Se presentó el viernes a la noche en una comisaría porteña, aunque no fue detenido. Ayer realizaron tres allanamientos en el marco de una investigación que busca establecer las responsabilidades en el episodio.
Molina era empleado de la funeraria en la que se organizó el sepelio del ex jugador. Su imagen se viralizó y desató el enojo de la familia Maradona, sus amigos y de los fans.
Ayer fue indagado y se retiró de la comisaría sin ser detenido o demorado. Asimismo, por orden del fiscal Néstor Maragliano, se hicieron tres allanamientos: en la casa de otros dos empleados de apellido Fernández, que son padre e hijo y en las dos sedes de la casa de sepelios Pinier (en San Martín al 2900 y en Tres Arroyos al 1500).
Claudio Fernández, uno de los hombres que aparece en una de las fotos que se difundieron, habló ayer con Radio 10 y pidió disculpas."Estábamos acomodando antes de llevarlo y mi hijo, como todo pibe, levantó el pulgar y sacó una foto. Pido perdón a todos", dijo.Tanto Molina como los dos Fernández fueron despedidos tras el incidente.