La vida sin agua potable

Cerca de tres millones de personas en la Provincia no cuentan con ella y la usan en mal estado. Qué pasa.

Lo de la guerra por el agua no era broma. Cuando la profesora lo decía, hace unos diez años, parecía una utopía. “Mirá que, estando el petróleo, la gente se va a pelear por algo que sobra”, se pensaba en el aula por ese entonces. Quizá sea por la inocencia producto de tener al alcance una canilla de la cual se puede beber, o porque el cambio climático pega cada vez más fuerte en el mundo, pero lo cierto es que, a fin de cuentas, es verdad. Cruda realidad. Hoy el drama del agua es serio. Demasiado serio.

Argentina “celebró” el Día Mundial del agua con un promedio desalentador de gente que no tiene el líquido potable en su casa. Unas 3 millones de personas en la provincia de Buenos Aires son afectadas por un mal que preocupa.

Por ejemplo, en el barrio San Ignacio, de Esteban Echeverría, cientos de casas ven salir de sus mangueras aguas rojas, o negras. Los niños toman, porque otra no queda, de vasos sucios un líquido extraño. La cercanía al arroyo Ortega, un hilo de agua rodeado de basura, y la suciedad que inunda las napas, producen que la gente del lugar deba gastar unos 20 pesos en bidones. Claro, un detalle, hay gente que no tiene ese dinero.

"Tengo tumores en los riñones y muchos vecinos también. Para tomar agua tengo que comprar bidones que salen 20 pesos y hay gente que no tiene esa plata, toma igual. Hace 40 años que vivo aquí, los políticos siempre prometen el agua y las cloacas, pero nunca cumplen", cuenta Miguel, a La Nación.

Entonces toman agua contaminada, cuyo olor repugna. Después las enfermedades. Los chicos con malformaciones genéticas y la historia conocida. En el mundo, la realidad no es mucho más alentadora. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el desarrollo de los recursos hídricos mundiales, unos 1100 millones de personas en todo el globo carecen de instalaciones para el abastecimiento de agua potable y cerca de 2500 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento.

Todavía no se desató. Pero parece más factible ahora. El agua potable escasea cada vez más. Rincones en el planeta desprovistos del líquido y vivir es complicado. Esta es, al parecer, la guerra por el agua. La de las familiar que tienen que sobrevivir con la pobreza.