Santiago del Moro: "Me divierte jugar a ser una estrella"

Como todo chico que viene del interior, Santiago del Moro (31) logró vencer sus miedos. Siendo apenas un adolescente abandonó su pueblo natal, Tres Algarrobos, en la provincia de Buenos Aires, para probar suerte en la gran ciudad. Fue entonces que se animó y en su afán de ir por más, le costó muy poco esfuerzo habituarse al ritmo frenético de la Capital.

“Me vine solo a mis 18 para estudiar Comercio Internacional. De ahí en más empecé a pelearla como cualquier chico que quiere trabajar en los medios. Lo que pasa es que cuando uno viene del interior no tiene muy en claro lo que quiere hacer. Te sentís un poco perdido por la diferencia de la vida en el interior con respecto a la Capital”, cuenta el conductor.

Pero lejos de darse por vencido, aprovechó todas las oportunidades que se le presentaron para llegar a donde hoy está. “Siempre tuve deseos de venir y lo tomaba como un gran desafío para mi vida. En mi pueblo jugaba mucho a esto del conductor, hacíamos radio con mis amigos, me divertía mucho”, confiesa. Ya a sus cuatro años de carrera en Comercio Exterior, y a punto de recibirse, comenzó a estudiar teatro, y fue ahí donde estuvo seguro de lo que quería hacer. Sus expresivos ojos celestes demuestran la transparencia con que Santiago se maneja en la vida. Él mismo se define como “un pibe humilde”.

“Me expongo mucho en la tele, y en la radio demuestro más mi esencia, que tiene que ver con un chico común y muy ‘tranqui’. No asisto a eventos, a menos que sea por trabajo. No busco la foto. No me sale ser así, toda la vida fui por otro lado, más de pueblo, aunque confieso que a veces me gusta jugar a ser una estrella”, asegura Santiago. Su lugar de procedencia se evidencia aún más cuando habla, “me cuesta quitarme el acento del interior. En la tele modulo mucho y hasta puedo parecer exagerado, pero es para que no se note mi tono real”, confiesa riendo.

Su salto al éxito se dio a partir de la conducción del programa Countdown, en el canal MuchMusic. Ese fue un trabajo que quise mucho, pasé muy lindos momentos y me ayudó a llegar hasta acá”, recuerda. Luego, lo sedujo la propuesta de realizar una conducción junto a Maju Lozano, y terminó llevándolo al lugar que hoy ocupa como el informal conductor de “Infama”, el programa de América TV. “Me considero nuevo para la tele de aire, aunque me hice conocido por el canal de cable de música. Allí trabajaba para un público mucho más reducido y ahora lo hago para una audiencia mayor”, explica orgulloso. Sin embargo, el éxito de “Infama” no lo hizo cambiar de actitud ante la vida y sus seres queridos. “Continúo conservando mis amigos de la infancia. Nunca me guié por quién es una persona sino por cómo es. Soy amigo, por ejemplo, de Dalma Maradona, pero no porque es la hija de... simplemente porque es una buena piba. No mido a las personas por la fama sino por su esencia”, detalla Del Moro.

El conductor no sólo conserva amigos de su pueblo, sino también un amor. En pareja desde hace cinco años, y conviviendo desde hace uno y medio, con María, asegura que trabajar en radio y televisión, a veces le crea problemas en la relación, pero lo sabe manejar. “María conoce mi otro lado, el del chico común que usa pantalón roto y remera vieja. Yo trabajo de esto, juego todo el tiempo. Celosa no es, ella se fue acostumbrando conmigo. Nos fuimos criando juntos en todo este ambiente. Le molestan algunas cosas, pero está todo bien”, cuenta.

Santiago del Moro es muy reservado con sus afectos y una persona que cuida mucho su vida privada.“Estoy con la mujer que quiero desde hace largo tiempo. Es de mi pueblo, de mi lugar. Me conoce desde siempre, porque vivíamos a dos cuadras. Es mi mujer y estamos muy bien conviviendo. Tengo una vida retranquila y nunca necesité exponer mi privacidad. Me gusta tener algo guardado para mí”, concluye tímidamente.

Fuente: Caras
Por Paula B. Giménez