Golpe a Acuña: HTC lo multo con $1.245.000 por irregularidades

 La imputación pone nuevamente bajo sospecha la transparencia en la administración del ex intendente de Hurlingham. También está involucrado el contador de su gestión, Mestanza Cueva.

El Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) de la provincia de Buenos Aires sancionó la gestión del ex intendente de Hurlingham Luis Acuña con la suma de $1.245.127 por cometer distintas irregularidades en la administración de los recursos públicos durante el ejercicio 2014. En la auditoría también está involucrado Segundo Bartolomé Mestanza Cueva, el contador municipal durante su mandato.

Acuña deberá responder por egresos de la hacienda pública al violar el artículo 16 inciso 3 de la ley 10.896, que establece que el Tribunal podrá aplicar “cargos pecuniarios hasta un importe igual a los valores sometidos a juicio” cuando se obstruyan actos en el ejercicio de sus atribuciones o se desobedezcan sus resoluciones.

Tres de los cargos por incumplimiento fueron imputados directamente al ex intendente, mientras que una de las desaprobaciones fue atribuida al contador durante su gestión, el mencionado Mestanza Cueva. La sanción prevé multas y sanciones económicas que deberán responder con su propio patrimonio.

El HTC es el organismo que designó la Constitución Provincial para ejercer el control externo sobre la administración y la gestión de los recursos públicos. Su finalidad es garantizar su uso adecuado, prevenir irregularidades y determinar posibles responsabilidades.

Con esta sanción, que pone nuevamente bajo sospecha la transparencia en la administración de los recursos durante su mandato, Acuña continúa sumando dolores de cabeza a su derrotero político. Hace pocas semanas, tres concejales del Frente Renovador que él lidera a nivel local decidieron dejar ese espacio aduciendo falta de conducción y diferencias internas insalvables.

En respuesta a la ruptura del bloque, Acuña decidió que el menor de sus hijos, que había sido electo como concejal en el año 2013 pero nunca asumió su banca, vuelva para desplazar a Lilia Álvarez, una de las ediles que abandonó el massismo. De esta manera, sus dos hijos son quienes cuidan los intereses del alicaído ex jefe comunal, mientras que su esposa continúa siendo diputada nacional. 

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