Ezeiza: un recorrido por la misteriosa cárcel fantasma  

La mole de cemento nunca se terminó y está abandonada desde hace décadas. Sus muros esconden historias de túneles y restos humanos.

Por Guillermo Zanetto / Pablo Noto

Nadie sabe qué ocurre dentro de las moles de concreto. Gastadas por el tiempo y la intemperie, asoman entre los pastos de un predio en desuso ubicado al costado de la autopista Ezeiza–Cañuelas. Desde hace décadas es un misterio pero su historia explotó en marzo pasado, cuando se difundieron las imágenes del espanto: cuatro fetos arrojados en un basural. ¿Qué secretos esconde el edificio abandonado?


La niebla condimenta el paisaje con un sabor a dejadez del que muchos huyen y otros aprovechan para refugiarse. Desde el peaje ya se ven los edificios de la vieja cárcel de Ezeiza, también conocida como “El loquero”, ya que muchos creen que allí iba a funcionar un centro psiquiátrico. Está ubicada justo al lado del Club de Golf “Cabeza de caballo” (perteneciente al Círculo de la Fuerza Aérea), en un terreno de alrededor de 10 hectáreas, lindero al Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, cercano a los penales 3, 19 y 31. De hecho, en el perímetro hay un alambrado vulnerado en varias partes y algunos carteles con la leyenda “SPF - Prohibido pasar”, que no intimidan a nadie.


En la entrada una estructura de tres pisos se alza para custodiar el ingreso al resto de los pabellones. Solamente se distinguen columnas, escalera y techo. El resto jamás se completó. De allí un camino conduce a los otros edificios. En el perímetro, torres de vigilancia a medio terminar rodean el lugar estratégicamente.

 


Dentro de los esqueletos gigantes y vacíos, el silencio inquieta y asusta. Las paredes, de cemento sólido y un grosor exagerado, muestran diferentes grafittis con aerosol junto a restos de improvisados fogones. Algunos solamente escribieron su nombre o el de su provincia de origen. Otros hablaron de la soledad, las drogas y hasta dibujaron figuras diabólicas. Sin embargo, lo que más llama la atención son las siglas: “G.E.R.I” (Grupo Especial para la Resolución de Incidentes) y “G.O.A.S” (Grupo de Operaciones Anti Siniestro), dos elementos especiales del Servicio Penitenciario Federal. Los cartuchos de bala tirados, y blancos de tiro dibujados en las paredes hacen suponer que el lugar pudo utilizarse como improvisado campo de entrenamiento.


 

Fuera de los pabellones, los pastizales llevan hasta una especie de tosquera donde la basura se pudre lento bajo el sol. Los restos de una fogata extinta demuestran que alguien estuvo justo ahí horas atrás. Otro dato: hay perros dando vueltas.

 

Los fetos

 

Fue justamente ese lugar el testigo del horror en marzo pasado, cuando trascendió un supuesto video casero con un macabro hallazgo.


La grabación “amateur” –que fue subida a diferentes redes sociales- mostraba a un grupo de personas que caminaban por el predio hasta llegar al lugar que bautizan como “el nuevo cementerio de Ezeiza”. Allí registraron lo que serían cuatro cuerpos de bebés sin vida y en estado de descomposición, junto a material de descarte hospitalario.


Las imágenes (reales o no) motivaron entre otras cosas a que el diputado provincial Walter Martello presentara un pedido de informes para aclarar la situación. “Lamentablemente nunca me respondieron, solamente se limitaron a decir que el propio municipio había iniciado una denuncia penal”, explicó Martello a 24CON. Por varios días, la palabra aborto salpicó de lleno a las autoridades locales.


Desde la municipalidad, fuentes cercanas al intendente dijeron a este diario que al igual que lo que sucede en la zona de los bosques, el Aeropuerto y el Complejo Atómico, “son terrenos que están dentro del territorio pero donde el distrito no tiene jurisdicción”. Además, "El loquero" data de cuando Ezeiza no era un partido autónomo y dependía de Esteban Echeverría. Al mismo tiempo, le restaron importancia al video del supuesto hallazgo.


“La información que manejamos es que esos restos eran material biológico en formol e instrumental médico que se encontraba en el antiguo hospital y que cuando se realizó la mudanza al nuevo edificio, por negligencia o mala intención, en vez de incinerarlo se arrojó imprudentemente en ese lugar”, dijeron a 24CON. Más allá de que la explicación no sea del todo satisfactoria, los desechos fueron removidos, sepultados, o arrojados en otro basural.

 

Por su parte, el concejal peronista Luis Vera, viró el tema y su acusación reveló un entramado aún más complejo. "Se sospecha que fue una nota armada para sacar algo en contra del intendente (Alejandro Granados). Primero que el edificio abandonado, del casco urbano está lejísimos (20 cuadras), y el sistema de salud de acá está muy prolijo como para que ocurra un hecho así", se desligó.


Los fantasmas


La construcción de la vieja cárcel siempre llamó la atención a los vecinos y despertó los más variados rumores. "Qué miedo me daba entrar ahí", recuerda una de las tantas usuarias de Facebook que posteó sobre sus travesuras. Es más, otros hasta propusieron repertir la aventura en grupo, como si fuera una visita guiada. Incluso, en la Web abundan las referencias a túneles secretos que conducirían por debajo de la pista de aterrizaje, directo al Aeropuerto. Sin embargo no hay fechas, nombres, función ni ningún otro dato concreto. Es un edificio "fantasma".


En el Club de golf lindero –separado tan sólo por una hilera de árboles- la falta de información también se refleja en múltiples versiones. “Yo llegué hace dos años y ya estaba, pero los lugareños me contaron del ‘loquero’, aunque me dijeron que ni pregunte, confesó el encargado del lugar. Dos trabajadores asienten con la cabeza y discuten sobre la fecha de la obra. “Está desde los ’90s”, dice uno. “No, loco, tiene como 40 años”, responde el otro. Poca precisión, muchos rumores.


En el Concejo Deliberante de Ezeiza –con mucho éxito- dar cualquier información sobre el lugar o sobre sí se presentaron pedidos de informe, denuncias o cualquier otro tipo de inquietud. El edificio es parte del paisaje. Ahí está, ahí se emplaza, y a ningún funcionario parece despertarle curiosidad. Las respuestas, se deben buscar en cualquier otro remoto lugar.


Los archivos cerrados


“Llamame mañana y dejame ver qué te puedo averiguar”, respondió en varias oportunidades a 24CON Pablo Ayala, encargado de prensa y difusión del Servicio Penitenciario Federal. Sucede que tanto el proyecto original como los motivos de su estancamiento se encuentran archivados desde hace varios años y es difícil acceder a cualquier información.


“Los datos oficiales que hayan quedado plasmados en algún documento son difíciles de rastrear en este momento, por lo que no se puede establecer la fecha exacta del inicio de construcción de la obra”, explicó. Sin embargo, la voz oficial entrega varias certezas.


La primera es que la construcción en ese predio del SPF tiene alrededor de tres décadas de existencia por lo que es anterior a los demás complejos carcelarios cercanos y al parecer estaba diseñada para albergar una “cárcel para jóvenes adultos”. La disposición parece confirmar que era ese el proyecto y no el de una institución psiquiátrica, ya que estos pabellones funcionan dentro de los hospitales de salud mental.


“Según sabemos se dejó de construir por un error en el estudio del suelo, ya que los terrenos son más inundables de lo calculado y no soportaron la estructura”, explicó Ayala, quién agregó que como sucede con los otros predios federales, el terreno está cercado aunque sin vigilancia fija “porque no hay riesgo de usurpación de esas tierras”.


Sobre su utilización, admitió que “puede ser” que el lugar sea usado ocasionalmente en la actualidad por el personal para “actividades físicas”, aunque desestimó su utilización como zona de disparos “ya que es innecesario porque para ese fin está el polígono de tiro”. De la misma manera, descreyó de los rumores sobre los túneles, debido a la falta de firmeza del suelo. Cualquier otro dato, parece ser un misterio sepultado bajo toneladas de cemento. Las mismas que se utilizaron para levantar esos misteriosos pabellones abandondados, hoy convertidos en polígonos de tiro, y guarida de los más osados.  

 

10 de agosto de 2011

 

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