La derrota del Japonés García revivió sus peores fantasmas: puede ir preso

Es uno de los grandes miedos: ir preso. Es por eso que el horno no está para bollos en el oficialismo de Vicente López después de que su mandamás histórico Enrique “Japonés” García, quien gobierna hace 24 años, perdiera por dos mil votos con su contrincante del PRO, Jorge Macri.

“Fui a esta interna como homenaje a todo lo que hicieron en el partido. Hablé con muchos dirigentes del Frente y les dije que si tienen otro candidato de 25 puntos, no participo en esta interna, primero porque no me corresponde y segundo porque ya cumplí un ciclo y no quiero más internas. El problema es que esa persona no estaba”, dijo al respecto.

Pero lo peor para el jefe comunal no es el “puntito” que lo dejó segundo en sus propias tierras, sino perder los fueros políticos en caso de una derrota definitiva en las elecciones generales de octubre.

El tema es que varias causas penales que lo tienen como protagonista le pueden jugar una mala pasada. Su situación es complicada: está acusado de actos de corrupción, defraudación a la administración pública y abuso de autoridad.

Por partes

Fue en 1988 cuando se destapó la olla de un caso que ya quedó en el recuerdo de los más memoriosos del distrito, esos que, al contrario del “Japonés”, mantienen los ojos bien abiertos para esperar la chance y dar el golpe.

En su momento, quedó procesado luego de una denuncia que pesa sobre el municipio, por la contratación fantasma de un servicio de “Data Entry”, a cargo de una empresa con el nombre de fantasía “Granara y Asociados”.

Se comprobó, según el peritaje ordenado por la Suprema Corte bonaerense, que para cubrir el tiempo facturado para la entrada de datos tendrían que haber trabajado 32 personas durante 8 horas diarias a lo largo de un año completo, sin interrupción por feriados o días de descanso. Curioso.

El caso que tal vez más se recuerda fue el de Dora Zorrilla, diez años atrás Secretaria de Hacienda municipal que, luego de una sentencia judicial, fue condenada en 2009 a dos años y nueve meses de prisión preventiva.

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Un aforismo que encaja perfecto, ya que en esta oportunidad la temática fue la misma. Se trata de otro caso de defraudación, por el que la Comuna habría pagado tres millones de dólares a fines de los ‘90s por brindar cursos de capacitación para empleados públicos. Pero nunca se realizaron. La que cayó fue Zorrilla, quien también se adjudicó la responsabilidad y, en una maniobra de lealtad, puso el pecho a las “balas” que recibiría su jefe el “Japonés”.

La última y más reciente causa que también recae sobre su espalda tuvo que ver con la construcción del polémico Vial Costero. A fines de noviembre pasado, ordenó el desalojo del predio deportivo Campo 3 y reprimió a los vecinos que se resistían en el lugar. Eso le costó una denuncia por “abuso de autoridad” ya que un intendente no tiene las facultades para emitir un tamaño operativo si no cuenta con una orden judicial.

“Si es encontrado culpable del delito de ‘abuso…’ es una pena muy leve: un año de prisión en suspenso y multa. El abuso se configuró con la firma del decreto, pero no se concretó, por lo que algunos pueden decir que fue sólo tentativa. Las condenas por Abuso y Corrupción son muy bajas, aunque hay proyectos para aumentarlas. Pero con una condena de la justicia, el Concejo Deliberante podría suspenderlo”, había explicado a 24CON el abogado Miguel Quintabani, quien también participó de las elecciones primarias como precandidato a intendente.

La suma de causas, paradójicamente, le resta días de cara a octubre o, mejor dicho a diciembre. Si no llega a conseguir el triunfo y comenzar su séptimo mandato, el septuagenario radical de origen deberá dejar de sentarse en el sillón de su despacho, para sentarse en el banquillo de los acusados y dar explicaciones a la Justicia.

15 de agosto de 2011