Esteban Echeverría

Les quieren rematar una máquina porque creen que la fábrica está vacía

El Banco Nación le reclama una prenda de $60 mil a La Esperanza, pero la cooperativa recibe subsidios del Estado por más dinero. "La contradicción no nos cierra", dijeron a 24CON.

Por Leticia Leibelt

Los once integrantes de la cooperativa La Esperanza, de Esteban Echeverría, son víctimas de una contradicción que, aunque por momentos les resulta tragicómica, amenaza su fuente de trabajo desde el año pasado. A pesar de que cuentan con dos importantes subsidios del Estado para mantener su producción, el Banco Nación insiste en querer rematarles una prensa hidráulica, prendada por unos 60 mil pesos.

La planta de Monte Grande, ubicada en Fernando de Toro al 900, comenzó a ser manejada por sus operarios en 2009, cuando sus ex propietarios, que eran dos hermanos, la abandonaron tras la quiebra. “Ya cumplimos tres años, pero esto se armó sin nada. Los siete socios que empezamos, tuvimos que pagar deudas de la empresa anterior y después, gracias a los subsidios, se incorporaron cuatro compañeros más”, cuenta a 24CON Elías Robledo, presidente de la cooperativa, que se dedica principalmente a la fabricación de extractores de aire y ventiladores de techo.

El pedido de ejecución de la máquina de la discordia, que recae en el Juzgado Civil y Comercial Nº 10 de Lomas de Zamora, estaba parado desde 2009, pero en los últimos tiempos volvió a perseguirlos. Aún cuando los bancos privados abandonaron sus juicios contra la firma, el Nación reflotó el suyo, aparentemente por algunos cambios en su personal del área legal.

“Cuando la empresa entró en convocatoria, le pagaron a los proveedores y se ‘olvidaron’ de los bancos”, dice Robledo. El año pasado, además de la vuelta de los reclamos de la entidad estatal por la prenda, “el Patagonia quería rematar la fábrica. Nos enteramos un mes y medio antes y logramos parar todo”, explica.

Ese y otros bancos privados desistieron en sus intentos, pero el Nación no. “En diciembre pidieron de vuelta el remate de la prensa y otra vez se paró. Mandaron a dos abogados jóvenes, y uno nos dijo que no hubo mala intención, que él era un empleado nuevo del banco y  pensó que en el lugar no había nadie, que la planta estaba vacía”, recuerda el trabajador, sobre la insólita excusa que le dieron.

Sin embargo, el 28 de agosto pasado, él y sus compañeros se enteraron por un mail de su abogado, sin notificación previa del juzgado, que estos mismos representantes del Nación están insistiendo en avanzar con el remate. “Ahí nos dimos cuenta de que nos habían dicho una mentira. Antes no hubo ningún error, querían avanzar con el caso de verdad”, señala Robledo. 

 

Una de cal, una de arena
 
La bronca de los cooperativistas es aún mayor si se tiene en cuenta que el precio de la máquina ronda entre los 60 y 70 mil pesos, es decir, un valor casi insignificante para los montos que maneja la entidad financiera. Además, La Esperanza recibe subsidios de los ministerios de Desarrollo Social y Trabajo.

“La contradicción me enoja, no me cierra porque, al mismo tiempo que tenemos este problema, nos están dando una mano. Hace poco acordamos con Carlos Tomada recibir 98 mil pesos para comprar una maquina, que nos va a permitir acelerar la producción. Entonces, por la poca plata que debemos, no da que pase esto”, se queja Robledo.

 

Recientemente, además, pudo reunirse con la ministra Alicia Kirchner durante una reunión de cooperativas, donde ella se comprometió tomar cartas en el asunto. “Sabemos que no estamos solos. Con la movida que organizamos, los del banco van a tener que desistir. En este tiempo, logramos sumar vendedores y clientes de todo el país y hasta estábamos por sacar un crédito para comprar una camioneta cero kilómetro. Pero, cuando pasan estas cosas, te tiran abajo”, se lamentó.
 

Mientras tanto, los once trabajadores esperan que se apruebe la expropiación de la fábrica y de toda la maquinaria. Un proyecto presentado a principios de este año por Fernando ‘Chino’ Navarro, del Frente para la Victoria, que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados bonaerense.

“Ahora volvió al Senado para que den el visto bueno a algunas reformas. Esa ley nos permitiría estar tranquilos por un plazo de cinco años. Después, recurriremos a la buena fe del Ejecutivo provincial, para que pague por al expropiación y, con algo de suerte, poder comprar nosotros la planta a crédito”, se esperanza Robledo.

 

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