Laguna de Lobos
La alternativa para unas vacaciones gasoleras
Sólo 115 kilómetros alejan el espejo de agua de la Ciudad de Buenos Aires. Para pasar unos días con la naturaleza no se necesita demasiado dinero.
Si este año no vas a ir a la costa, si la montaña no te llama la atención, tampoco querés pasar frío en el sur o para evitar la vacuna contra la fiebre amarilla si tenías ganas de ir hacia el norte, 24CON te presenta una alternativa "gasolera" para disfrutar un fin de semana en carpa.
La Laguna de Lobos se encuentra a poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a 15 de la ciudad de Lobos. Se puede llegar en auto o en tren. Este último camino es algo engorroso pero pintoresco: Hay que tomar el tren eléctrico desde Once, viajar hasta la estación Merlo de la ex línea Sarmiento y allí hacer el trasbordo a un humeante tren diesel de sólo tres vagones que, por el valor de 3 pesos, luego de dos horas de atravesar el último cordón del Conurbano y varios campos llega a la Ciudad de Lobos. Durante el recorrido va parando en varias estaciones, algunas no son más que un toldito sin boletería, otras son muestra de la época de oro de los ferrocarriles argentinos, como es Empalme Lobos donde en una estación triangular que data de fines del siglo XIX se unen dos ramales y aún se ven máquinas a vapor a la vera de la vía principal, o bien Las Heras donde destaca su edificación Inglesa.
Ya en Lobos, las opciones son pocas. Un remis que nos cobrará alrededor de 30 pesos para recorrer los 15 kilómetros que restan o el colectivo 501 que, coordinado con el horario del tren, parte desde la estación misma y en 20 minutos finaliza su recorrido en la laguna.
En auto, el recorrido es más fácil y rápido, en no más de una hora se puede unir capital federal con el espejo de agua por medio de la ruta 205, claro que se pierde la oportunidad de viajar en tren de una manera distinta a los servicios del Conurbano.
La laguna tiene una superficie de 800 hectáreas y su profundidad en épocas de muchas lluvias alcanza los dos metros, aunque en este verano la sequía ha provocado que su superficie se encuentre, en los sectores más hondos, a 60 centímetros del lecho barroso.
Famosa por la cantidad y calidad de los peces que allí se podían encontrar, hoy la laguna se encuentra casi vacía a raíz del calor registrado desde noviembre que, sumado a la disminución de la profundidad, aumentó la temperatura del agua y provocó que proliferara un tipo de alga que finalizó asfixiando a los peces. Sin embargo los pescadores del lugar aseguran que en menos de un año, si llueve considerablemente, se habrá recuperado la cantidad y tamaños de especies que allí habitan, pejerreyes, bagres, bogas y sábalos, esto gracias a la Estación Hidrobiológica que funciona en el lugar, que cría y siembra peces todos los años.
Pero la pesca no es el único atractivo del lugar, rodeado de árboles y arbustos, se pueden ver una gran cantidad de aves silvestres, desde palomas hasta patos pasando por algunos aguiluchos y pájaros acuáticos, como así también, más alejadas de los campings es posible ver nutrias. Además se pueden realizar deportes náuticos como Kitesurf, Windsurf, esquí, motonáutica o bien para los menos virtuosos en estos tipos de deportes, se puede alquilar un bote por poco más de diez pesos la hora y pasar un buen rato remando y tomando sol.
La estadía en el lugar está facilitada por la cantidad de camping privados que se encuentran en las orillas donde, con un precio de entrada de entre 10 y 25 pesos, se puede acampar, alquilar bungalows y cabañas, hacer asados, jugar al fútbol, voley y tenis en distintas canchas de los distintos clubes. Destaca el Club de Pesca Lobos, por ser el más antiguo en el lugar, fundado en 1945 y el más amplio. La oferta se completa con el camping Bahia de Los Lobos y el Camping del Automóvil Club. Para los que prefieren pasar el día solamente el lugar ideal es la costanera del pueblo de Villa Loguercio que cuenta con parrillas, mesas y baños públicos y clubes pequeños aunque sin salida al agua.
La Laguna de Lobos es un espacio propicio para el esparcimiento, el descanso y para escaparse, aunque sea por unos días y gastando poco, de la selva de cemento y del calor de la ciudad.
La Laguna de Lobos se encuentra a poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a 15 de la ciudad de Lobos. Se puede llegar en auto o en tren. Este último camino es algo engorroso pero pintoresco: Hay que tomar el tren eléctrico desde Once, viajar hasta la estación Merlo de la ex línea Sarmiento y allí hacer el trasbordo a un humeante tren diesel de sólo tres vagones que, por el valor de 3 pesos, luego de dos horas de atravesar el último cordón del Conurbano y varios campos llega a la Ciudad de Lobos. Durante el recorrido va parando en varias estaciones, algunas no son más que un toldito sin boletería, otras son muestra de la época de oro de los ferrocarriles argentinos, como es Empalme Lobos donde en una estación triangular que data de fines del siglo XIX se unen dos ramales y aún se ven máquinas a vapor a la vera de la vía principal, o bien Las Heras donde destaca su edificación Inglesa.
Ya en Lobos, las opciones son pocas. Un remis que nos cobrará alrededor de 30 pesos para recorrer los 15 kilómetros que restan o el colectivo 501 que, coordinado con el horario del tren, parte desde la estación misma y en 20 minutos finaliza su recorrido en la laguna.
En auto, el recorrido es más fácil y rápido, en no más de una hora se puede unir capital federal con el espejo de agua por medio de la ruta 205, claro que se pierde la oportunidad de viajar en tren de una manera distinta a los servicios del Conurbano.
La laguna tiene una superficie de 800 hectáreas y su profundidad en épocas de muchas lluvias alcanza los dos metros, aunque en este verano la sequía ha provocado que su superficie se encuentre, en los sectores más hondos, a 60 centímetros del lecho barroso.
Famosa por la cantidad y calidad de los peces que allí se podían encontrar, hoy la laguna se encuentra casi vacía a raíz del calor registrado desde noviembre que, sumado a la disminución de la profundidad, aumentó la temperatura del agua y provocó que proliferara un tipo de alga que finalizó asfixiando a los peces. Sin embargo los pescadores del lugar aseguran que en menos de un año, si llueve considerablemente, se habrá recuperado la cantidad y tamaños de especies que allí habitan, pejerreyes, bagres, bogas y sábalos, esto gracias a la Estación Hidrobiológica que funciona en el lugar, que cría y siembra peces todos los años.
Pero la pesca no es el único atractivo del lugar, rodeado de árboles y arbustos, se pueden ver una gran cantidad de aves silvestres, desde palomas hasta patos pasando por algunos aguiluchos y pájaros acuáticos, como así también, más alejadas de los campings es posible ver nutrias. Además se pueden realizar deportes náuticos como Kitesurf, Windsurf, esquí, motonáutica o bien para los menos virtuosos en estos tipos de deportes, se puede alquilar un bote por poco más de diez pesos la hora y pasar un buen rato remando y tomando sol.
La estadía en el lugar está facilitada por la cantidad de camping privados que se encuentran en las orillas donde, con un precio de entrada de entre 10 y 25 pesos, se puede acampar, alquilar bungalows y cabañas, hacer asados, jugar al fútbol, voley y tenis en distintas canchas de los distintos clubes. Destaca el Club de Pesca Lobos, por ser el más antiguo en el lugar, fundado en 1945 y el más amplio. La oferta se completa con el camping Bahia de Los Lobos y el Camping del Automóvil Club. Para los que prefieren pasar el día solamente el lugar ideal es la costanera del pueblo de Villa Loguercio que cuenta con parrillas, mesas y baños públicos y clubes pequeños aunque sin salida al agua.
La Laguna de Lobos es un espacio propicio para el esparcimiento, el descanso y para escaparse, aunque sea por unos días y gastando poco, de la selva de cemento y del calor de la ciudad.