La salud volvió a jugarle una mala pasada con un linfoma en su riñón izquierdo, le ganó. De nuevo. Realizó un arduo tratamiento que incluyó quimioterapia y logró revertir la compleja situación.
Ahora, tras haber anunciado su nueva victoria y decir que no volvería a pasar por algo así, Peña se sometió a una nueva batería de análisis. El resultado mostró una manchita que preocupó a su oncólogo.
De todas formas, apenas comunicó la pésima noticia a la audiencia, retrucó, fiel a su estilo, diciendo que: “El único miedo que tengo es morirme dormido, y que en mi epitafio estará escrita la frase: ‘No le pido perdón a nadie’”. Un Fernando Peña auténtico.