La mujer por la que Sabina fue a Catán en colectivo

24CON encontró a la musa del tema "Dieguitos y Mafaldas". Fanática de Boca, preside la filial matancera del club y de Sabina dice: "le deseo lo mejor, pero ya fue"

Tímida y de perfil bajo, Paula Seminara (32) le escapa a los flashes y los grabadores, aún una década después de que los medios alejaron su mirada de ella tras finalizar la relación que tuvo con Joaquín Sabina, a quién dejó cuando conoció a su actual marido. La mejor crónica de eso, la escribió el propio cantautor en la canción –por demás referencial y biográfica- “Dieguitos y mafaldas”.

Durante la inauguración, con el presidente de Boca

Sin embargo, después de tantos años, sólo queda el recuerdo de esta relación y es apenas la excusa para contar un amor más grande y -al parecer-, eterno: El amor de Paula por los colores de Boca. Felizmente casada y con dos hijos, se llena de alegría al hablar de la nueva filial del Club en La Matanza, de la cual es nada menos que la flamante presidenta.

¿Cómo se hizo de Boca?
En mi familia son todos de Boca, pero el más fanático enfermo es mi papá y yo desde chiquita vivía ese clima de fútbol. Mi papá era tan fanático que no se podía ver ni escuchar los partidos con él, entonces yo tengo el recuerdo de ir a escuchar los partidos a la radio del auto. A mi mama no le gustaba demasiado el fútbol ni que vaya a la cancha y yo dije: “cuando cumpla 18 voy a ir siempre”. Empecé a ir sola, después con una amiga, siempre a la popular, de local y de visitante.


 ¿Recibían bien a las mujeres en la tribuna o la mandaban a lavar los platos?
A mí jamás. Ahora es muy común que haya chicas en cualquier cancha, pero cuando yo iba, hace más de doce años atrás, por ahí no era tan común y menos en la popular. Y a mí jamás me hicieron absolutamente nada y eso que iba sola. Al contrario, me sentía cuidada.


¿En su época de estudiante, como hacía cuando había parciales y jugaba Boca?
Nunca dejé de ir a la cancha. A veces me llevaba los libros y apuntes a la Bombonera. Es más, el día que conocí a mi marido estaba con los apuntes encima, porque en la popular hay que estar tres horas antes, y por lo menos estudiaba, o leía en el viaje. Muchas veces me fui a estudiar a la cancha vacía. Hacía esas cosas.

 

¿Es verdad que conserva una colección de diarios deportivos en donde aparece Boca?
Sí, la tengo guardada y cada vez que me mudo voy con los diarios para todos lados. Tengo desde la primera a la última fecha de los partidos de los últimos años, los días que se juega y el día después.    

¿Tiene amigos en el plantel o relación con los jugadores?
No, no tengo. Soy de Boca, pero no me gusta eso de ir y estar con los jugadores. Prefiero estar en la tribuna, alentando con mis hijos y mi marido. Mis dos nenes son muy hinchas de Boca, no tenían opción. Y a mi marido lo conocí en la cancha, también es fanático. Hace 12 años que estamos juntos.

Repartiendo juguetes en el hospital, disfrazada de Gaspar
¿Cómo tomó la canción y las cosas que nombra, como a Boca  o González Catán?
Habla de cosas muy locales, pero también de cosas muy mías y de lo que yo hacía en esa época. Me reconozco de la primera a la última letra. Cada palabra tiene algo, cuando nombra los tangos de Manzi es porque mi abuelo era compositor, lo de pintar remeras, todo. Yo la escuché antes de que salga, porque es una canción que iba a estar en el disco anterior, pero después le agregó todo el final. Está relacionado con lo que me pasaba en ese momento, mi papá, el colectivo, Palermo, “La Bombonera”, todo. Pero son cosas que ya pasaron. Yo tengo los mejores de los recuerdos, Joaquín es una excelente persona, mucho de lo que soy hoy se lo debo a él. Me ayudó mucho en un momento muy importante y le deseo lo mejor, pero es algo de lo que ya pasaron 12 años.


¿Cómo surgió la idea de la filial, no había nada organizado?
Acá no había nada. Esto surgió después de que empecé a colaborar en Boca en el departamento de interior y de exterior. Jorge Amor Ameal –el actual presidente- dirigía ese sector en el año 2001. Y en una de las reuniones, Jorge comentó que le gustaría hacer un trabajo similar al que estaba haciendo en el interior pero acá en el Conurbano. A partir de esa idea, nos juntamos tres o cuatro chicos, muy a pulmón, y empezamos a juntar más gente y cosas, llamando de a uno a los del padrón, muy de a poco. El 20 de noviembre pasado pudimos inaugurarla y se sumó muchísima gente. Ese mismo día decidimos comprometernos de lleno con la cuestión social, más allá de funcionar como un centro de atención al socio para los abonados de la zona, para atender cualquier trámite sin necesidad de ir hasta La Boca. También queremos trabajar desde los deportivos con las escuelitas de los clubes de la zona y acercarlos con partidos, eventos e intercambio.


¿Cómo fue el evento solidario que hicieron para reyes?
Tiene que ver con el compromiso social, fue la primera iniciativa y la verdad que fue impresionante. Con muy poco pudimos hacer mucho ese 6 de enero. Nos donaron una camiseta –usada y firmada por el ‘negro’ Ibarra-, hicimos una rifa en la que colaboró mucha gente y con lo recaudado compramos juguetes, golosinas, alquilamos los trajes y fuimos para el hospital. También colaboraron mucho los vecinos, que nos acercaron cosas para regalarles a los chicos. Ese día se sumó Ángel Clemente Rojas, que se portó de maravilla, al igual que los bomberos, que nos prestaron un autobomba. Estuvimos en el hospital Materno infantil “Dr. Equiza” y en el “Simplemente Evita” y lo que fue ver las caras de los nenes, esas risas, fue impagable. Sola es muy difícil hacer cosas, pero si se puede utilizar el nombre de Boca para un beneficio, bienvenido sea.

 

¿Su entorno se acostumbró a su fanatismo por Boca?
Sí, ya me conocen. Saben que los domingos juega Boca.

¿Siente el ambiente machista del fútbol?
La sociedad es machista y el fútbol también, pero a mi, en el club siempre que fui a colaborar, me trataron de igual a igual. Y mis compañeros de la filial en ningún momento me hicieron sentir diferente, al contrario, el día de la inauguración me trajeron flores y regalos de sorpresa, tenemos la mejor relación.

¿Y en la cancha?
Menos, siempre me sentí más que cómoda. Igual que colaborando en el club. Me estoy preparando por si alguna vez me necesitan, soy contadora y puedo prepararme y dar una mano en lo económico. Hice un curso sobre los derechos de formación de los jugadores y los mecanismos de solidaridad. Hay que prepararse para participar en las comisiones del club, mi profesión me ayuda pero quiero aprender primero.

Como símbolo del club, ¿Se imagina como la nueva “Raulito”?
(risas) No, no sé, ella era un símbolo muy importante, que la conocía todo el mundo. Yo soy una mujer que le gusta el fútbol, pero sobre todo Boca. No me veo como ella, sí por ahí colaborando en el club, me gustaría mucho y lo haría con muchas ganas. Pero hay que estudiar y prepararse. Ahora estoy muy metida con lo de la Filial, que no esperábamos que tenga tanta repercusión como tuvo.

¿Qué significa Boca en su vida?
Es un amor, una pasión. Sobre todo amor. Por ahí el que escucha piensa que estoy loca, pero uno ha llorado, reído, disfrutado, conocido gente, muchas cosas.

¿Qué partido es el que más se acuerda?
Hay muchos, ¿cuál elijo? Uno puede ser el de la vuelta de Palermo después de la lesión, cuando volvió y metió el tercer gol con el que eliminamos a River de la Libertadores. Gallego en la previa había dicho “Si ellos ponen a Palermo, yo lo pongo al Enzo”. No te puedo explicar lo que era llorar y ver que no había persona que no estuviera llorando. Fue impresionante. Otro fue un día de lluvia terrible, contra Talleres en la cancha de Boca, en el primer campeonato que consiguió Bianchi (apertura ’98). Guillermo (Barros Schelotto ) había metido el primer gol, nos habían empatado y sobre la hora Palermo nos dio el triunfo. Era la primera vez que salíamos campeones después de tanto tiempo, imaginate la emoción. Por eso Palermo está en la canción (risas), me debe una. Les guste o no, la selección va al mundial por Palermo, aunque después opinen lo que quieran.  

 

Fotos: Fernando J. Deriu  - Prensa/Filial La Matanza

 

"Dieguitos y Mafaldas" / Joaquín Sabina/ 19 días y 500 noches (1999) 

 

¿Quiere recibir notificaciones?
Suscribite a nuestras notificaciones y recibí las noticias al instante