Montaña de los infieles y otros rituales sexuales
Según los antiguos egipcios, Atum fue el primer dios, se creó a sí mismo por medio de la masturbación y de su semen fueron hechas las aguas primordiales. Al ser una figura paternal era asociado con los faraones, que replicaban el mito primigenio al eyacular sobre el Nilo para garantizar el flujo del líquido vital.
Los ritos en la antigüedad eran ceremonias sagradas que reproducían las historias protagonizadas por los dioses. Los faraones, por un momento, se convertían en Atum y le transmitían a su semilla los poderes que necesitaba la comunidad; el tiempo ha modificado estas actividades, pero en diversas partes del mundo todavía existen casos similares que llevan las sesiones sexuales a lugares inimaginables.
El rito de masturbación egipcio consideraba que el semen de los faraones era una sustancia sagrada, una idea similar la tiene la tribu Sambia, de Papúa Nueva Guinea. Los niños de la comunidad son separados a temprana edad de sus madres debido a que se tiene la creencia que las mujeres perjudican a los hombres. Las pruebas para dejar de ser infantes incluyen diversas actividades como la perforación de las fosas nasales y concluyen en una ceremonia donde los jóvenes les dan sexo oral a los mayores para consumir su semen. Según la tradición, esta es la única forma en que se puede obtener el espíritu masculino.
Aventuras religiosas
En el Islam es pecado tener relaciones antes de casarse, pero en Irán idearon una forma para evitar el castigo divino. Se trata de los "matrimonios de placer", en los cuales -antes del rito- se acuerda la duración de la relación, que puede ir de unas horas a algunos años. De esta manera, los jóvenes pueden tener sexo sin pecar, aunque la única restricción es que la mujer tiene que esperar dos periodos menstruales antes de casarse otra vez.
Por otro lado, Wicca es una religión neopagana que basa sus creencias en la brujería y creencias europeas antiguas. Contrario a la creencia general, estos ritos paganos se realizan entre una pareja y las orgías no son comunes. El "Gran Rito" se lleva acabo cuando se utiliza la energía sexual de una relación con fines mágicos; todas estas sesiones tienen un objetivo claro y se alcanzan con la conexión entre una mujer y un hombre. Debido a que la actividad implica fuerzas extremadamente poderosas no puede haber distracciones: el sexo debe ser intenso y con un fin.
Encuentros "inmorales"
En la Isla de Java, el Monte Kemukus es el recinto donde cientos de personas se reúnen para tener relaciones con desconocidos. Los encuentros se realizan como parte de una ceremonia llamada Pon y se lleva a cabo siete veces al año. El rito revive la historia del príncipe Pangueran Samodro y la reina Nyai Ontrowulan, su madrastra, quienes escaparon a la montaña para consumar su relación extramarital. En el lugar fueron sorprendidos y, para castigar la infidelidad, los asesinaron y los enterraron en la cima del monte. Los peregrinos que llegan a Kemukus creen que si reviven el adulterio del príncipe y la reina tendrán buena fortuna, por lo que durante el culto tienen encuentros sexuales con desconocidos.
Las infidelidades indonesias parecen un juego de niños al compararlas con las actividades que se acostumbran a las afueras de Cartagena, en Colombia. En estas comunidades, los jóvenes tienen sus primeras experiencias sexuales con las burras de la región; se conoce a estos animales como la "primera mujer" y para los adolescentes son una oportunidad para satisfacer a su futura esposa. La actividad es tan común que varias parejas se divorcian cuando descubren que su marido continúa teniendo relaciones con su extraña compañera.
Ya sea para convertirse en hombre o para alcanzar un objetivo, estos ritos muestran que en diversas culturas el sexo va más allá del placer y la reproducción, e implica cuestiones extrañas para los que vivimos fuera de sus comunidades.
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Por Iván Montejo