Desde su aparición mediática en aquel rejunte de "famosos" protagonistas del encierro televisado en Martínez, la vida de Carlos Nair –hijo del ex presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem- descarriló un poco más aún. Sí, todavía era posible.
Hasta entonces sus días se dividían en paseos por shoppings haciendo uso y abusó de los plásticos a nombre de papá, paseos en automóviles lujosos –también de papá- y la asistencia casi perfecta a fiestas de todo tipo, pero con los amigos de siempre.
Desde su aparición en la pantalla chica todo eso se multiplicó. Los gastos se acrecentaron y las fiestas también. Lógicamente, las malas compañías no se quedaron atrás. Entonces, Carlos Saúl se enfureció. Un tiempo es entendible, pero que esa vida se prolongue a lo largo de los calendarios le molesta al riojano más famoso.
El ex presidente de la Nación le prohibió a su hijo el uso de sus autos con plena idea de que entre en razones. Parece difícil. Menem, para colmo, presiona a su descendencia con los fines de que se anote en la facultad o que, al menos, vuelva a estudiar algo.
09 de abril de 2009.