Así hablan los políticos cuando están nerviosos

De "Bobo Solemne" a "andá a la c... de tu madre": pequeña guía de insultos ilustrados.

El insulto, el exabrupto que arremete contra la integridad de la otra persona, es un momento de descontrol de la lengua que imposibilita llevar al fin los pensamientos, que escapa con una “puteada” en remplazo de aquello que no sale. O simplemente busca herir, denigrar al interlocutor, menospreciarlo. Lejos están las malas palabras que, si no son parte del insulto, hasta pueden tener un uso fraterno y amistoso; “Boludo” suena distinto en la boca de un adolescente llamando a un par que en plena discusión entre un colectivero y un taxista.

Ahora, si el insulto es propiciado por una personalidad, un famoso o un político se trata de un hecho grave porque repercute en todos sus seguidores. En el caso de los políticos puede ensombrecer una carrera o una candidatura o encasillarlo como si se tratara de un personaje. Tal es el caso del dirigente Luís D’elia en su famoso cruce con Fernando Peña en donde la palabra “Zorete” disparada contra el conductor radial fue seguida de la popular frase “Odio a la puta oligarquía argentina”, y las voces continuaron, “Te odio Peña, odio tu plata, odio tu casa, tus coches, tu historia, odio a la gente como vos” para luego tratarlo de “forro”.

 

 

Otro encuentro célebre de palabras hirientes fue el que protagonizaron los Intendentes de Morón y de Merlo, Martín Sabbatella y Raúl Otacehé en donde el segundo lo mandó al primero a una zona vedada de la intimidad de su madre, en un encontronazo que no llegó a los golpes por la poca respuesta brindada por Sabbatella: “Andá, Andá”.

 

El congreso, caldera de ímpetus y personalidades, no está exento de las filosas lenguas, el caso de Felipe Solá y Carlos Kunkel en el acalorado debate sobre la famosa 125 que imponía las retenciones a la exportación de cereales, aquella discusión que dio por terminada el vicepresidente Cleto Cobos con su voto no positivo. En una de aquellas discusiones Solá afirmó que durante el gobierno kirchnerista no hubo políticas agropecuarias a lo que Kunkel contestó “Traidor, hijo de puta” en sucesivas oportunidades. 

Otro tipo de insulto, no menos polémico, es el indirecto, aquel que un político o personalidad emite a los medios sabiendo que llegará a su destinatario por boca de los periodistas. Así es el caso del dirigente

rural Alfredo De Angeli que trato de “Pelotudo” al ex presidente Néstor Kirchner como parte de los idas y vueltas del llamado “conflicto con el campo”. De Angeli opinó al aire en una FM: “"No puedo creer que un ex presidente diga tantas pelotudeces. Tengo que tratarlo de pelotudo”.   

Pero no siempre las agresiones verbales son entre rivales, ni las malas palabras apuntan a la persona sino a sus acciones. Mauricio Macri, Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y líder del Pro afirmó que su compañero de movimiento, Francisco de Narvaez, se había ido a la “mierda” con los gastos de campaña. Continuando con las agresiones hacia las acciones y actitudes de las personas, reaparece Felipe Solá quien opinó de la Corte Suprema sobre la futura decisión sobre la posible despenalización del consumo de algunas drogas “¿Cómo vamos a permitir que alguien fume paco en su casa? ¿En nombre de qué vamos a permitirlo? ¿Dónde mierda viven los tipos de la Corte? (...) Están locos, están todos locos. No saben en qué país viven si permiten cualquier droga”.

 

Y si de exabruptos se trata el presidenciable Carlos Reuteman realizó una fuerte opinión ayer sobre un cruce que había tenido con su compañera de banca Roxana Latorre, denunciando que era una campaña del Kirchnerismo. Más allá de los motivos la frase completa de Lole fue: "Si fue un operativo para que se tire a la 'miercole' todas las ambiciones o la lucha a futuro, eso me importa tres pitos. La verdad me importa tres pitos", sentenció al tiempo que agregó: "Si lo hicieron para bajarme de una supuesta candidatura, me importa recontra tres pitos. Que se la recontra metan en el medio del culo".

Y así pasan las broncas y las palabras que las manifiestan. Argentina no es el único lugar, Mariano Rajoy, líder opositor del presidente español José Luís Rodríguez Zapatero trató a su contrincante de “Bobo Solemne”, o bien el desplante del Rey Juan Carlos de España al presidente venezolano, Hugo Chávez, que si bien no fue un insulto casi logra ofender a Chávez, concretado con la famosa frase, mezcla de orden y ruego ante las repetidas interrupciones del venezolano, “¡Por qué no te callas!”.

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