El hasta ayer procesado llegó al juicio en libertad pero los jueces ordenaron su inmediata detención tras la lectura del veredicto. Las criaturas detallaron puntillosamente los abusos que sufrieron desde el año 2005 hasta abril de 2006, cuando el caso salió a la luz luego de que uno de ellos estallara en llantos delante de su madre y revelara el calvario sufrido: el padre les daba somníferos, al mayor le ponía corpiños y lo violaba. Al menor lo manoseaba. Los ataques sexuales se consumaron en el baño de la casa y en la habitación de los chicos. Las identidades de los protagonistas del caso se mantendrán en reserva para preservar la integridad de las víctimas.
|
Por unanimidad los jueces del Tribunal Oral Criminal II de La Plata dieron por acreditado que los menores fueron violados y abusados en reiteradas oportunidades entre "los años 2005 y abril de 2006", según se lee en la materialidad ilícita desplegada por la jueza Liliana Elizabeth Torrisi, autora del voto condenatorio.
Los menores tenían entonces 5 y 6 años. Sus padres se habían separado en junio de 2001 y quedaron al cuidado de su madre. A mediados del año 2002 un tribunal de Familia estableció los horarios y días de visitas paternas que se fue ampliando paulatinamente. Martes y jueves por la tarde y fines de semana alternados estaban con su padre.
Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que el 10 de abril de 2006 el menor de los nenes "comenzó a llorar, no quiso ir al jardín y al interrogarlo por el motivo" describió cómo había sido violado por su padre, quien mantenía amenazados de muerte a sus hijos e hizo maniobras para que las lesiones no fueran descubiertas.
La madre concurrió de inmediato al Hospital de Niños de La Plata donde se constataron lesiones similares con las de violaciones y abusos reiterados. En principio la mujer "se negaba a creer que los chicos presentaran" esas huellas en su cuerpo "ya que no podía entender que el padre pudiera hacerles eso", según se detalla en el fallo dictado ayer.
En su declaración ante los jueces la madre detalló que los chicos volvían "alterados, agresivos y cansados" de la casa de su padre. También aseguró que en esa época sufrieron "un retraso madurativo". Una perito aclaró que esa situación "en un contexto determinado pueden ser indicadores de un posible abuso sexual".
Los abusos fueron reiterados pero no simultáneos. Primero violaba al hijo mayor y luego manoseaba al menor. Durante los abusos el padre les decía "a vos te lo hago seis veces por que tenés seis años y a tu hermano cinco porque tiene cinco años", según se desprende de la tesis desarrollada por los magistrados tras el debate. Los chicos observaron por el ojo de la cerradura de la puerta del baño cómo el ahora condenado violaba o abusaba de su hermano, según el caso.
Cada uno de los argumentos expuestos por el fiscal de Juicio, Gabriel Sagastume, fueron contestados por el defensor del imputado. La estrategia resultó muy clara: atribuir a la ex esposa del imputado el objetivo de terminar con el régimen de visitas, obtener el sobreseimiento del imputado por ser ajeno al hecho o, en su defecto, por el beneficio de la duda.
Pero los jueces fueron muy terminantes al establecer cómo fueron los hechos y descartar de plano esa hipótesis de un plan orquestado por la madre para perjudicar a su ex marido.
Los jueces resaltaron que "solo al final de la declaración y ante preguntas concretas de la fiscalía se limitó a negar su participación en los hechos" y tampoco pudo determinar ente el requerimiento del fiscal Sagastume "qué medidas concretas" aportó durante la investigación para "dilucidar la verdad o no de la denuncia".
"En ningún momento procuró averiguar por sus propios medios si efectivamente sus hijos habían sido objeto de un abuso, habiendo declarado los distintos profesionales que asistieron a los menores que nunca fueron interpelados en tal sentido por su padre", es decir el condenado nunca se preocupó por saber si sus hijos fueron violados y por quién.
El acusado llegó a juicio en libertad, pero ayer los jueces ordenaron su inmediata detención y pasó su primera noche en un frío calabozo de Berisso.
21 de septiembre de 2010