La mafia perruna
Los centros de Zoonosis son obligatorios en los municipios. Algunos están superpoblados pero los veterinarios no quieren castraciones gratis. Negocios, hacinamiento, impiedad y el dolor de los que no pueden hacerse oir.
Cada municipio del país debe tener por Ley, un centro de Zoonosis dedicado a la asistencia principalementede perros y gatos. Su función es recoger a aquellos que habiten en la calles, y asistir a los que reciben. También deben castrarlos, sanarlos en caso de accidentes, y someterlos a un control antirrábico. Luego, supuestamente, deben darlos en adopción.
En el caso puntual del Conurbano bonaerense, tal como afirmaron a 24CON, muchos de estos centros se encuentran en condiciones deplorables. El mayor problema por el que atravesaron algunos Zoonosis, no todos, fue la superpoblación de animales. Y por consecuencia de ello, fueron directamente sacrificados, con el fin de bajar el índice poblacional.
Sin embargo, a fines del año pasado la problemática llegó a las Cámaras Legislativas y, a través de la ley 13879, resolvieron prohibir “la práctica del sacrificio de perros y gatos, como así también, todos los actos que impliquen malos tratos o crueldad”.
Para alcanzar el equilibrio poblacional, también ordenaron que en toda la Provincia se “debía establecer la práctica de la esterilización quirúrgica como único método de control”.
Pero hecha la ley hecha la trampa. Y así se produce otro inconveniente, menos conocido, que afrontan los Zoonosis. Por lo menos así lo afirmó a 24CON una de las representantes del Centro de perros del municipio de Ituzaingó, Graciela Bernaccia: “El Colegio de Veterinarios presiona mucho con el tema de las castraciones gratuitas, porque dicen que le saca trabajo. Siempre hay una pica y una lucha”.