Humor a la carta: un bar se hizo famoso en Facebook por sus carteles delirantes

"La Pulpería del Cotorro" explotó en la red social por el pizarrón de su entrada, que todos los días se renueva con un original chiste. "No pensé que iba a tener este éxito", dijo el dueño a 24CON.

Por Leticia Leibelt
Su nombre es Julián Mazzeo pero, como si fuera un personaje de dibujos animados, o un bizarro villano de Batman, se hace llamar “El Cotorro”. Esa es la identidad con la que se da a conocer, después del “hola” inicial, con toda la clientela de su bar de Parque de los Patricios, que se llena cada día gracias a una astuta campaña de marketing y humor, ideada por él mismo. Y lo único que necesitó para cocretarla – aparte de su creatividad – fue un pizarrón, varias tizas y un perfil de Facebook.

Es que este emprendedor, de 39 años, no viene del “palo” de la gastronomía: siempre estuvo ligado al teatro, la música y el dibujo humorístico. Incluso tenía su propia página Web, hasta que se la hackeó “un flaco de Las Vegas, que lo hace para después ‘pedir rescate’”, cuenta él, en diálogo con 24CON.

Así, desde junio del año pasado, abrió “La Pulpería del Cotorro” y, para impulsarla, se le ocurrió poner un cartel en la puerta, que todos los días tuviera un mensaje gracioso y nuevo. Algunas veces habla de temas actuales, otras veces de política y otras son puras locuras. Hasta rebautizó varios platos para darle un toque cómico al menú, que ofrece “empanalgas” y milanesas “napolitangas”. 

“Como tengo una base de humorismo gráfico y también de radio, pongo lo que me va saliendo y, si hay algo de actualidad, lo mecho. Lo empecé a hacer como algo comercial, pero no pensé que iba a tener tanto éxito”, confiesa Julián.

La explosión se dio cuando, además de actualizar estas insólitas frases, comenzó a sacarles fotos con el cartel a los primeros comensales que llegaban al lugar, y a subir esas fotos al Facebook de “La Pulpería del Cotorro”. En poco tiempo, la página ya cuenta con casi 6 mil seguidores, y el dueño reconoce que, de sus clientes, “un 40 por ciento viene al bar porque vio las imágenes” en la red social.

“Ahora ya es una exigencia, las personas me piden que cambie las frases y se acercan a verlas. Vienen a comer de toda la Capital y hasta pasó gente de Rosario, San Luis y Uruguay, que lo vio primero en Facebook”, asegura.

Arrancar de cero

A pesar de sus inclinaciones artísticas y de comediante, “El Cotorro” siempre “laburó de otra cosa”, en comercios de diferentes rubros. Su último trabajo fue como vendedor en un local de ropa, hasta que el año pasado se cansó y empezó a hacer realidad el proyecto que siempre tuvo en la mira junto a su esposa.  

En la esquina de Papri y Pedro Chutro, cerca de su casa, funcionaba un bar legendario desde los años ’30, donde él solía ir a comer. El lugar estaba venido abajo y su último dueño era un hombre mayor, que tenía ganas de retirarse y vender el fondo de comercio. Así que El Cotorro aprovechó la oportunidad.

“La cosa se fue dando y lo compramos con mi mujer. Arranqué solo, con una cocinera. Pero, como está en el medio del nuevo polo tecnológico, hay muchas empresas nuevas en la zona y éste es el único bar, así que se volvió un furor en el barrio. Después, con los carteles flashearon y me quisieron conocer. Entran, preguntan y se sacan fotos conmigo. Yo me río, me parece raro”, asegura Julián.


Además, “La Pulpería” tuvo una cálida bienvenida por los grandes cambios que le hicieron al local. “La imagen no era muy buena en el barrio y hubo que refaccionar todo de cero. No había nada de lo que hay ahora, salvo las paredes. Cambió la onda y se quedaron muy contentos con la ambientación”, dice.

Dentro de esta gran remodelación “El Cotorro” incorporó, en las paredes, fotos de grandes personajes argentinos como Diego Maradona, “La Coca” Sarli, Alberto Olmedo, Mercedes Sosa, Ringo Bonavena, Sandro y “El Che” Guevara, y también de otros íconos internacionales como Woody Allen, Los Tres Chiflados, Bob Marley y Elvis Presley, además de réplicas de obras de Frida Kahlo y Fernando Botero.

“Armé una especie de mini-museo con objetos antiguos que ya tenía en casa y que sigo comprando: estufas, botellas, sifones y muchos muñecos y juguetes. Los vecinos lo vieron y me empezaron a regalar cosas para agrandar la colección”, comenta Julián.

Aunque por ahora “La Pulpería” abre de lunes a viernes de 9 a 16, el dueño está pensando en extender el horario e incorporar un día del fin de semana, porque ya son muchos los que se lo piden en la red social. Así que “El Cotorro” deberá pensar cada vez más mensajes ocurrentes que dejen satisfecho al humor de sus clientes, para que ellos quieran luego satisfacer sus estómagos con una buena “napolitanga”.

 

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