Candelaria se entera por Facebook que en Hurlingham desapareció una nena de 11 años. Llama al teléfono de contacto. “Para mí no fue un caso más. Ese día me dicen que el padre está muerto. Una fuente judicial avisa que no está muerto sino que está preso por piratería del asfalto. Enseguida me dije: acá hay algo”, cuenta la periodista a 24CON. “También me llamó la atención para dónde iba la policía, el armado de la causa. Es un crimen que tiene muchos detalles que son llamativos”, advierte.
“Cordero de dios” es una biografía urgente pero detallada y ordenada, que cuando se empieza no se termina hasta llegar al final y a la propia conclusión.
La periodista tiene su hipótesis. “A Candela la secuestran dos personas que la conocían, ese trabajo fue encargado por una persona que pisa en San Martín, la llevan, la tienen primero en una casa, la pasan a otra, y se la dan a una persona que comete el crimen”, cuenta. “Según la hipótesis a la que yo llegué y a la que también llegaron los investigadores, el crimen estaría vinculado a un ajuste de cuentas por 150 kilos de cocaína, por un dato que desvío un familiar de la nena, del cargamento que tenía que bajar en la Villa Korea pero bajó en la 9 de Julio”, ambos asentamientos de San Martín.
- ¿Por qué el secuestro y crimen tuvo lugar en el Conurbano y no en Capital o en otra parte del país?
- Hay que poner cada crimen en su contexto. No es lo mismo en un country que en una villa de San Martín que maneja otros códigos. Bajo la hipótesis de que el crimen de Candela puede estar ligado a un ajuste de cuentas del narcotráfico, si lo situás en San Martín, ese territorio tiene unas particularidades que no tiene un barrio de Capital Federal. En San Martín hay bastantes asentamientos en donde los vecinos, la Comisión Investigadora del caso, notas periodísticas, refieren un crecimiento exponencial de tráfico de cocaína, venta, distribución. Vecinos y abogados dicen que los fines de semana, en algunos puntos, funciona como un shopping de cocaína de alta gama. También es un lugar donde la metodología de los narcos es secuestrar personas. Y son delitos suceden dentro de una zona y no se denuncian. El caso Candela estaría ligado a ese territorio, y tiene esa serie de particularidades: amedrentamiento, ajustes de cuentas fríos, secuestros de familiares.
- ¿Entonces se les fue la mano?
- La persona que secuestró a Candela la conocía, porque la autopsia reveló que no estuvo tabicada, que no tenía stress de secuestro, y Candela también los conocía. Y si nos guiamos por la hipótesis de la venganza narco, en San Martín ocurren todo el tiempo estos secuestros (en la jerga se les llama “cortitos”) que no se denuncian, no tienen trascendencia mediática, ni política ni expediente. En el caso Candela, la presión política-mediática-policíaca acorraló a las personas que la tenían. Entonces, quizá, se vieron obligados a cometer el crimen.
- ¿Pasó a de ser policíaco a ser político?
- Fue antes de las elecciones, y cuando sucede eso no sólo se pone en juego el sillón del gobernador, sino que se pone en juego una cadena de comisarios, de jefes de calle. Un ex de la fuerza me dijo una vez que Candela significaba una cucarda, era un ascenso asegurado. El problema es que nunca estuvieron cerca; tenían 2000 hipótesis que fueron los 2000 llamados. Y me parece que fue la presión política lo que los obligó a meterse en el tema, y terminaron por no dar ninguna respuesta.
- ¿Cómo está la causa hoy?
- Bermúdez está detenido por ser el autor material del hecho; también Jara que sería una de las personas que hizo la llamada extorsiva que se filtró a los medios. Pero hay que tener en cuenta la cantidad de irregularidades que tiene la causa, como por ejemplo cómo llegaron a la casa de Kiernan, porque no era algo tan llamativo para que lleguen a esa casa. Todavía no estaba la autopsia terminada de Candela y ya los medios decían que ese era el aguantadero donde había estado. El padre sigue en la cárcel. Y Carola niega totalmente la hipótesis. Yo le conté cuál era, pero me la negó de plano.
- ¿Cuál es la razón de tu investigación?
- El libro trata de contar quién era Candela, su vida. Todavía me parece que se ejerció mucha violencia de género sobre ella, y tuvo una intencionalidad: mostraban una foto medio sugestiva de la nena y casi que pensaban que se lo merecía, que así se trata a las mujeres. Es por eso que todos los personajes están tratados de manera objetiva, yo no hago juicio de valor de los hechos. Hurlingham es un lugar donde, según declaración de los padres de Candela, ellos fueron a empezar una nueva vida, como a redimirse de todos los delitos del padre, Juancho, que quedaron en San Martín. Entonces los dos territorios de Candela eran Hurlingham y San Martín: en uno está la gente más cercana a la nena, y en el otro la parte más oscura de su familia.
por Soledad Lofredo
10 de enero de 2013