El barrio Palangana está completamente bajo el agua

 

El Barrio Juan Domingo Perón apenas figura en algunos mapas. En la mayoría sigue siendo un descampado a la vera del Río Matanza. Conocido como Palangana, por sus históricas inundaciones, en menos de cinco años cambió su fisonomía. Los vecinos que lo eligieron para vivir construyeron con sus propias manos las calles y el tendido eléctrico, pero el agua se llevó todo.

“Hay como 300 evacuados. La mayoría en la escuela 70. Se evacuaron por sus propios medios, cuando subió el agua se fueron a la escuela, nadie los ayudó”, explicó a 24CON Mariana Franco, una referente del barrio.

La escuela no fue elegida por azar, es una de las pocas edificaciones que tiene acceso de asfalto, lo que la hace especial. “Algunos se quedaron en sus casas para cuidarlas, pero la mayoría se fue a la escuela. Mucha gente perdió todo. Necesitamos mercadería, ropa, medicamentos, agua potable. Necesitamos que vengan médicos, tenemos chicos brotados”, señaló.

El barrio se urbanizó de mano de los propios vecinos que entre todos, y haciendo un pozo común, fueron comprando camiones de tierra, a un costo de entre 200 y 300 pesos, para rellenar las calles y los terrenos. Lo que era el reservorio y por donde se desalojaba el agua de la cuenca Matanza-Riachuelo durante lluvias y crecidas, se transformó en un barrio. Empero, no pudo escapar del cause del agua ni de su nombre.

 

“Teníamos agua de la última inundación fuerte. De la inundación de octubre, pero como es una palangana, el agua no corre, no tiene a donde correr”, destacó Franco.

Ante la inclemencia del tiempo, la solidaridad afloró entre los vecinos. Unos a otros se fueron ayudando para trasladarse hasta la escuela o a zonas secas y altas. Entre los más chiquitos, quienes más sufrieron el agua y el frio, dos nenes debieron recibir ayuda especial.

Dieguito nació hidrocefalia que le dejó secuelas irrecuperables. Ante las dificultades motrices necesitó una silla de ruedas pero sus padres no podían comprársela. Conocedora de las necesidades y del sufrimiento de los hijos, la madre de Joel Vera, un chico discapacitad que estuvo a punto de quedar en la calle, le regaló una silla especial para que pudiera moverse dentro de su casa.

 

Le darán una casa al nene discapacitado que iba a ser desalojado – ACÁ-

“La silla se le mojó toda, no sé si se podrá recuperar. Mi marido lo tuvo que sacar a upa”, explicó Mariana.

Ezequiel también tiene capacidades diferentes. Sin brazos, necesitó de sus padres y vecinos para poder escapar del agua. “Caminaron con la silla por el terraplen. Fue muy peligroso porque si resbalaban caían al Riachuelo”.

El agua aún no baja en el Palangana. Algunos vecinos transitan sus casas con el agua en la cintura, mientras los más afortunados tienen el agua sólo hasta las rodillas. Esperan la solidaridad de otros barrios y del municipio para que les acerquen comida, medicamentos y ropa, mientras miran las olas que se forman en torno a las piernas de algún vecino que sigue recorriendo el barrio ofreciendo ayuda.

 

 

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3 de abril de 2013