Venganza de una orca y análisis de otros casos

Por Carlos Estrada
 El miércoles 24 de febrero de 2010 tomó estado público la muerte de la entrenadora Dawn Brancheau de 40 años de edad en el acuario “Sea World Parks” de Orlando, EE.UU., cuando repentinamente fue arrancada del borde de la “piscina” por una orca de  un peso aproximado a las 5 toneladas, de nombre “Tilikum”, hecho ocurrido en plena función frente a decenas de niños. El animal tendría antecedentes, es decir, se le atribuye la muerte de un entrenador en el año 1991 en Canadá (antes del cambio de acuario) y está sospechada de la muerte de un hombre con dificultades mentales en 1999, quien esperó escondido el cierre del lugar y se habría arrojado al agua donde estaba “Tilikum”.

 Las orcas (orcinus orca) son Vertebrados, de la clase Mamíferos, orden de los Cetáceos, suborden de Odontocetos (cetáceos dentados con casi 100 piezas) y familia de los Delfínidos. Su grado de inteligencia es muy alto, son pacíficas y amistosas, se comunican mediante sonoros “dialectos” que tendrían siglos de antigüedad, cada grupo utilizaría varios y son formas propias de “lenguaje” entre familias, sin permitir la llegada de otras ajenas al clan; viven en grupos no muy grandes pero también hay ejemplares solitarios Las hembras más decididas llegan a ser líderes. Atacan al hombre en defensa de la vida al ser molestadas y equivocadamente se las conoce como “asesinas” por el cine de Hollywood y la prensa alarmista, aunque son supremas depredadoras en los mares, aproximándose a las costas en semicírculos para devorar lobos marinos.

Cada individuo posee marcas que lo diferencia de otros, los machos llegan a pesar más de 7 toneladas. Japón sin atender protestas internacionales invade zonas marítimas continuando impunemente el exterminio de orcas, ballenas y otros animales bajo el falso argumento de “cazas científicas”. He visto socorrer orcas con neumonía y úlceras.

A fines de agosto de 1994 apareció en cercanías de la playa de San Pablo, Brasil, un delfín que bautizaron “Tiao” que en seguida hizo amistad con mujeres y nadaba alegre cerca de ellas, luego aparecieron hombres que se aprovecharon del animal y comenzaron a rodearlo, subirse encima, sujetarse de su cola y hasta introducirle palillos en los orificios respiratorios Cansado de agresiones y considerándolos enemigos, la primera semana de diciembre de ese año tomó venganza y atacó a un bañista masculino y con un cabezazo lo mató por graves lesiones internas, hiriendo incluso al acompañante que fue internado en estado delicado; una semana más tarde hirió a siete hombres que lo molestaron y en pocos días el número de víctimas creció a más de 20 personas.

Algunos científicos y los “entendidos” de siempre que salen a decir cualquier cosa, hablaron de “preferencias” por las mujeres, de una cuestión “hormonal”, ataques de “celos”, etc., pero mis experiencias directas con animales salvajes y accidentes sufridos me demostraron que en sus juegos estos no saben medir ni controlar sus fuerzas con  nuestra debilidad  y falta de resistencia (casos de chimpancés, leones, leopardos, osos y tigres) y las violentas reacciones suceden a verse molestados o en peligro, porque como los humanos tienen días de mayor estrés, dolores corporales o ganas de estar quietos, sin que los obliguen a trabajar contra su voluntad. Los domadores y entrenadores creen que todos los días los animales están listos para aprender y ejercitarse, y los científicos que “asesoran” no evitan los abusos y sólo hablan de “controles de seguridad” (?). SEGURAMENTE DESPUÉS DE LEER MI ARTÍCULO, COMO SIEMPRE APARECERÁN MÁS “ENTENDIDOS” HACIENDO PROPIOS MIS DATOS Y CONOCIMIENTOS PARA OPININAR DESDE LA COMODIDAD DE UN ESCRITORIO O UNA COMPUTADORA.

Para realizar estudios en nombre de la ciencia no es necesario capturar delfines y orcas llevándolos a vivir a espacios reducidos de agua, lejos de sus ambientes naturales, privándolos de placeres y de la dignidad de vivir a su manera, asuntos que los gobernantes parecen ignorar mientras dilapidan el dinero del pueblo en viajes junto a  decenas de allegados y “asesores” para asistir a reiteradas conferencias internacionales de discursos propagandistas, permitiendo a sabiendas el daño ecológico que se realiza delante de sus ojos y no evitan.

Los circos tienen durante todo el día parados y encadenados a los elefantes, los enseñan a juntar las patas y subirse a un banquito, los monos andan disfrazados en bicicletas por un cable instalado a gran altura, los leones y tigres están en pequeñas jaulas sin poder moverse, desarrollan problemas de conducta, atrofian sus músculos, sufren deformaciones en el crecimiento y dolores en la vejez, sumado a estrés por ruido y las luces, después deben saltar por aros de fuego –latigazos mediante, y soportar al lado a otros con los que no tienen afinidad; los delfines y orcas son montados como caballos por sus entrenadores para entretener al público (mediocres insensibles que llevan a sus hijos a ver fieras “domesticadas”), osos con narices perforadas y manejados con cadenas sujetas a un aro que “bailan” con una pollera puesta, zoológicos que siguen acumulando y canjeando bajo “cortinas legales” fauna contrabandeada, etc. Una ofensa al reino animal, una inexplicable agresión hacia los animales salvajes mantenidos en cautiverio por inacción y hasta complicidad de gobernantes, legisladores y jueces que se enriquecen en los cargos y se suceden sin hacer obras de bien que la historia valore.

Muchos despreciables viven de los animales, lucran con espectáculos crueles y quieren demostrar que la fauna salvaje puede ser “domesticada” (entiéndase: sometida a los caprichos del hombre mediante maltrato físico y psicológico), enseñando comportamientos diferentes a lo que hacen en libertad entre congéneres.

    CREO QUE LA VENGANZA DE LA ORCA ESTÁ JUSTIFICADA y no deben aplaudir ni aprobar la aplicación de eutanasia en circos y zoológicos cuando un animal mata a un domador, cuidador o a un extraño imprudente porque nada indica que estas conductas se reiteren, LO QUE NO DEBERÍA REITERARSE ES MOLESTAR A LOS ANIMALES, tampoco confiar excesivamente ni ingresar a sus territorios (espacios especiales donde viven, jaulas, etc.).

    El hombre atenta contra la Naturaleza y se aleja de Dios convertido en el peor enemigo de los animales y las plantas, después… la Naturaleza pasa facturas por esos daños y nos alarmamos ¿de qué nos alarmamos?
Escritor, periodista de investigación y proteccionista independiente de fauna salvaje
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