Ubicada en la Avenida Illia al 2000, recibía diariamente a varios chicos de la zona que por su corta edad no pueden aún ingresar a jardines de infantes. Sin embargo, las condiciones en las que transcurrían su día estaban muy lejos de ser aceptables.
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Los padres empezaron a sospechar de los docentes y dueños del lugar cuando sus hijos empezaron a mostrar miedo sobre el jardín. Y las dudas se confirmaron cuando los nenes contaron que los golpeaban, que no comían y que no los cambiaban. Según denunciaron varios padres a 24CON, los nenes eran alimentados con “fideos secos o sólo con pan y manteca; y hasta no les cambiaban el pañal. Mi nene volvía todo cagado, con el mismo pañal que le había puesto yo a la mañana. No se lo cambiaban. Y lo sé porque al jardín le mandaba otra marca de pañales y volvía con la que uso en mi casa”.
Las condiciones edilicias del jardín eran también deplorables: “el jardín es espantoso, tienen un solo baño para todos, para los nenes y los docentes”, destacó un padre.
Los daños generados sobre los nenes se manifestaron en el interior de sus hogares. “tiene pesadillas hace dos meses, cada vez que tocan timbre en su casa pregunta ‘¿Quien es, Lore?’ (en referencia a una de las maestras), y reacciona con muchísimo miedo al momento del reto diciendo ‘por favor mamita no me pegues mami no te enojes’. ¿Son estas reacciones normales para una criatura de dos años?”, destacó enojada una madre.
Un Jardín Clandestino
Las denuncias que llegaron a 24CON sobre el jardín Fruti Fruti llegaron también a las autoridades provinciales encargadas de habilitar estos establecimientos. Desde la Dirección Provincial de Educación General de Escuela Privadas, seccional La Matanza, explicaron que el establecimiento no tiene habilitación para funcionar. “Es un jardín clandestino. Lo visitamos varias veces, se le aconsejó, se le intimó y nunca regularizó su situación”, explicó a 24CON Guillermo Laiño, Inspector Jefe de la DIPREGEP. “Se hacen llamar jardines pero no son jardines, son guarderías. El Jardín de Infantes es una institución, como es la Escuela Primaria o la Universidad. Es una guardería que no pertenece a Dipregep. Y según nuestros registros tampoco tiene permiso municipal para funcionar”.
Las enseñanzas del Tribilín
En febrero de 2013 el Jardín Tribilín de San Martín disparó la polémica cuando los padres denunciaron maltratos y torturas por parte de los docentes de la guardería de San Isidro. Las pruebas presentadas por los padres eran irrevocables, habían introducido en la mochila de uno de los nenes un grabador que registró los gritos de las maestras, los llantos de los nenes y las torturas con agua y golpes.
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En el caso del Fruti Fruti los padres quisieron repetir la experiencia. Un padre dejó un Mp3 grabando en la mochila de su hijo. Ubicado en un lugar específico y esperando registrar la intimidad del aula, el pequeño grabador debía grabar todo el tiempo que el nene estuviera en el jardín. Cuando el menor regresó a su casa el mp3 no estaba donde el padre lo había dejado. Estaba cambiado de lugar. “Hablé con la maestra preguntándole por el Mp3 y me dijo que no sabía nada. Después me llamó la directora y dueña del lugar (identificada como Cecilia Carasello) y me explicó que ella lo había sacado para que la nena no lo rompiera, que lo vio cuando sacó el cuaderno de comunicados. Pero el cuaderno estaba en otro bolsillo de la mochila, no donde yo puse el mp3”.
El grabador estaba vacío. Debía contener otras grabaciones, previas a las de ese día pero no tenía ningún contenido. Había sido formateado en el jardín.
El final del Fruti Fruti
Tras la denuncias de los padres, las consultas a las distintas entidades inspectoras, el Fruti Furti amaneció hace una semana con fajas de clausura. Desde el jardín informaron a los padres que la guardería cerraba sus puertas y que el viernes pasado podían retirar los informes y documentación de los chicos. “Cuando uno de los padres fue a retirar las cosas de su hijo se encontró con que la directora recibía a otros nenes. Creemos que sigue funcionando pero con otros nenes”, destacó una madre.
Las denuncias de los padres, tras las consultas a la DIPREGEP, continuarán por la vía legal. Por lo pronto todos retiraron sus nenes del Fruti Fruti y están buscando matrícula en otras guarderías de la zona.
11 de noviembre de 2014
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