Choque de barcos pasó porque la ley "hace agua"

Sindicatos apuntaron que la legislación no se modificó nunca en 40 años y que está estancada. "La falta de especialización de los paraguayos ocasiona más tragedias", dijeron a 24CON.

Era una noche clara, sin niebla. El recodo del kilómetro 102 del río Paraná de las Palmas, a la altura de Zárate, aguardaba el encuentro de dos moles. Nada podía salir mal si se respetaban las reglas: los barcos no deben cruzarse en las vueltas. El que sube tiene que esperar que el que viene cargado (de bajada), pase. Sólo que uno de ellos no acató las órdenes y ocasionó el desastre.


La colisión entre el arenero “Río Turbio” (de bandera argentina) y el remolcador de empuje paraguayo “Ava Payagua”, quien no habría obedecido el manual, ocurrió el sábado 12 de mayo a las 3:58 y mató a 7 personas. El buque del país vecino "quedó embicado y el arenero está aparentemente apoyado sobre el lecho del río, sin haber producido derrame de combustible", precisó en ese entonces el vocero de Prefectura Naval Argentina, Marcelo Casas.


De inmediato, seis tripulantes argentinos murieron ahogados. Uno de ellos estuvo sumergido 30 días hasta que fue encontrado en avanzado estado de descomposición. El único que pudo contarla fue el segundo oficial Héctor Bogado, de 28 años, uno de los pocos que estaba despierto a bordo y logró tirarse al agua antes del impacto.

 

La tragedia de Zárate reavivó un reclamo que lleva años de lucha entre los sindicatos navales del país: que se modifique el Capítulo 4 de la cuarta sección del Régimen de la Navegación Marítima Fluvial y Lacustre (REGINAVE), o sea, el código de navegación interna, para que oficiales argentinos acompañen a los barcos internacionales en los ríos. El fin, según dicen los afectados, es disminuir el índice de accidentes provocados por tripulantes “sin capacitación”.


En efecto, durante la jornada de ayer se reactivaron una serie de movilizaciones en la zona de Retiro donde la consigna era la revisión de la ley para proteger a todos los navegantes. De acuerdo al secretario del Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina, perteneciente a la seccional San Fernando, y conductor superior de máquinas navales, Carlos Romero, “el accidente podría haberse evitado si la REGINAVE estuviese planteada de otra manera”.


Para el síndico existen dos factores que perjudican el tránsito fluvial: “Por un lado, los marineros paraguayos no tienen el título ni la capacitación correspondientes para transitar por aguas extranjeras; por el otro, y a sabiendas de esa falta, nuestra legislación no los limita y pueden entrar y salir sin inconvenientes”.


A su vez la ley, confeccionada por el Decreto Nº 4.516 del 16 de mayo de 1973 y sin posteriores modificaciones, habilita a los buques de bandera paraguaya a “navegar en aguas jurisdiccionales argentinas, en las zonas que establece el Tratado de Navegación entre la República Argentina y la República del Paraguay, conducidos por sus propios prácticos o baqueanos… y quedarán eximidos de embarcar personal habilitado”.


En contraposición, dijo Romero a 24CON, “cuando llegás a un puerto paraguayo te obligan a embarcar a un técnico paraguayo, que es la lógica”.


Los gremios contabilizan que los accidentes son más recurrentes cuando los navegantes son guaraníes. “Ni siquiera ocurre con los bolivianos, porque ellos sí tienen la capacitación correspondiente”, expresó el gremialista, quien también denunció que "existen muchos accidentes que ocurren cotidianamente pero que no tienen repercusión mediática y la mayoría implica naves vecinas".

 

 

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