual mercado

Desde que el Doom revolucionó la industria del video juego (VG) allá por el ’94, nada fue igual. Antes de la explosión y la fiebre por el entretenimiento virtual, las inversiones para desarrollar un VG no superaban el millón de dólares en Estados Unidos, cuna de este tipo de tecnologías. Hoy, el jueguito preferido de Juan, aquel que le da horas y horas de satisfacciones, y sin que él mismo pueda medirlo o siquiera pensarlo, podría haber terminado con el hambre de naciones completas: “tuvo, únicamente de desarrollo sin contar el marketing, una inversión de U$D160 millones”, reveló el CEO de Minnor Studios, Martín Repetto a 24CON.

Repetto dirige junto a Dave Werner una de las pocas empresas que desarrollan íntegramente video juegos en Argentina. “El caso del GTA4 es único porque, además, en la primera semana de lanzamiento recaudó más que Elvis o los Beatles en las mismas condiciones”. Las cifras indican que los U$D500 millones que embolsó el Gran Theft Auto durante 2008, darían como resultado una “inesperada” vuelta de tuerca: “el VG es la industria de entretenimientos más rentable del mundo. Hace más de siete años que factura más que el cine de Hollywood y en 2007 empezó a facturar más que la música”.

Según Repetto, el secreto de este triunfo llegó porque “el avance en la tecnología de consolas hogareñas y en las PC´s hace que contar historias interactivas sea más exitoso que mirar o escuchar un entretenimiento en forma pasiva”. Sin embargo, en el país de Maradona, "los juegos mejor financiados llegan tan sólo a unos U$D500 mil".

 

Principio del fin… o del principio

Pero no todo es color de rosa para los tridimensionales capitalistas. Así como la textil Puma tiene a su bizarro Pumba o Adidas lucha contra Adadis, la piratería tomó el mando dentro del mercado virtual argentino. “Aquí ronda en un 98% el software ilegal y eso lo convierte en un mercado poco atractivo”, sentencia el CEO de Minnor y reconoce que es una cuestión cultural, porque, “estamos creídos que el Software es gratis, lo cual no es cierto. Y me refiero a Software en su mayor acepción, porque también son los manuales o los libros. Pero esto no es culpa nuestra –continúa Repetto-, tiene remanentes económicos. Por eso cuando vas a la escuela un profesor te dice <no compres el libro que hacemos fotocopias>, eso es definitivamente piratería”.

De esta forma, las producciones nacionales se reducen, en su mayoría, a simples y efímeros juegos que pasan casi desapercibidos en comparación a las inmensas realizaciones norteamericanas. Salvo en contados casos, como lo son los estudios nacionales Three Melons, Sabrasa o el ya nombrado Minnor Studios, que aunque reciban subsidios internacionales, continúan creando VGs en el país

 

¿Cómo se piensa, crea, dirige y anima un Video Juego íntegramente craneado en un país donde no existe mercado y dónde se lucha constantemente contra la piratería?

 

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