Las mejores 10 islas para perderse y jugar a Lost

Si de naufragar se trata, qué mejor que playas paradisiacas, servicios 5 estrellas, naturaleza y buena compañía.

Gary McKechnie, del sitio Budget Travel, recorrió el planeta con la envidiable misión de identificar las diez islas inigualables, aquellas que ofrezcan algo que no se pueda encontrar en ningún otro lugar del mundo. Regresó a casa y escribió esta lista.


Bali, Indonesia

Desde que la película Eat, Love and Pray la lanzó al estrellato como el lugar para encontrar el amor, esta isla se la reconoce como la isla de los dioses. La cálida esencia espiritual que descubrió ahí la escritora Elizabeth Gilbert ha sido una de las características más fuertes de Bali durante siglos.

Es una de las 17.000 islas en el archipiélago indonesio y la única en la que la población es de mayoría hindú (93%). A los interesados en explorar su espiritualidad podría agradarles Nirarta Centre, un hotel de once habitaciones en medio de terrazas de arroz y jardines que realiza sesiones diarias de meditación. Después de encontrar ahí tu centro, puedes canalizar energía en caminatas por la selva y en sesiones de buceo y surf con olas impresionantes, en playas donde hay arena blanca y fina así como negra y volcánica.


Vieques, Puerto Rico

Es única por poseer la bahía bioluminiscente más cristalina del mundo. Hasta el momento, sólo hay unos cuantos centros turísticos grandes como los de la isla principal de Puerto Rico. En lugar de eso encontrarás alojamientos acogedores como el Great Escape B&B, con un nombre que le va a la perfección y donde se sirve el desayuno junto a la piscina.

Playa de la Chiva atrae a los aficionados al buceo y el snorkel durante el día, pero el verdadero motivo por el que Vieques debe estar en tu lista de lugares para visitar antes de morir es Puerto Mosquito. De las siete bahías bioluminiscentes del planeta, Puerto Mosquito es la más impresionante, gracias a la claridad y brillo de sus aguas. Programá la visita una noche sin luna para ir a nadar o dar un recorrido en kayak y serás recibido por miles de millones de microorganismos llamados dinoflagelados, que iluminan el agua con un mágico brillo verde azulado.


Isla de Pascua, Chile

Con la masa continental más cercana, Chile, a más de 3500 kilómetros, la Isla de Pascua es tan remota como misteriosa. Nadie sabe con exactitud por qué hay alrededor de 900 monolitos de piedra gigantescos esparcidos por esta aislada franja de tierra con una superficie de 160 kilómetros cuadrados en medio del Pacífico Sur.

Durante varios cientos de años, los monolitos de la isla, llamados moáis, han sido centinelas silenciosos incluso al tiempo que la civilización que los creó colapsó y fue seguida por un flujo constante de turistas. Un punto particularmente atractivo es Rano Raraku, el volcán colapsado en el que se tallaron muchos de los moáis y donde todavía hay casi 400 figuras, todas en diferentes etapas de creación. La isla tiene un solo poblado, Hanga Roa, donde uno se puede alojar en el Vai Moana, discreto hotel con 18 habitaciones en bungalows.


Palm Islands, Dubai

Es el archipiélago más grande creado por el hombre. La naturaleza crea y destruye islas todos los días, pero se necesitó un flujo sobrenatural de efectivo y crédito para crear lo que los urbanistas esperan que sea el archipiélago permanente de Palm Islands.

Cada obra en desarrollo está diseñada para atraer a los turistas, que pueden proporcionar una fuente renovable de ingresos (aun mejor que los combustibles fósiles). Si todo sale bien, las tres islas serán el foco principal de Dubai y se convertirán en un conjunto importante de spa, centros turísticos, residencias de lujo, villas y centros comerciales en Medio Oriente.


Chiloé, Chile

Aunque el exuberante archipiélago de Chiloé, cubierto de nubes, se encuentra frente a la costa occidental de Chile, su historia, sus costumbres e idioma se parecen poco a los de su territorio continental, o a cualquier otro lado en el mundo, debido a su aislamiento. Los agricultores locales han transmitido una mitología de gnomos y de bosques llenos de brujas y barcos fantasma.

En la ciudad de Castro, en el centro de Chiloé, se puede pedir un humeante curanto (mariscos, carne y papa) y darle un vistazo a las artesanías de madera y coloridas prendas de vestir de lana chilena. Los residentes aún viven en los tradicionales palafitos (casas construidas en pilares sobre cuerpos de agua). Los misioneros jesuitas, que llegaron en pequeñas cantidades durante el siglo XVII, usaron materiales y técnicas de construcción locales para crear capillas exquisitas.


Bora Bora, Polinesia

Para alojarse en bungalows sobre el agua. Bora Bora es quizá la isla idílica más famosa del mundo. Incluso el novelista James Michener, que escribió grandes épicas ambientadas en el Pacífico Sur y más allá, la nombró la isla más hermosa del mundo. Centros turísticos de lujo y extremadamente caros a lo largo de la costa occidental -así como varias posadas y propiedades vacacionales para alquilar- presentan bungalows de techo de paja, construidos sobre pilares encima de cuerpos de agua poco profundos y cristalinos.


Cayo Hueso, EE.UU.

Aquí está Margaritaville, la utopía de Jimmy Buffett. Un estilo de vida relajado y playero aunado a una escena artística llamativa dan como resultado un atractivo único en esta isla de tierras bajas (altitud máxima: 5,5 metros).

Las playas de arena natural son sorprendentemente raras en la isla, pero lo más llamativo es explorar el único arrecife de coral vivo en América del Norte y disfrutar la compañía de una colección de 400 especies de peces tropicales en tonos Technicolor. Sería una lástima pasar ese tiempo en tierra. Ya en la superficie se puede ir a Mallory Square para ver a los artistas callejeros durante el evento Sunset Celebration, que se realiza todos los días.


Penang, Malasia

Posee una singular fusión de culturas y sabores de Malasia. Vale la pena comenzar por probar comida en los puestos que llenan las calles de Georgetown, la ciudad más grande de Penang y capital gastronómica de Malasia. La exquisita variedad de comida que se ofrece mezcla memorablemente sabores malayos, chinos, indios y europeos. Los aficionados a la gastronomía que busquen una dicha suprema deberán dirigirse al mercado Ayer Itam -junto a Kek Lok Si, el Templo de la Dicha Suprema, justamente- para disfrutar de una diversidad de platillos basados en arroz, fideos, pescado, mariscos, pollo, cerdo, verduras, huevo y coco. A esto se suman centros turísticos en la playa, reservas de manglares, pequeñas aldeas pesqueras y varios templos, mezquitas e iglesias.


Las Galápagos

Para seguir los revolucionarios (y evolutivos) pasos de Charles Darwin. La tortuga que lleva el mismo nombre de las islas es sólo uno de los motivos para visitar este archipiélago habitado por más de 500 espectaculares especies nativas que no se pueden encontrar en ningún otro lado del mundo. Charles Darwin visitó el lugar en 1835 y eso despertó su curiosidad, lo que lo llevó a escribir su importante libro y realizar la observación de que estas islas son el laboratorio de la evolución.

La vida terrestre es sólo la mitad de la ecuación, así que hay que llevar máscara de buceo, tubo de snorkel y traje acuático.

 

15 de abril de 2011

Fuente: La Nación turismo

 

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