Carlos Paez Vilaró

Casapueblo también es Tigre

Diseñó en el Delta una casa similar a la que tiene en Punta del Este. Refugio de arte, naturaleza e historia.

El título de maestro a Carlos Páez Vilaró le queda justo, como un traje hecho a medida, como quien se viste con su propia piel. Páez no sólo tiene historia por el correr del tiempo, él construye cada minuto, cada trozo de pared edificada artesanalmente en lucha abierta contra la línea recta, es tradición  propia, es una historia personal.

En la década del ´80, se sintió atraído por una antiquísima casa de madera ubicada en la región del Tigre, instalada en el lugar desde 1889. Esta casa irlandesa, estaba prácticamente en ruinas. Lo más interesante es la vegetación  que la rodea,  las especies antiguas, una Tipa que emerge desde la esquina del terreno y se puede ver desde la avenida Libertador, las Magnolias, una Palmera y dos Araucarias.

La fue construyendo, modelándola con sus propias manos. Ese labor que es, también, descanso: “Mi formula para sentirme siempre joven”, contó el maestro. Extendió el estilo de Casapueblo de Uruguay, es decir empleando su "arqui-textura", modelada con concepto de horno de pan. En cada ambiente el artista integró arcadas, recovecos, figuras africanas, murales en bronce, y pronunciadas cúpulas extendidas hacia el cielo, revestidas con cristales de colores. Esta magnífica obra del artista es un baluarte de la arquitectura en uno de los barrios más pintorescos y nostálgicos de Buenos Aires.

En la casa de madera, que aún conserva sus formas originarias, cientos de cuadros colgados y apoyados en el suelo decoran la vivienda casi desprovista de muebles. Allí los visitantes podrán adquirir obras de Páez Vilaró. Hay láminas desde 30 pesos, obras que arrancan desde los mil dólares y pinturas que llegan al tope de los 45 mil.