La empresa Electrificadora del Valle, que pertenece al empresario Osvaldo Nunzi, libró una enorme suma en cheques sin fondos que afecta casi a la totalidad de las Pymes de esa zona petrolera de Neuquén. La maniobra fraudulenta podría generar la quiebra a más de 100 empresas.
Todos los que operan en la zona de Vaca Muerta conocen a Electrificadora del Valle S.A. Es una firma constructora y principal beneficiaria de las obras de YPF en la zona. Pertenece al empresario Osvaldo Nunzi, quien reside miles de kilómetros de Neuquén, en una casa del exclusivo barrio de Nordelta, en Tigre. Sin embargo, en los últimos días, EdVSA cambió drásticamente su metología de acción y comenzó a sumar dolores de cabeza.
Ignacio Iranzi, responsable de una empresa transportista que es prestataria a EDVSA contó la crítica situación que atraviesan en la actualidad.
-¿Cómo afectó la maniobra de EDVSA a todo el aparato productivo de la región?
-Vaca Muerta está a 100 kilómetros de Neuquén, así que transportar gente es esencial. Al inicio de la cuarentena se paró todo. A eso se sumó que cayó la demanda de petróleo. EDVSA, en tanto, aprovechó la pandemia para realizar una estafa de 2000 millones de pesos. Despidió y suspendió un montón de personal bajo mecanismos específicos para no tener que afrontar los gastos. Como acá los sueldos son arriba del básico (un básico chico) les dieron el 20% del básico. Estamos hablando de unos 800 obreros que empezaron a cobrar 8 mil pesos por mes. A otros obreros, con la amenaza de no trabajar más, les ?sugirieron renunciar' con acuerdos, para deshacerse de buena parte del personal. El 4 de abril sacaron un Acuerdo Preventivo, donde nos propusieron a las Pymes que trabajábamos para ellos, refinanciar el pasivo en 30 cuotas con el 30% de quita. Se quedaron con nuestra plata.
-¿Cuándo comenzó a originarse el problema?
-El año pasado empezaron a girar la cadena de pago más que lo habitual, ya empezaron a hacer un revoleo raro de dinero. Terminaron en diciembre emitiendo cheques a 120 días, marzo abril y junio inclusive. El primer día que el BCRA saca la normativa que los cheques aceptaban una segunda presentación después de la pandemia, algo totalmente válido, esta empresa no pagó más un cheque. Retira los fondos del banco y no vuelve a pagar un cheque. Al día de hoy tiene 1500 cheques rechazados.
-Previo a la cuarentena, ¿Cómo estaba ya la situación para las Pymes?
-Veníamos con lo justo, la cadena de pago estaba larga, ahora estamos sobreviviendo de a poco. Desde el Gobierno anterior, con las supertasas y la vuelta de la bicicleta financiera, las grandes empresas utilizaron los pagos los proveedores para usar la plata en el mercado financiero. Esa moda ya estaba instituida. Ahora llegamos a este punto y se agravó. Estamos a sopa y arroz pero por suerte no hemos despedido a nadie. A nosotros nos dio un golpe muy grave.
-¿Qué opciones tienen ahora para salir a flote, cómo están lidiando con la situación?
-A nosotros no nos ha llegado un peso desde el Gobierno porque, por razones técnicas, no entramos en las categorías de empresas beneficiarias. Nosotros estamos volviendo a trabajar lentamente bajo los protocolos vigentes. Por ejemplo, en vez de llevar 20 personas en nuestras unidades de minibús, se llevan 10, tienen chofer aislado en una cabina de acrílico, ese tipo de criterios. Además, Neuquén no es zona de circulación comunitaria de COVID19. Teóricamente, la gente que está acá no debería estar enferma y las cosas deberían retornar a la normalidad eventualmente.