Entró en un boliche cerrado, se sirvió tragos y se durmió

Duraznito no se iba a imaginar que todas sus fechorías iban a quedar registradas en las cámaras de seguridad del lugar. Pero así fue. Un joven, desaforado, ingresó en un boliche cerrado y allí "jugó" a ser barman y, después, rompió todo. Cansado de tanto destrozos, se quedó dormido. Y así lo encontró la policía para detenerlo. Había reunido los equipos de sonido en un lugar para llevárselos.

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El insólito lugar ocurrió en la ciudad de Quimilí, en Santiago del Estero. El inusual okupa fue descubierto el lunes por personal de limpieza, cerca de las 8. Ellos fueron al boliche Studio 54 y se vieron sorprendido por la presencia de un extraño en su interior. Hallaron a un muchacho casi desnudo, durmiendo en un sillón del reservado. Inmediatamente, los empleados alertaron a Sebastián Nicolau, propietario y éste a su vez al personal del Departamento de Seguridad Nº 12, que se llegó y se encontró con innumerables destrozos y un sujeto dormido.

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Cuando acudieron a los registros de las cámaras de seguridad, se dieron con las imágenes que constataron el ingreso de este joven cerca de las 23,30 del domingo. Las imágenes lo muestran ingiriendo alcohol en las barras, preparando tragos, rompiendo botellas, banquetas, potencias de sonido, micrófonos por más de 7 horas.

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La policía indicó que se trata de un muchacho de aproximadamente 25 años, apodado “Duraznito”, quien ya tiene causas en la policía local. Meses atrás había ingresado a la Escuela Nacional, hizo destrozos y también le ganó el sueño. Lo encontraron dormido dentro del local escolar.

Según publicó el diario El Liberal, Duraznito recorrió cada rincón del boliche, al que habría ingresado gracias a una escalera. La tecnología lo muestra portando los micrófonos con los que constantemente le hablaba a las cámaras de seguridad; tuvo momentos de relax en los que jugaba a ser barman y se preparaba innumerables tragos.

También tuvo sus momentos de ira en que destrozó 15 banquetas de algarrobo, también el rack de sonido, sacó todas las potencias y las llevó al techo del baño, junto con parlantes e innumerables botellas.

Tanto trabajó que cerca de las 8, ya casi sin energías, se tiró a descansar en un sillón del reservado. Allí, lo sorprendió personal de la policía local y lo alojó en la base Patrulla del Departamento Nº 12.

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28 de enero de 2014