Otro vecino al que se lo "tragó" la tierra
Luciano no aparece y los uniformados de Lomas del Mirador están bajo la lupa.
El joven cumplió los 18 años en febrero, y vive en el convulsionado barrio 12 de Octubre de Lomas del
Mirador, epicentro de la inseguridad algunos días atrás por casos resonantes como el asesinato del florista de Susana Giménez.
Luciano desapareció y no se supo más de él. Pero lo que sí se sabe, al menos por dichos de sus familiares, es que no tenía la mejor de las relaciones con los efectivos policiales de la zona. Es por eso que su hermana, Vanesa Orieta reconoció a este medio: “Uno de los primeros lugares donde lo fui a buscar fue al destacamento, porque 4 meses antes mi hermano había estado detenido ahí y había sido golpeado muy fuerte”.
El 21 de septiembre Luciano fue acusado del robo de un celular y estuvo demorado en la comisaría varias horas. 24CON constató que hay un juzgado de menores interviniendo en esa causa. Vanesa duda de la veracidad de ese hecho y aseveró que mientras estaba detenido, escuchó cuando su hermano le gritaba desde uno de los cuartitos del lugar: “Vane me están pegando”, le habría dicho.
Acto seguido, la mujer explica que escuchó como los efectivos del destacamento despidieron a su hermano de la dependencia: “Negrito acá no te hicimos nada, ojo con lo que decís porque vas terminar en un zanjón”.
La familia de Luciano sostiene que ese no fue el único amedrentamiento que sufrió el joven, ya que poco tiempo después las advertencias continúan. “Lo siguen parando, hasta le ponen un arma en el pecho”.
Los dichos de Vanesa los refuerza Pablo Pimentel, presidente de la Asamblea Por los Derechos Humanos (La Matanza) y asesor de la familia. Él está seguro de que el joven pasó por esa dependencia antes de desaparecer: “Nunca se fue del barrio y era obvio que los policías lo iban a volver a cruzar… No sé cual fue el motivo de la detención pero sí se sabe a ciencia cierta que estuvo en el destacamento de Lomas del Mirador”.
Por el hecho se abrió el expediente 3044/09 caratulado “averiguación de paradero” que ya pasó por las
manos de la UFI Nº 7 de La Matanza y luego, por pedido de la familia, se derivó a la UFI Nº 1, a cargo de Celia Cejas Martín. Fuentes cercanas a la fiscal señalaron a 24CON que se barajan varias hipótesis, aunque por lo bajo sostienen que la principal sospecha apunta al destacamento en cuestión. Las mismas fuentes argumentaron que personal de la Fiscalía inspeccionó varias comisarías de la zona y decenas de testigos ya fueron citados a declarar.
Según los familiares, en medio de la causa hubo varias intenciones ajenas para desviar las investigaciones y por eso determinaron que tome el expediente otra UFI. En el mes de febrero, una niña de 13 años le dio en mano una carta al hermano más chico de Vanesa, la que además de nerviosismo generó más dudas. Escrita en regla, pedía gran cantidad de cocaína por la liberación de Luciano. El escrito, también aporta datos a la causa. Por otro lado, en una madrugada de domingo, en la casa de la familia Arruga sonó el teléfono y, según Vanesa, dijeron ser de Missing Children para averiguar cosas de su hermano. “Es una estrategia policial”, reconoce.
El día clave fue el 9 de marzo, cuando un testimonio encrudeció las sospechas y reforzó lo que los familiares suponían. Un allegado a un supuesto compañero de detención que también estuvo en el destacamento, declaró en la Fiscalía que Luciano había permanecido allí. La principal hipótesis, iba tomando cada vez más fuerza. “A mi hermano lo mató a golpes la policía cuando estaba detenido”, dice Vanesa.
“Entendemos –indica Pimentel- que en el caso de Luciano han querido tapar todo tipo de pruebas y evidencias. Han utilizado una figura que en la Argentina nos duele mucho: la desaparición de un cuerpo o de una persona”.
Por otra parte, una allegada a la familia habría sufrido amenazas, llamados intimidatorios y “la siguieron en un coche”. La mujer se había mostrado muy activa en todas las protestas y reclamos. Estos supuestos amedrantamientos llegaron a oídos de funcionarios del ministerio de Seguridad de La Plata y de la Fiscalía.
“De comprobarse el hecho creo que va a haber una cadena de responsabilidades muy grande de autoridades importantes, porque no se está hablando de una muerte común. Acá intentaron borrar pruebas, es gravísimo”, opinó el abogado.
Desde el destacamento policial sólo dijeron a este medio que no estaban autorizados a dar ningún tipo de información. “No es que uno niegue nada, es que no podemos hablar”, señaló un oficial.
Por su parte, el titular de Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador (VALOMI) y principal impulsor de la creación de dicho lugar, Gabriel Lombardo, expresó a 24CON que no tiene buena afinidad con la familia de Luciano. Dice que lo culpan a él por su desaparición, de lo cuál lógicamente consideró como un despropósito y advirtió que hay “responsables políticos”.
“Los mismos villeros –por los habitantes del barrio 12 de Octubre- dicen que el chico había ido muy nervioso, le pegó al hermanito y se fue. Hasta la hermana me dijo que lo vieron caminando por la Avenida Mosconi hacia San Justo y que un patrullero lo levantó. En ese caso ya no sería el destacamento de Lomas, es la comisaría de Don Bosco, esa es la jurisdicción”, atizó sin recatos Lombardo. Aunque también reconoció que ya “no pueden haber más desaparecidos, ni en dictadura ni bajo un gobierno democrático”. Y si en este caso estuviera involucrado algún policía, “lo deberían desafectar de su cargo y meter preso”.
Luciano desapareció y no se supo más de él. Pero lo que sí se sabe, al menos por dichos de sus familiares, es que no tenía la mejor de las relaciones con los efectivos policiales de la zona. Es por eso que su hermana, Vanesa Orieta reconoció a este medio: “Uno de los primeros lugares donde lo fui a buscar fue al destacamento, porque 4 meses antes mi hermano había estado detenido ahí y había sido golpeado muy fuerte”.
El 21 de septiembre Luciano fue acusado del robo de un celular y estuvo demorado en la comisaría varias horas. 24CON constató que hay un juzgado de menores interviniendo en esa causa. Vanesa duda de la veracidad de ese hecho y aseveró que mientras estaba detenido, escuchó cuando su hermano le gritaba desde uno de los cuartitos del lugar: “Vane me están pegando”, le habría dicho.
Acto seguido, la mujer explica que escuchó como los efectivos del destacamento despidieron a su hermano de la dependencia: “Negrito acá no te hicimos nada, ojo con lo que decís porque vas terminar en un zanjón”.
La familia de Luciano sostiene que ese no fue el único amedrentamiento que sufrió el joven, ya que poco tiempo después las advertencias continúan. “Lo siguen parando, hasta le ponen un arma en el pecho”.
Los dichos de Vanesa los refuerza Pablo Pimentel, presidente de la Asamblea Por los Derechos Humanos (La Matanza) y asesor de la familia. Él está seguro de que el joven pasó por esa dependencia antes de desaparecer: “Nunca se fue del barrio y era obvio que los policías lo iban a volver a cruzar… No sé cual fue el motivo de la detención pero sí se sabe a ciencia cierta que estuvo en el destacamento de Lomas del Mirador”.
Por el hecho se abrió el expediente 3044/09 caratulado “averiguación de paradero” que ya pasó por las
Según los familiares, en medio de la causa hubo varias intenciones ajenas para desviar las investigaciones y por eso determinaron que tome el expediente otra UFI. En el mes de febrero, una niña de 13 años le dio en mano una carta al hermano más chico de Vanesa, la que además de nerviosismo generó más dudas. Escrita en regla, pedía gran cantidad de cocaína por la liberación de Luciano. El escrito, también aporta datos a la causa. Por otro lado, en una madrugada de domingo, en la casa de la familia Arruga sonó el teléfono y, según Vanesa, dijeron ser de Missing Children para averiguar cosas de su hermano. “Es una estrategia policial”, reconoce.
El día clave fue el 9 de marzo, cuando un testimonio encrudeció las sospechas y reforzó lo que los familiares suponían. Un allegado a un supuesto compañero de detención que también estuvo en el destacamento, declaró en la Fiscalía que Luciano había permanecido allí. La principal hipótesis, iba tomando cada vez más fuerza. “A mi hermano lo mató a golpes la policía cuando estaba detenido”, dice Vanesa.
“Entendemos –indica Pimentel- que en el caso de Luciano han querido tapar todo tipo de pruebas y evidencias. Han utilizado una figura que en la Argentina nos duele mucho: la desaparición de un cuerpo o de una persona”.
Por otra parte, una allegada a la familia habría sufrido amenazas, llamados intimidatorios y “la siguieron en un coche”. La mujer se había mostrado muy activa en todas las protestas y reclamos. Estos supuestos amedrantamientos llegaron a oídos de funcionarios del ministerio de Seguridad de La Plata y de la Fiscalía.
“De comprobarse el hecho creo que va a haber una cadena de responsabilidades muy grande de autoridades importantes, porque no se está hablando de una muerte común. Acá intentaron borrar pruebas, es gravísimo”, opinó el abogado.
Desde el destacamento policial sólo dijeron a este medio que no estaban autorizados a dar ningún tipo de información. “No es que uno niegue nada, es que no podemos hablar”, señaló un oficial.
Por su parte, el titular de Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador (VALOMI) y principal impulsor de la creación de dicho lugar, Gabriel Lombardo, expresó a 24CON que no tiene buena afinidad con la familia de Luciano. Dice que lo culpan a él por su desaparición, de lo cuál lógicamente consideró como un despropósito y advirtió que hay “responsables políticos”.
“Los mismos villeros –por los habitantes del barrio 12 de Octubre- dicen que el chico había ido muy nervioso, le pegó al hermanito y se fue. Hasta la hermana me dijo que lo vieron caminando por la Avenida Mosconi hacia San Justo y que un patrullero lo levantó. En ese caso ya no sería el destacamento de Lomas, es la comisaría de Don Bosco, esa es la jurisdicción”, atizó sin recatos Lombardo. Aunque también reconoció que ya “no pueden haber más desaparecidos, ni en dictadura ni bajo un gobierno democrático”. Y si en este caso estuviera involucrado algún policía, “lo deberían desafectar de su cargo y meter preso”.