Manteros: La peligrosa mafia que le roba al cine
Los piratas ambulantes ya robaron el 80% del mercado y van por más. Trabajadores de la industria denuncian que son pequeñas pymes con varios empleados y muy peligrosos, "porque de la piratería se salta a otra cosa, como a la venta de droga".
Así lo advirtieron dos cámaras del sector, Unión de Trabajadores de Sociedades de Autores (UTSA), y la Unión Argentina de Videoeditores (UAV), quienes en una paradójica situación lograron acordar con los sindicatos el aumento salarial en cero pesos.
“Cuando le blanqueamos a los trabajadores la realidad que se vive en la industria hoy, nos entendieron”, aclaró a 24CON el director de UAV, Rubén Gutiérrez. El cálculo que mostraron dice que de los $935 millones que la industria del cine genera en el país anualmente (contando las producciones nacionales y las regalías que se desprenden de las internacionales por distribución y reproducción) “sólo $262 millones fueron al mercado legal, el resto cayó en manos de la piratería”, denunció Gutiérrez.
El principal competidor de las grandes editoriales son los “manteros”, mejor conocidos como vendedores callejeros. Según fuentes policiales, los ambulantes “trabajan en redes que pueden agrupar desde una sola persona que funciona como productor del material, hasta complejas simil pymes con empleados que están constantemente copiando y distribuyendo las películas por los puestos”.
Con un crecimiento del 110%, los puestos callejeros están diseminados por todo el país con una marcada incidencia en el Conurbano. “Que exista la venta ilegal genera pérdidas invalorables, porque la gente normalmente piensa que por ser una película extranjera solamente le están robando a los estudio de afuera y en realidad ellos se llevan sólo el 8% del producto y otro 91% va a la industria nacional”, replica el representante de Videoeditores.
En términos legales, este tipo de ventas tiene “competencia federal por lo que cada municipio tendría la obligación directa de levantar los puestos si es que quiere que desaparezcan”, dijeron desde el Ministerio de Seguridad bonaerense. Pero la realidad indica que cualquier policía puede actuar de oficio frente a un ilícito, ya sea en jurisdicciones a las cuales pertenece o no.
“Es una mentira que no pueden actuar, pero tienen que denunciar la causa al juez o fiscal de turno correspondiente a cada jurisdicción”, aclaró a este medio el abogado Diego Diéguez Ontiveros y planteó una sospecha: “El problema es que algunos policías, que deben velar por la no existencia de delitos, tendrían connivencia con el tipo que está en la calle”.
Reglamentado bajo la Ley 11723, más conocida como ley de Propiedad Intelectual, la venta de productos falseados se cataloga en el artículo 172 del Código Penal como defraudación que comprende penas de un mes a seis años de prisión. Además, esta infracción atenta también contra la Ley 22362 (marcas), que es la más relacionada con las editoriales. Los vendedores estarían produciendo así, una doble estafa.
Si bien, el uso de los DVD vírgenes es legal para la utilización personal y de transmisión de dato, el UAV estima que la mayor cantidad de las importaciones van a parar al mercado negro. Números estadísticos indican que para el mercado legal, se producen alrededor de seis millones de discos. Un contraste porque “en 2006 se importaron 55 millones de discos; en 2001, 97 millones y en 2008 la cuenta ascendió a los 116 millones”, dijo Gutiérrez.
Detrás de los “manteros”, dicen los productores, hay grandes inversores porque “no es posible que en un allanamiento donde se secuestran 15 mil copias al otro día ese mismo tipo siga funcionando con una cantidad similar a la secuestrada”, reprochó el titular de UAV y agregó: “los hemos visto con autos, divididos por turnos y con una capacidad logística muy grande. Además son muy peligrosos, porque es bastante común que la gente que se dedica a los negocio paralelos ilegales, el día de mañana se dedique a otras cosas como la prostitución o la venta de drogas".
Pero “las editoras no tienen coronita porque muchas veces te obligan a comprar el catálogo completo de estrenos mensuales, y eso obliga a muchos, que son locales de barrio con pocos clientes, a comprar copias”, reveló el dueño de un reconocido Video Club de la zona Oeste.
Aunque las copias no es el único medio de falsificación. Internet sería otro de los futuros competidores del cine, sin embargo “hoy en día no se contabiliza ya que las redes actuales no tienen la capacidad de descargar tanto material”, explicaron desde Videoeditores y bregaron: “el futuro del cine es muy incierto. Siempre va a ver gente que le guste ir a las salas, porque eso es imposible de simular, pero las posibilidades que brindará la tecnología aún se desconocen, y en Argentina todavía más”.