¿Cómo se hace para darle nombre a un cadáver NN?

El hallazgo del cadáver de Lucas Rebolini, hijo de los actores Antonio Grimau y Leonor Manso, causó conmoción e indignación (ver La historia de Lucas, un músico criado entre actores). Y hasta algunos agitaron el fantasma del caso Pomar sobre las gorras de la Federal. ¿Cómo puede pasar desapercibida una persona cuyo cuerpo estuvo frente a sus narices todo un mes?  ¿Es una simple y burda excusa que el joven no había podido ser identificado porque tocaba la guitarra?

El Dr. Carlos Lazzarino, forense de la Provincia de Buenos Aires, dio las respuestas a estas incógnitas. En primer lugar, “la tarea de identificación de un cadáver se dificulta a causa de huellas dactilares raspadas. Esto suele suceder en los casos de personas que trabajan con las manos y pudo pasar tranquilamente en el caso del hijo de Grimau. Además, el fenómeno de putrefacción agrava el problema y también cambia los rasgos de la cara”, indicó Lazzarino a 24CON.

Asimismo, el forense destacó que “los métodos de identificación llevan tiempo y, teniendo en cuenta que en el caso Rebolini se tuvo que hacer el análisis en tres oportunidades, el tiempo de identificación es razonable”.

¿A través de qué mecanismos la Policía identifica un cadáver? “El Estado argentino tiene tres formas de registrar a las personas: con la foto, la firma y las huellas dactilares, todas se registran en el momento de sacar el DNI”.

Si el occiso no posee documentos, las huellas dactilares se convierten en la opción más fiable (claro que los muertos no pueden firmar), un examen que puede llevar, como máximo, dos días.

Pero, ¿qué pasa si las huellas dactilares están dañadas? Aquí entra el trabajo del sector de necropapiloscopia de la Policía Federal. “En este caso, se amputan las manos y son estudiadas por esta sección especializada que, por cierto, trabaja muy bien y cuentan con un índice de acierto alto”.

Por el contrario, “en Estados Unidos, no es obligatorio registrar las huellas digitales y las fotos –a excepción de los miembros del Ejército y los delincuentes- lo que dificulta muchísimo la identificación de un cadáver. Por ejemplo, cuando hay un accidente aéreo es un lío, se hace casi imposible”.

Entonces, a causa las dos fallas de identificación, sumadas al trámite judicial que se debe realizar para dar aviso a la familia (hasta no se identifica el cadáver, no se da aviso a los allegados), es comprensible el lapso de tiempo que transcurrió hasta que se develó el misterio. De hecho, la tarea puede llegar a tardar varios años, sobre todo si nadie reclama el cadáver.

Ahora bien, según Lazzarino es común toparse con NN en las morgues tanto de la Ciudad como de la Provincia que se encuentran colapsadas por la cantidad de cuerpos que aguardan que los especialistas logren resolver el problema de su identidad. “Esto también lleva a demoras y se debe a dos aspectos: No hubo previsión y no se trabaja lo rápido que se debería”, aclara el forense.

Por otro lado, en la Ciudad los cadáveres no pueden ser trasladados al cementerio hasta no ser identificados, a diferencia de la Provincia, donde los NNs son inhumados por el sistema municipal y, si es necesario, son exhumados.

Durante varios años esperan ser identificados, pero todo tiene un límite: Los expertos tienen hasta 30 años para dar en la tecla ya que, después de ese período, “los huesos desaparecen”. En cambio, “el ADN se conserva durante más tiempo, especialmente encerrado, por ejemplo, entre los dientes, pero se necesita un familiar para poder comparar el código genético”.

El Che Guevara y la dictadura militar 

 

Hay diversas técnicas que utilizan los forenses para identificar un cadáver.

Ya es célebre en el mundo el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF) que, utilizando diversas técnicas de esta ciencia, investiga los casos de personas desaparecidas durante la última dictadura militar que padeció el país. Así, no sólo logran establecer la identidad sino también “la causa y el modo de muerte de las víctimas e identificar patrones de violaciones a los derechos humanos”.

Para identificar personas que han sido masacradas por la represión (enterradas, en algunos casos, bajo la denominación de NN) el EEAF utiliza los análisis de ADN para establecer parentescos, ya que, debido al tiempo trascurrido, no es posible alcanzar registros médicos ni odontológicos.

El Che Guevara (estudiante de medicina), previendo su muerte, antes de dejar Cuba se sacó radiografías de su dentadura y, como si esto no fuera suficiente, los doctores hicieron una descripción de cada uno de sus dientes. El Che resultó tener una deformación en los femorales. En consecuencia, cuando el cuerpo sin vida fue hallado no fue difícil confirmar (en términos forenses) que pertenecía al líder de la Revolución: el cráneo tuvo una coincidencia del 100 por ciento con los estudios que se había realizado.

Además, los expertos analizan los pliegues palatinos del paladar y los seno frontales para identificar el cadáver de una persona ya que, como las huellas digitales, éstos son únicos e individuales.

 

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