Desde la asunción de Ricardo Caruso Lombardi, la Academia de Avellaneda evidenció una franca mejoría respecto del ciclo de Chocho Llop al mando del primer equipo. En los comienzos se vio un equipo austero por demás, preocupado por mantener el cero en el arco propio y buscar el rival con alguna contra aislada, pero se soltó. Goleó a Arsenal de Sarandí y le jugó de igual a igual al entonces puntero del campeonato, Vélez Sarsfield. Incluso lo sometía por dos a cero pero no supo liquidarlo. De todas formas, se había acosutmbrado a ganar, ya nadie pensaba en el fantasma del descenso, la gente pedía por el campeonato y los jugadores se ilusionaban. San Martín de Tucumán los despertó del sueño de la peor manera.
La derrota del domingo caló hondo. El Decano de Tucumán no divide por tres temporadas la sumatoria total de puntos, ganar tres partidos de aqui al final implica dejar a Racing al borde del abismo, de nuevo. Caruso es consciente de ello y, por eso mismo, se desquitó ante la prensa diciendo que "perdimos en el peor momento. Ahora tenemos un lío bárbaro".
"Para Racing era el partido más importante del campeonato. Perdimos el partido que no teníamos que perder. Se lo dije a los muchachos. El empate nos servía. Pero nosotros no salimos a jugar con las pilas puestas como en otros encuentros y San Martín tuvo la dosis de suerte que le sirvió para ganar un partido que no mereció", analizó Caruso.
"Fue una derrota que yo me veía venir. Se lo anticipé a los muchachos del cuerpo técnico. La gente tampoco estaba como en otros partidos, capaz que fue porque nosotros no se lo pudimos contagiar", siguió firme en su postura el entrenador.
18 de mayo de 2009.