La banda "tumbera" cambió los fierros por música y poesía
Es la primera en grabar un CD dentro de una cárcel. 24CON compartió su último ensayo en la Unidad 48 del Penal de San Martín.
“Rimas de Alto Calibre” nació a fines de 2009 como un taller más de los 13 que el Cusam (Centro Universitario perteneciente a la Universidad San Martín) lleva a cabo en la Unidad 48 del Penal San Martín, donde tiene sede propia.
Desde fines de 2009 el pequeño taller de versada popular ya había derivado en la conformación de una banda de música con todas las letras. Con una base de integrantes que se sostuvo desde el inicio y otros rotativos que se fueron, llegaron o ambas.
Todos los integrantes de la banda tienen un rol definido y, a su vez, espacio para la creación. De esta manera, todos aprendieron cómo componer una canción, trabajar en las letras y descubrir talentos ocultos a la hora de tocar los instrumentos o acercarse a un micrófono.
“La música que hacemos acá no es ni “pibe chorro” ni “monje”. Le cantamos al amor, a la violencia, a la paz, al fútbol, a la cerveza. A todo lo que conocemos, queremos conocer. Los sueños de cada uno”, explicó Lautaro, quien junto a José Lavallén dirige y participa de la banda. Temas como “Mala mujer”, “Nena Bolsita”, “Pensando en vos” y “Reggae preventivo”, así lo confirman.
Para fines de 2010 lograron cumplir el primer sueño. “Rimas de Alto Calibre” tiene el orgullo de ser la primera banda en grabar un CD íntegramente en una cárcel. El mismo fue realizado en el estudio móvil de “La Burra Récords” (propiedad de Juan Pablo de Mendonca, otro de los generadores del proyecto) y contó con la colaboración de artistas como Andrea Prodan (hermano del mítico Luca), Sergio Dawi (Los Redondos), Alejo Ferrero (Las Pelotas) y Paz Ferreyra (Miss Bolivia). Además, hace unos meses contaron con la visita de René Pérez (“Residente”), líder de “Calle 13”, su hermano Eduardo Cabra (“Visitante”) y la cantante cubana Diana Fuentes, con quienes compartieron una charla, poemas y música.
Historias, prejuicios y nuevas oportunidades
“Se romperán las cadenas y mi sueño llegará. Se romperán las cadenas, llegará la libertad”, reza a modo de expresión de deseo el estribillo de una de las canciones más pegadizas de la banda.
Al ingresar al penal y ver a los internos, casi desde el inconsciente surge una suerte de temor que se traduce en una pregunta prejuiciosa: “¿Qué habrán hecho para estar acá?”. Luego, al verlos divertirse mientras comparten un mate, llevan y acomodan los instrumentos y comienzan a prepararse para el ensayo, los prejuicios empiezan a desaparecer aunque no del todo.
Si bien ya no importa tanto qué hicieron, sí hay intriga y escepticismo en relación con qué hacen. “¿Serán un desastre y solo es una excusa para estar un rato afuera del pabellón o realmente tendrán algo para ofrecerle al arte?”. Ese arrogante interrogante se responde al unísono con el comienzo del ensayo.
Son muchos y el lugar es chico. Por lo cual no pueden escaparle al libreto. Cada uno concentrado en lo suyo, confiando y respetando el espacio del otro. Todos con particular atención en Lautaro, que dirige la batuta. El resultado no tiene desperdicio y alienta a pensar lo que podrían llegar a hacer de contar con elementos técnicos y espacios físicos adecuados para una banda de 15 integrantes. Pero eso, por ahora, tampoco importa demasiado.
Además de grabar un CD, “Rimas de Alto Calibre” se presentó en el campus Miguelete de la Universidad de San Martín, aunque la fiesta no fue completa porque tres de los músicos, incluido el Patón (uno de los líderes naturales de la banda), no recibieron el permiso para ir a tocar.
Juan Chilote, un espejo de “Rimas de Alto Calibre”
Quien sí estuvo en el campus fue Juan Chilote, que recuperó su libertad hace un año y medio. Juan estuvo preso en cuatro oportunidades, pero asegura que “no habrá una quinta”. Pese a estar cada vez más aferrado a la religión, desde que salió en libertad por última vez volvió a tener una recaída producto de una relación amorosa que terminó de la peor manera. Esto hizo que se alejara de la banda por algunos meses y volviera a una vida que sabe no le conviene.
“Estaba en una relación y ella abortó al nene que íbamos a tener y terminó todo mal. Hasta quise ahorcarme. Entonces volví a entrar en un pantano de dolor, porque también falleció mi mejor amiga. Eso me dejó nocaut. Volví a caer en las drogas, a tirar la plata. Las drogas te aíslan de las personas que querés. No confiás en nadie y hasta te volvés mala persona”, contó Juan a 24CON.
“Entonces me alejé también de la banda, pero un día volví y pensé que (los demás integrantes) me iban a reclamar que me había ido. Pero nada que ver. Todos me recibieron bárbaro”, recordó y agregó: “Esto me vino bárbaro, porque la calle te llama. Las tentaciones te llaman”, reconoció.
Con un look “Sabina”, amante de un rock fuerte y rebelde al estilo “Carajo” y “Almafuerte”, Chilote encontró en “Rimas de Alto Calibre” su lugar en el mundo, pero sabe que no es fácil el camino hacia otro estilo de vida.
Juan aportó dos canciones de su autoría al álbum: “Rosa Negra” y “El Ángel Vengador”. “Cuando canté mi canción en (el campus) Miguelete, lo hice con toda el alma. Dejé la vida ahí arriba. Sentí un alivio increíble. Como si todos los problemas desaparecieran”, graficó.
“Sé que Dios me da oportunidades. Y ésta la quiero aprovechar. Mi vida fue siempre un ‘cachivache’ y yo le echaba la culpa a otro. Pero soy yo. Acá aprendí también que ‘somos nosotros’. Que no hay un ‘yo’. Entonces yo tengo que hacer las cosas bien, porque también de mí dependen otros, de la misma forma que yo dependo de ellos”, expresó.
La historia de Chilote puede resumir a la de la banda. Errores, nuevos caminos, tropiezos y amor a la música. Encontrarse y valorarse a uno mismo dentro de un grupo y respetar y valorar al otro que forma parte de ese grupo. Es decir; vivir y convivir en sociedad.
La apuesta del Centro Universitario San Martín
El Cusam es de por sí una innovación. El Servicio Penitenciario Bonaerense cedió un espacio dentro del propio penal a la Universidad de San Martín, a fines de 2008, con la intención de crear talleres para los internos.
Entre sus talleres y cursos, el Cusam logró en apenas un año que 200 de los 800 internos del penal se sumen a las actividades que se desarrollan en el pequeño espacio físico que tienen destinado para las mismas: un apartado de cinco habitaciones transformadas en aulas, biblioteca, salón de informática, la dirección y, próximamente, la pastelería.
Video presentación de “Rimas de Alto Calibre”
FOTOS: Javier de Mendonca
VIDEO: Pedro Otero
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