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Con su clip en Malvinas conmovieron a La Renga

La Perra que los Parió grabó un video en las Islas. Su cantante habló con 24CON de esa experiencia, de Cromañón y hasta de los "Pomelos" del rock.

Por Leticia Leibelt
No llevan varias décadas en el circuito, como otras bandas, pero recorrieron un camino mucho más largo que la mayoría de ellas. Y volaron alto. Tan alto que, con cuatro discos editados de manera independiente, llegaron a las Malvinas. Fue en mayo, para filmar el video del tema “Trae el viento una voz”, que estrenaron el 14 de junio, al cumplirse 30 años de la rendición de las tropas argentinas en las Islas. Un sentido homenaje que repercutió en el mundo de la música y en el corazón de los veteranos.

A “La Perra que los Parió” la definen sus orígenes. Se formó en La Boca en diciembre de 2000, justo un año antes del estallido social más importante de las últimas décadas. “Estaba todo mal, había bronca contra todos los políticos y la movida del ‘que se vayan todos’. El nombre me sonaba contestatario y pegaba con la época”, recuerda a 24CON Nahuel “El Viejo” Amarilla, su cantante. 

Pero elegir ese momento escabroso para empezar a hacerse un lugar en el rock under no les salió tan fácil. Por eso, ellos prefieren decir que su inicio oficial fue en 2004, cuando sacaron su primer disco - llamado igual que la banda – y adoptaron la formación que continúa en la actualidad: al Viejo lo acompañan Juanchi Espada en guitarra,  Matías Ramos en bajo y coros, Jorge “El Vos” Bekmezian en percusión y Maxi Di Monte en batería.

Esos comienzos convulsionados también obligaron a “La Perra” – o “LPQLP”, como abrevian sus seguidores – a no quedarse en el molde, auto-promocionarse y, sobre todo, a componer temas con un importante contenido social, tomando influencias de diferentes estilos. Arrancaron con mucho candombe  uruguayo y después “le subimos la perilla al rock”, dice Nahuel, aunque sin olvidar el reggae y el ska. 

“Somos de la idea de que todo lo que hacés suma, entonces no podemos estar quietos ni un día. Es una cuestión natural, tratamos de estar en todos lados. En el rock argentino es necesario eso, porque hay tantas bandas que, donde paraste un ratito, fuiste”, se sincera el líder. Ahora van por el último show del año en La Trastienda, el 5 de octubre, y preparan un nuevo álbum para el año que viene.

Pareciera que el rock local, para despegar, siempre tiene que estar asociado al Conurbano bonaerense. ¿Ustedes lo sienten así?
En nuestro caso, como Jorge es de Avellaneda, tenemos nuestra sala ahí, donde grabamos el tercer disco (“La suerte la fabricás vos”). En Buenos Aires siempre tenés que jugar a dos puntas: conquistar la Capital Federal y cada zona del Conurbano, aunque en el Norte no hay muchos lugares para hacerlo. Hay bandas que son fuertes en un lugar y no en el otro. Si es un lío crecer en esta partecita, imaginate en el resto país…

Pero ustedes van al Interior…
A veces va la banda completa y a veces vamos en formato acústico, que es una buena manera de acercarnos a otros lugares y difundir las canciones. Hay un montón de gente que espera que vayan las bandas a las provincias, y no son muchas las que salen. Siempre que voy, me nombran a las mismas tres. Es importante hacerlo, se abren muchas puertas.

¿Cómo influyen las redes sociales para estar en contacto con los seguidores?
Me parece que Twitter le ganó a Facebook en ese sentido. Al difundirnos por ahí, la movida crece más rápido. Cuando no había redes, usábamos el MSN para hacer prensa, agregando gente a través de nuestros contactos. Hoy lo pensás y decís: “era un delirio”. También hacíamos delivery: llevábamos los discos a las puertas de las casas nosotros mismos, y así agotamos las mil copias del primero.

¿Qué papel jugó Goy de Karamelo Santo en sus inicios?
Goy era vecino mío en La Boca y, con toda la sabiduría que tiene sobre la producción independiente, nos aconsejó un montón y nos dio los contactos para arrancar. Es generoso con todo lo que sabe, nos produjo los primeros discos. Está muy ligado al comienzo de la banda y siempre se lo vamos a agradecer. Siempre tira la mejor, es un gran músico y una gran persona.

¿Las canciones más “comprometidas”, como “Prontuario” o “El Zar”, ven dedicadas a algún político en particular?
A veces tienen dedicatorias, a veces no. Uno generaliza. Yo soy un utópico trastornado y no le creo a ningún político: nunca va a pasar que alguno gane como cualquier persona común, o que viaje en colectivo. A veces cambia el nombre, pero el que viene sigue siendo lo mismo. Entonces siempre le cabe la letra al próximo. Lamentablemente, esas canciones no pasan de moda. Nos gusta, no sé si bajar línea, pero sí tener letras que digan algo. “HDP” se convirtió en un himno de la banda.

Hace poco estuvieron en el festival “Juntos por lo Público”, que seguía esa línea ideológica…
Sí, fue para reclamar por el trasporte público, las escuelas y un montón de movidas que apuntaban al Jefe de Gobierno, y tuvo mucha convocatoria. Generalmente, en este tipo de festivales nos llaman por nuestra postura apolítica, porque somos anti-todo. Y a nosotros nos interesa. Si no vamos, después decimos: “¿por qué no nos llamaron?”.

¿Cómo surgió la idea de filmar el clip en Malvinas?
Siempre me interesó la historia de la guerra y quería conocer las Islas. A comienzos de este año, me dieron ganas de terminar una canción que tenía hace rato y de hacerla allá. Unos amigos me decían: “Pará de flashear”, porque además se estaba pudriendo todo con ese tema en la política. La idea era ir con una camarita a filmar en el cementerio de Darwin, pero los chicos se entusiasmaron  y terminamos yendo con cinco o seis cámaras “pulenta” para el video.

¿Qué se llevaron de esa experiencia?
La experiencia fue emocionante, es raro estar ahí. Tenés un montón de sentimientos encontrados. Encima, conocimos a excombatientes. Se acercaron a mí en el hotel de Río Gallegos, porque les llamó la atención que un tipo, con esta cresta en el pelo, estuviera leyendo cosas de Malvinas en la computadora. Les comenté lo que quería hacer y se coparon con la movida. Fuimos todos a conocer los lugares donde ellos habían estado, nos contaban “acá pasó esto” y así. Ellos viajaban por primera vez en 30 años y se encontraron con un montón de recuerdos, con las tumbas de sus amigos. Después, vinieron a la presentación del video.

¿Sintieron bronca de parte de los isleños?
No sentí mala onda, quizás porque no nos cruzamos con gente hostil. De algunos sentimos indiferencia, y con otros, todo bien. Creía que nos iban a sacar todas las cámaras al ingresar. Había llevado una camarita por las dudas, porque imaginaba que íbamos a terminar filmando en el cementerio con esa. Y no pasó nada. Aunque, lo que tenemos filmado en la ciudad, sí lo hicimos medio clandestino y oculto, por las dudas, por todo lo que había pasado meses antes. Tenemos material como para hacer un documental.


¿Qué opinás de la reivindicación por Malvinas que impulsa el Gobierno?
Me gusta que estén reclamando la soberanía, pero no sé si se está usando la causa Malvinas como bandera política. Me gusta lo que está pasando, aunque no sé si está bien la manera en que se está haciendo todo. Hay que ver en qué termina. No sé si por esta vía se va a llegar a algún lado. De todas formas, el fin que tenemos nosotros es mantener la memoria de Malvinas viva.

¿Cómo vivieron la repercusión que tuvo el video?
Gracias a eso, están pasando cosas que no sé si hubieran pasado de otra forma. Hace poco, por medio de un amigo, estuvimos con los pibes de La Renga, que se habían interesado en el video. Se los mostramos y la flashearon. Para mí fue fuerte que Chizzo me diga “se me pone la piel de gallina”. Me morí ahí. Por eso no quisimos editar el tema, porque siempre está el mal pensado que dice: “lucran con esto”. Pusimos el video en la página Web, y que la gente se lo descargue.

Hace poco volvió a tocar Pato Fontanet y resurgieron los fantasmas de Cromañón. ¿Cómo ven ustedes ese tema?
A nosotros nos mató y, al rock argentino, Cromañón lo afectó un montón. Se cerraron un montón de puertas. Como siempre se suele hacer en este país, pasa algo y ya está todo mal, en vez de analizar el porqué. Cerraron  y prohibieron todos los lugares, fue una porquería. Además del dolor por la muerte de los chicos, también estaba la bronca por todo lo que se había hecho mal y se seguía  haciendo. Estábamos todos enojados con todos. Hoy, viéndolo a la distancia, lo que le pasó a Callejeros le podía haber pasado a cualquier banda, porque estaba todo mal desde el comienzo. Yo dudo de todo. No sé si es verdad que ahora Fontanet metió más gente de la permitida.

¿Se terminó definitivamente el furor por las bengalas?
El tema de la bengala murió bastante, aunque siempre hay alguno que prende una, las bandas paran y piden que la corten. Me parece que eso se entendió. En Cromañón no hay un culpable, hay un montón de cosas mezcladas. Todos tenemos un poco de culpa, incluso el público mismo, por la poca formación que había en ese momento sobre recitales. El problema es de educación: no se va a arreglar de un día para el otro y clausurando lugares. Va a llevar un montón de tiempo cambiarle la cabeza a la gente y los gobernantes. Igual, algo cambió en el rock. Por ahí se cambiaron las bengalas por los globos. Es más naif y está bueno, con un globo no vas a lastimar a nadie.   


“La Perra” tenía un vínculo con No Te Va Gustar. ¿Qué les pasó al enterarse de la muerte de Marcel Curuchet?
La verdad, fue un bajón. El 2012 es un año en el que están partiendo muchos músicos. Pero tratándose de Curuchet, que era tan joven y de una banda tan vigente, te pega más fuerte. Con ellos compartimos algunas giras y habíamos pegado, no una amistad, pero sí una buena onda.

Con todos los casos parecidos que hay, ¿les dan miedo los viajes durante las giras?
La gira es lo mejor, pero yo soy re temeroso en la ruta, la paso muy mal. En la combi estoy despierto todo el tiempo. Como si fuera a poder hacer algo... Pero no duermo, posta. En la primer gira, a la costa, estaban todos durmiendo en camas y con la luz apagada, y yo estaba despierto y mirando la ruta, hasta que se hizo de día. Hay que ser consciente, nosotros tratamos muy bien a los choferes, siempre alguno les ceba mate y esas cosas. Es un tema jodido.

¿Hay algún “Pomelo” en el rock under?
El “Pomelo” del rock no siempre es el músico, también puede haber “Pomelos” productores. No sé si estaría bueno que diga nombres, pero hay y se ven en el under. El personaje está buenísimo, pero que haya “Pomelos” es lamentable. Creo que ya fue, es un tipo de rockero de otra época. No sé si hoy garpa tanto. Es complicado ser “Pomelo” y llegar a buen puerto. Para los que tienen ganas de “pomelearse”, está bueno hacerlo cuando ya explotaste como banda y llenás estadios. Pero obviamente no me gusta. 

 

 

 

 

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10 de septiembre de 2012

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