El ojo que todo lo ve
La danza de cuerpos y espíritus
Cuando las tumbadoras suenan, el alcohol, los cigarrillos y las velas se apropian del lugar. Este rito incita al baile de los espíritus, aunque tiene sus límites. La matanza de animales es sólo potestad de elegidos
Otra realidad y otra perspectiva. Así se ven las sesiones que practican los Umbanda. El alcohol, los cigarrillos y las velas son un bien común al igual que los bailes con cánticos. La matanza de animales es un acto aparte, allí no participan los no iniciados.
“Los vicios son parte de los espíritus porque ellos fueron prostitutas o mafiosos en otras vidas”, detalló Mae Graciela a 24CON, quien más adelante se presentará como “María Padilla la Rahina de las siete cruceros de los cementerios”, su incorporación.
Del español al portugués en un abrir y cerrar de ojos. Cuando las tumbadoras suenan, el giro incesante de los cuerpos atrae a los espíritus bajos que es como ellos denominan a los entes de prostitutas o mafiosos que están esperando elevarse. Estos se apoderan de sus cuerpos en formas etéreas y llegan para festejar y saciar sus vicios terrenales. “Pero nunca sexuales”, dijeron los presentes porque “puede haber algunos vivarachos que intenten aprovecharse cuando están incorporados”, dijeron los chicos que practicaban en el lugar.
Al momento que Padilla se apodera de Graciela, su actitud es diferente. El espíritu fuma cuando su cuerpo no lo hace cotidianamente. De Yemanjá dijo que es algo que Padilla necesita saciar por su anterior condición en la tierra. Y para confirmar su actitud de “posesa” en el rito, se come todos los Marlboro que pita.
Los demás bailan y giran. El aire está totalmente viciado por el humo; y el alcohol pasea entre mano y mano con un mensaje bien claro: “bebe por tu deseo”. La presea es la sidra, “una costumbre”, que junto a las frutas logra contaminar todos los hígados que asisten ya que los presentes deben tomar para poder adquirir lo que fueron a buscar. En el caso de los practicantes, es la sabiduría de la religión; los demás, para cumplir con los trabajos solicitados a la Mae.
Las figuras de los dioses no tienen carácter de exclusividad. Aparecen sincretizados los de religión católica, “porque en la época que comenzó Umbanda, los blancos le prohibían a los esclavos practicar otra religión y ellos tuvieron que adaptar las imágenes católicas para poder continuar con sus creencias”, explicó la Mae.
Al finalizar la “gira” (sesión en portugués), el cuerpo contaminado se va. “El alcohol se evapora con la partida de las incorporaciones”, reveló la anfitriona al tiempo que admitió que su cuerpo no siente resaca pero con el pasar de los años puede tener algunas afecciones por las largas trasnochadas.
“Los vicios son parte de los espíritus porque ellos fueron prostitutas o mafiosos en otras vidas”, detalló Mae Graciela a 24CON, quien más adelante se presentará como “María Padilla la Rahina de las siete cruceros de los cementerios”, su incorporación.
Del español al portugués en un abrir y cerrar de ojos. Cuando las tumbadoras suenan, el giro incesante de los cuerpos atrae a los espíritus bajos que es como ellos denominan a los entes de prostitutas o mafiosos que están esperando elevarse. Estos se apoderan de sus cuerpos en formas etéreas y llegan para festejar y saciar sus vicios terrenales. “Pero nunca sexuales”, dijeron los presentes porque “puede haber algunos vivarachos que intenten aprovecharse cuando están incorporados”, dijeron los chicos que practicaban en el lugar.
Al momento que Padilla se apodera de Graciela, su actitud es diferente. El espíritu fuma cuando su cuerpo no lo hace cotidianamente. De Yemanjá dijo que es algo que Padilla necesita saciar por su anterior condición en la tierra. Y para confirmar su actitud de “posesa” en el rito, se come todos los Marlboro que pita.
Los demás bailan y giran. El aire está totalmente viciado por el humo; y el alcohol pasea entre mano y mano con un mensaje bien claro: “bebe por tu deseo”. La presea es la sidra, “una costumbre”, que junto a las frutas logra contaminar todos los hígados que asisten ya que los presentes deben tomar para poder adquirir lo que fueron a buscar. En el caso de los practicantes, es la sabiduría de la religión; los demás, para cumplir con los trabajos solicitados a la Mae.
Las figuras de los dioses no tienen carácter de exclusividad. Aparecen sincretizados los de religión católica, “porque en la época que comenzó Umbanda, los blancos le prohibían a los esclavos practicar otra religión y ellos tuvieron que adaptar las imágenes católicas para poder continuar con sus creencias”, explicó la Mae.
Al finalizar la “gira” (sesión en portugués), el cuerpo contaminado se va. “El alcohol se evapora con la partida de las incorporaciones”, reveló la anfitriona al tiempo que admitió que su cuerpo no siente resaca pero con el pasar de los años puede tener algunas afecciones por las largas trasnochadas.