El proyecto del diputado del Frente de Todos (FDT), Máximo Kirchner, para gravar con un impuesto excepcional (denominado Impuesto Patria) a quienes participaron en el blanqueo de capitales de 2017 suma adhesiones. El mismo presidente de la Nación, Alberto Fernández, dijo que la iniciativa le parecía "razonable".
En ese contexto, la historia muchas veces proporciona lecciones ante encrucijadas coyunturales, como es la que recuerda el historiador Pablo Camogli, quien publicó un artículo en el que recuerda una iniciativa similar, pero ocurrida hace más de dos siglos atrás, llevada adelante por el mismísimo Libertador José de San Martín en 1815.
Camogli señaló que José de San Martín, en 1815, "al asumir la gobernación de Cuyo" impuso un gravamen de "4 reales por cada 1.000 pesos" de capital individual de cada miembro de la élite de esa región.
"Al asumir la gobernación de Cuyo, en agosto de 1814, San Martín se encontró con un erario público escaso de recursos, debido al cierre del comercio con Chile, cuyos aranceles aduaneros constituían el ingreso principal de la provincia. Si bien el primer objetivo era prevenirse ante una posible invasión realista allende los Andes, San Martín ya tenía proyectado su plan continental para la liberación de Chile. Tanto para defenderse, pero principalmente para emprender la ofensiva, se necesitaba ampliar en forma considerable la recaudación pública", recuerda el historiador.
"En Nueva historia del cruce de los Andes (Aguilar, 2011) explicaba que San Martín instauró un 'estado recaudador' bajo un estricto control social garantizado por las tropas del ejército y un férreo sistema de vigilancia de la población. 'Son tiempos de revolución', justificaba San Martín. Ahora bien, ¿qué medidas adoptó el gobernador para aumentar sus ingresos? ¿A qué sectores sociales apuntó para generar la acumulación de capitales que demandaría la creación del Ejército de los Andes?", se pregunta Camogli.
Y luego remarca que San Martín "recurrió a todo tipo de recursos: contribuciones directas, empréstitos forzosos, multas en dinero o materias primas, castigo en horas de trabajo, expropiaciones y, también, un novedoso impuesto a la riqueza".
Así es, estableció un impuesto "de 4 reales por cada 1.000 pesos de capital individual", según declaración jurada presentada ante el Cabildo. "En el segundo semestre de 1815 este impuesto significó un ingreso fiscal de 13.431 pesos, suficiente, por ejemplo, para pagar un mes de sueldos de las tropas", consigno el experto.
Asimismo añadió que "este impuesto no fue el único esfuerzo de guerra realizado por la élite local, la que también debió aportar ganado, caballos y alimento. En algunos casos, el Estado respondía con el pago de los mismos, en otras con órdenes de pago a futuro y, en no pocas oportunidades, las tomaba como contribución patriótica. 'Son tiempos de revolución', repetía San Martín".
Por último, Camogli complementa su texto al explicar que San Martín puso todas las riquezas y los recursos cuyanos al servicio de las necesidades del momento excepcional que vivían: "la lucha por la independencia y la revolución". Pero lo hizo graduando los esfuerzos según la capacidad de cada uno. "Unos en su rol de soldados que se jugarían la vida por la patria, otros, con el aporte de aquello que más tenían: su riqueza", concluye.