Filman película porno en boliche de Ramos Mejía
La actriz Milena Hot protagonizó sus escenas eróticas ante más de 300 personas.
Cuando las luces se apagaron y sólo quedó iluminado el escenario, la temperatura del boliche se elevó por las nubes. Una morocha, disfrazada de guerrera, hipnotizó a las 320 personas que comían pizza en Tarantino, un local de Ramos Mejía. Después salió a escena un hombre, también con uniforme de soldado (conocido como El Mercenario Joe) y otro con una cámara en su mano. Allí, sin más, comenzaron a grabar una nueva película porno de la popular Milena Hot, la actriz argentina más famosa en ese rubro.
Milena Hot actuó con la Cicciolina y el legendario Rocco Siffredi en una película aún inédita, y ha batido récords varios en el género del porno: mayor cantidad de penetraciones en una misma escena de Latinoamérica –por 25 hombres–, mayor cantidad de películas grabadas –según su director, más de 200 y sigue sumando–, y desde semanas atrás, la primera en protagonizar una porno filmada en vivo en un local abierto al público. “La gente nos lo pedía, pero yo siempre dije que no”, se entusiasma Rubén Danilo, director e ideólogo, cuando todo el asunto ha culminado, y reconstruye la génesis. “Yo tenía reparos porque filmar en vivo te rompe el clima, y joroba la atención, sobre todo, a los varones que actúan. El porno siempre fue reticente a abrirse al público. Pero yo soy un hombre osado y me gustan los desafíos, así que se lo propuse a Milena y acá estamos”.
La entrada era una ganga: 20 pesos con pizza libre, torrentes de cerveza y un tour previo por un shopping ratonero: venta de geles íntimos, filmografía selecta de Milena Hot, consoladores coloridos y rutilantes como globos de payaso proveídos por Rey Adulto, y la flamante línea de ropa de Milena Hot con un traje de acrílico inspirado en un modelo de Ibiza que hace parecer que uno anda desnudo y, cuando transpira, el acrílico, como por arte de magia, se empaña.
Además, para afortunados, la posibilidad de colarse en la escena y quedar sin pantalones para la posteridad. Danilo dice que todo fue una coreografía premeditada: “Recién los pude llamar cuando sentí que el grueso de la escena estaba registrada. Muchos, cuando reservaron, nos preguntaban si podían participar, ‘algo livianito’, e hicimos una selección no bien entraron. No sea cosa de poner al primer loco que viene”.
Milena Hot, egresada de un colegio religioso y sin una operación encima, tiene sexo también ante cámaras. “En el exterior, me piden que me deje todo natural; si me opero, muchos productores se me van”. No importa si es frente a cien personas. No importa si hay que introducirse una máquina, un cóctel de frutas, un desconocido –Milena además, por siete mil pesos ofrece filmar películas a clientes en su hogar y les entrega el original para que hagan de su pito un éxito–, ella no tiene historia. Esto es su pasión. “Desde chica quería ser actriz porno. En verdad, me imaginaba como una chica Playboy. Todavía estoy en carrera, ¿no?”.
La filmación dura 50 minutos y, al culminar, la gente aplaude de pie –excepto los espectadores que han pasado del otro lado de cámara y se ocupan de localizar nuevamente su ropa–. El público se lleva el autógrafo de Milena, las películas, el gel íntimo a su casa y aguardan la salida del DVD con los resultados. En mayo, cuenta el director, Milena tendrá un reto aún mayor: enfrentar en este mismo lugar a diez modelos de máquinas sexuales.
Fuente: Critica
Milena Hot actuó con la Cicciolina y el legendario Rocco Siffredi en una película aún inédita, y ha batido récords varios en el género del porno: mayor cantidad de penetraciones en una misma escena de Latinoamérica –por 25 hombres–, mayor cantidad de películas grabadas –según su director, más de 200 y sigue sumando–, y desde semanas atrás, la primera en protagonizar una porno filmada en vivo en un local abierto al público. “La gente nos lo pedía, pero yo siempre dije que no”, se entusiasma Rubén Danilo, director e ideólogo, cuando todo el asunto ha culminado, y reconstruye la génesis. “Yo tenía reparos porque filmar en vivo te rompe el clima, y joroba la atención, sobre todo, a los varones que actúan. El porno siempre fue reticente a abrirse al público. Pero yo soy un hombre osado y me gustan los desafíos, así que se lo propuse a Milena y acá estamos”.
La entrada era una ganga: 20 pesos con pizza libre, torrentes de cerveza y un tour previo por un shopping ratonero: venta de geles íntimos, filmografía selecta de Milena Hot, consoladores coloridos y rutilantes como globos de payaso proveídos por Rey Adulto, y la flamante línea de ropa de Milena Hot con un traje de acrílico inspirado en un modelo de Ibiza que hace parecer que uno anda desnudo y, cuando transpira, el acrílico, como por arte de magia, se empaña.
Además, para afortunados, la posibilidad de colarse en la escena y quedar sin pantalones para la posteridad. Danilo dice que todo fue una coreografía premeditada: “Recién los pude llamar cuando sentí que el grueso de la escena estaba registrada. Muchos, cuando reservaron, nos preguntaban si podían participar, ‘algo livianito’, e hicimos una selección no bien entraron. No sea cosa de poner al primer loco que viene”.
Milena Hot, egresada de un colegio religioso y sin una operación encima, tiene sexo también ante cámaras. “En el exterior, me piden que me deje todo natural; si me opero, muchos productores se me van”. No importa si es frente a cien personas. No importa si hay que introducirse una máquina, un cóctel de frutas, un desconocido –Milena además, por siete mil pesos ofrece filmar películas a clientes en su hogar y les entrega el original para que hagan de su pito un éxito–, ella no tiene historia. Esto es su pasión. “Desde chica quería ser actriz porno. En verdad, me imaginaba como una chica Playboy. Todavía estoy en carrera, ¿no?”.
La filmación dura 50 minutos y, al culminar, la gente aplaude de pie –excepto los espectadores que han pasado del otro lado de cámara y se ocupan de localizar nuevamente su ropa–. El público se lleva el autógrafo de Milena, las películas, el gel íntimo a su casa y aguardan la salida del DVD con los resultados. En mayo, cuenta el director, Milena tendrá un reto aún mayor: enfrentar en este mismo lugar a diez modelos de máquinas sexuales.
Fuente: Critica