El miércoles de la semana pasada vecinos de Villa Centenario, en Lomas de Zamora, amanecieron con una escena macabra a metros de las puertas de sus casas. En la intersección de las calles 7 y 14, casi en el límite con Ingeniero Budge, un bulto yacía inmóvil envuelto en una frazada y atado con un cinturón a un lado del pasaje. Los que se acercaron lo suficiente pudieron distinguir manchas oscuras que ninguno dudó eran de sangre.
Se juntaron varias personas en torno al hallazgo y empezaban a acercarse más a medida que el barrio se iba despertando, cuando alguien decidió dar aviso al 911. Agentes de la comisaría de Villa Centenario, la 7ª de Lomas de Zamora, llegaron entonces hasta el cruce y confirmaron lo que a esa altura ya sabían varios en el lugar: a mitad de la noche se habían deshecho de un cadáver en ese rincón del conurbano bonaerense.
En la zona donde fue abandonado el cuerpo predominan las casas bajas, los pastizales y los escombros. No hay cámaras de seguridad urbanas que ayuden a reconstruir trayectos, a desandar movimientos, ni abundan las calles asfaltadas. La noche anterior había llovido fuerte. El agua alejó a los vecinos de las veredas y amortiguó los sonidos en las ventanas. Nadie escuchó ni vio nada. Hasta la noche de ayer no había testigos del hecho.
En diálogo con Infobae fuentes cercanas a la investigación dejaron saber que el miércoles 19 de septiembre pasado por la mañana se acercó también hasta el lugar el fiscal de turno Gustavo Caram, del departamento judicial de Lomas de Zamora, actualmente a cargo de una investigación que fue caratulada como "homicidio" y que a seis días de haber comenzado, todavía arroja más preguntas que respuestas.
Los mismos informantes describieron la escena con la que se encontró el representante del Ministerio Público: el cuerpo sin vida de un joven de unos 25 años. Manchas de sangre que hacían suponer que había sido bajado desde un auto a la calle y arrastrado a un costado de la calzada envuelto en una frazada, la que llevaba amarrada con in cinturón. En la cabeza las heridas de lo que parecían ser dos machetazos dados con saña."Igual hay que esperar los resultados de la autopsia", se apuraron a agregar.
Según el testimonio de los vecinos que se animaron a mirar al muerto en aquel momento, a analizar sus rasgos, a tratar de reconocer las facciones detrás de las laceraciones que dejó el brutal ataque, todos concluyeron que no era alguien de la zona. La principal hipótesis es que fue asesinado en otra parte y descartado en el lugar para desviar la investigación de la verdadera escena del crimen. En este punto se acaban las precisiones y también las conjeturas.
Lo que hoy llama la atención en la fiscalía es que nadie reclame el cuerpo después de tantos días. Se relevaron las denuncias de personas extraviadas, los pedidos de paradero, pero ninguna descripción coincidió con la del joven encontrado en Villa Centenario. Cabe destacar que la búsqueda se realizó sólo a nivel departamental, es decir, sin dar intervención a otras jurisdicciones.
De no llegar a conocerse la identidad de la víctima a partir de familiares o conocidos que pudieran presentarse en los próximos días, las autoridades evalúan dar intervención a peritos expertos en la identificación de cadáveres, aunque por el momento esa línea investigativa es apenas una posibilidad. Un recurso que sería utilizado sólo en caso de que otros fallen.
Sin testigos, sin un contacto directo con familiares, ni con el círculo íntimo del muerto, sin un móvil, el cuerpo es por el momento lo único con lo que cuenta la Justicia para responder a sus preguntas. Esta semana se conocerían los resultados de la autopsia, la que se espera que logre extraer nuevas pistas que guíen la investigación.